Las ciudades y el juego
«Juguetes urbanos» de izda. a dcha. Parque de Monstruos por Bandada! studio; Polerama por estudio OOMO; Aros por PALMA estudio.
La ciudad es un texto y sobre ella se ha escrito mucho. Calvino, por ejemplo, nos describió algunas a través de experiencias sensoriales en un constructo de abstracciones; en sus historias las ciudades pasan a ser un tablero de juego donde podemos elegir aventuras y roles. Pero, fuera del mundo literario la realidad pocas veces nos permite elegir, llegamos a un lugar preformado con estructuras y circunstancias que nos condicionan. Algunos modelos toman de la fábula la idea del juego y la llevan al reducto de los parques temáticos, que a bien de servir predican inocentes que el juego es un acto regulado y aislado de lo urbano. Aún así, la literatura nos susurra que el juego es un medio para transformar las ciudades en lugares amables.
¿Cómo describimos las ciudades del juego? Hay intervenciones urbanas que parten de narraciones y pasan a la acción tomando de la ciudad elementos que pueden servir para crear espacios lúdicos y transformar las ciudades desde la perspectiva del juego; un ejemplo lo encontramos en el contexto latinoamericano. En el año 2013 se crea el Laboratorio para la ciudad de México como vínculo entre el gobierno local y la ciudadanía para trabajar en conjunto la revitalización social y urbana. El Laboratorio es el área creativa y experimental del Gobierno de la Ciudad de México desde el que se desarrollan proyectos en cinco áreas temáticas. Una de estas es «Ciudad Lúdica», que explora las posibilidades de transformación del espacio público, incluyendo la perspectiva de la infancia, para desarrollar proyectos que promuevan el juego como un instrumento de cohesión social y de mejora del espacio público.
Si el juego es innovación y creatividad, ¿por qué no disponer de juguetes urbanos en la cuidad? Con ésta entusiasta premisa el Laboratorio para la ciudad de México y la Autoridad del Centro Histórico realizaron un estudio participativo a través de talles con niños en tres espacios de la ciudad que padecen varios problemas, sobre todo de inseguridad, con el objetivo de revitalizarlos: Parque de la Equidad, Plaza Santa Catarina y Plaza Loreto. Con los datos necesarios sobre qué necesitan y quieren los niños de la zona convocaron en julio de 2017 el concurso «Juguetes Urbanos». Las propuestas seleccionadas fueron: «Parque de monstruos» del estudio Bandada!, que propone cambiar la imagen hostil del parque existente a través de unas estructuras en forma de monstruos que dan vida a nuevas actividades. «Polerama» del estudio OOMO, con una estructura a modo de andamiaje de la que cuelgan columpios. «Aros» del estudio PALMA, propuesta que consigue integrar y darle nueva funcionalidad a una fuente por medio de dos rampas concéntricas. Las propuestas se construirán como prototipos y permanecerán durante tres meses en el lugar para analizar su impacto en el entorno. Desde el mes de abril se pueden visitar Aros y Polerama, y a partir de julio Parque de Monstruos.
El juego es una herramienta para enseñar, contribuye a la integración social, favorece la revitalización de entornos donde dominan otros usos y problemáticas. Otra cuestión importante, a la que hace referencia la arquitecta Dolores Ruiz en su artículo «Marionetas II», es la necesidad de que el juego salga de las aulas para volver a la ciudad. El derecho al juego es una premisa para integrar la perspectiva de la infancia en la planificación urbana, pero los gobiernos deben hacer que los derechos de los niños se concreten en lo social, económico y urbano. Es un desafío que supone, entre otros factores, que la gobernanza se ejerza como un trabajo conjunto entre ciudadanos, técnicos, sector público y privado, con el objetivo de hacer ciudades creativas, amables, inclusivas y lúdicas.