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Érase una vez… fue un clásico de la televisión que hizo que el público infantil a través de sus personajes (Flor, Pedro, Maestro,etc.) se enganchase a la “historia” a través de dibujos animados que aunaban el entretenimiento con la divulgación basada en datos con rigor histórico y científico.
Si bien han pasado ya unos años, la serie infantil creada por Barillé1 es vigente gracias a que colaboró con profesionales e instituciones de prestigio tales como Alexander Dorozynski o Joel de Rosnay, presidente del CNRS, y empleó las herramientas de comunicación para acercar el conocimiento a la sociedad.
Comunicar y divulgar conocimiento es complicado en general, más aun cuando nos restringimos a un campo concreto del mismo, y el contenido se circunscribe. Si bien actualmente la proliferación de medios para difusión ha aumentado, la literatura científica es compleja.2 Actualmente y pese a que muchas revistan son de acceso abierto, existen bases de datos y catálogos en línea y digitales que hacen que sea más fácil la búsqueda pero tienen como contrapunto el pago de una suscripción.
La comunicación científica se ha realizado tradicionalmente a través de la publicación de artículos en revistas especializadas en papel, hasta la irrupción de la red en que este nuevo medio ha multiplicado las opciones de compartir y acceso al conocimiento. Esta irrupción también creó la necesidad de implementar nuevas herramientas de control, producción y difusión. En general, las revistas son el medio por excelencia de la comunicación y difusión del conocimiento científico, y sirven como cimiento de investigaciones posteriores.
Se pueden distinguir dos grupos de revistas, las ‘académicas’ y las ‘profesionales’. La revista académica contiene trabajos cuya información está dirigida principalmente a la comunidad científica y académica, correspondiente. Estas revistas se caracterizan por tener una periodicidad, arbitraje, comité editorial, etc.3 El otro grupo lo conforman las revistas profesionales, cuya audiencia y contenido está enfocada a los profesionales del sector para mantenerlos informados sobre los distintos avances que se realizan.
La diferencia fundamental entre estos dos grupos de revistas, es fundamentalmente la ausencia de procedimientos formales de revisión en las ‘profesionales’. Esto no tenemos que interpretarlo como contenidos de peor o de menor calidad, porque ¿cuántos blogs/plataformas hay actualmente de relevancia? Simplemente la audiencia a la que se dirigen es diferente, más especializada.4
Dentro de la revista académica son las revistas científicas que se centran en la ciencia y contienen artículos científicos, las que desarrollaremos poco a poco. En este contexto surge, en 2019, VAD, veredes, arquitectura y divulgación como consecuencia de veredes, un proyecto dedicado a la difusión de la cultura arquitectónica iniciado en 2010.
Si bien el objetivo de las revistas científicas es “comunicar” el resultado de las investigaciones realizadas por personas o grupos, es por ello necesario clasificar los distintos campos para que los investigadores puedan encontrar y ubicar los artículos. En este caso paperwritings.com la nomenclatura empleada es la de la UNESCO, y que enmarca la arquitectura dentro de:
Así tras este acercamiento y ubicarnos ante este nuevo reto, tenemos mucho camino que recorrer dentro de este campo… Érase una vez...
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* Esta serie pretende recoger el proceso realizado para poner en marcha la revista científica VAD. veredes, arquitectura y divulgación. Se describirán los procesos realizados, de forma que cualquier lector (o persona interesada) pueda implementar de forma (exitosa) una publicación periódica en formato digital –revista científica o e-p-journal–. Se tratará de seguir el orden empleado pero como todos supondréis algunos procesos son paralelos y/o dependiente de otros.
* * Imprescindible la colaboración que realiza Silvia Blanco, y todos los miembros de forman parte del comité científico, consejo asesor, arbitraje externo y nuestro querido informático DAO.