¡A LA ESCUELA!
Dolores Victoria Ruiz Desde Stepienybarno
“Breve apunte sobre la idea de enseñar arquitectura dentro del curriculum académico desde edades tempranas.
La arquitectura nos rodea desde el momento en que nacemos y nos acompañará durante toda nuestra vida. Sin embargo la ciudad, aquella en la que vivimos, donde aprendemos, jugamos, amamos o sufrimos, rara vez tiene un hueco en el curriculum académico de los escolares. El niño casi siempre se convertirá en adulto sin opción alguna a soñar con un futuro utópico, que cambie la ciudad que han heredado.
En la primera década del siglo XXI, la forma de pensar la ciudad está cambiando; el modelo participativo y la comunicación entre el estamento político y los ciudadanos, empiezan a ser demandados e incluso aceptados, por algunos poderes públicos. Con cierto paso lento y con una gran dosis de personal optimismo, creo que puedo afirmar, que el futuro de las ciudades pasará por una base social más implicada en los procesos urbanos y por ello, hoy, es más necesario que nunca que la sociedad se forme en lo que es la arquitectura desde edades tempranas.
La enseñanza de la arquitectura en las aulas de los colegios, con un enfoque global e incluyente de otras muchas disciplinas, que construyen ciudad, tendría un enorme potencial para generar cambios hacia ciudades más equitativas. Los niños se verían como parte integradora y activa de un ecosistema urbano donde todo está conectado y es dinámico, aprenderían que todo puede ser rediseñado y que los esquemas pueden ser otros, si ellos, como ciudadanos, así lo deciden.
Como arquitectos, pienso que deberíamos iniciar varios procesos para tener más presencia en las escuelas, el más ambicioso sería el diseño de un plan docente, donde integraríamos y coordinaríamos equipos de investigación junto a profesores, pedagogos, biólogos, ecólogos, padres y niños.
Una enseñanza de la arquitectura que sería compatible con los actuales objetivos de los planes académicos, cimentada en valores de sostenibilidad, que nos son comunes a todos, y que enseñase primeramente a observar, valorar y amar nuestro entorno construido y en segundo lugar, que esa realidad cercana es parte de un planeta en crisis (…)”
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