
Lucien Hervé, 1952. Cubierta de la Unité d’Habitation de Marsella. Ouvre complète. Volume 5. (1946-1952.)
Siempre me han fascinado las fotografías de la cubierta de la Unité d’Habitation de Marsella en la que aparecen niños jugando. Es una mezcla entre la potencia de las formas de la arquitectura y la espontaneidad ligera de la infancia. Pero este interés se acrecentó cuando comprobé que en la Oeuvre complète de Le Corbusier, donde todas las fotografías que narran el proyecto resaltan la plasticidad de la arquitectura mostrando los espacios deshabitados, utiliza excepcionalmente para la cubierta una foto donde aparecen los niños. ¿Por qué incluir en este espacio la presencia infantil? Sugerir una respuesta requiere aproximarse a la figura de Lilette Ougier.
En verano de 1952, la escuela proyectada en la última planta de la Unidad de Marsella no estaba terminada. Sin embargo, madame Ougier, su futura directora, ya se había mudado al inmueble junto con los primeros vecinos. La maestra tenía un espíritu innovador, había sido discípula de Freinet y apostaba por los principios de renovación pedagógica de éste. Acorde con su vanguardismo vital, era además fiel admiradora del trabajo de Le Corbusier. Lilette encontró en la indefinición del proyecto escolar una oportunidad y se puso en contacto con el arquitecto para proponer que el espacio se adaptara a su propuesta educativa. Ésta buscaba el fomento de la libre expresión infantil mediante el trabajo artístico, la experimentación, la investigación, la observación del entorno y la cooperación en el aula. 1
La escuela se inauguró finalmente en septiembre de 1952. El primer día, Lilette tomó fotografías de los niños bañándose en la piscina de la cubierta y se las envió a Le Corbusier. El arquitecto, que llevaba varios años recibiendo incesantes críticas al proyecto, vio en aquellas instantáneas una prueba de su éxito. Así comenzó un intercambio epistolar entre Lilette y Le Corbusier que duraría hasta la muerte de éste en 1965. Lilette enviaba imágenes de los niños y detallaba las actividades que armoniosamente acogía la arquitectura. Hubo desde el principio un fluido entendimiento entre ambos y una admiración mutua que los llevó a colaborar en el diseño escolar de las posteriores Unités de Rézé-les-Nantes y Firminy, así como en el libro Les Maternelles vous parlent.
Quizás por esta singular relación y la satisfacción que le causaran aquellas primeras imágenes, Le Corbusier pidió a los dos fotógrafos que se encargaron de documentar el edificio, Lucien Hervé y Réné Burri, que en la cubierta incluyeran la imagen de los niños2. Si bien en las series de Hervé apreciamos una visión formalista, abstracta y lírica de la arquitectura, donde los niños son figuras contrapuntísticas del espacio, las fotografías de Burri ceden el protagonismo a la vitalidad infantil y convierten la arquitectura en un poderoso escenario de fondo.
La fotografía de la Oeuvre compléte (1946-1952) que inicia este artículo es de Lucien Hervé. Observándola atentamente, podemos reconocer a Lilette en la figura adulta situada a la izquierda del corro infantil. Los niños, por su parte, logran transmitir una auténtica alegría del habitar en contacto con el aire libre y el paisaje y materializan los conceptos que el arquitecto anhelara para la cubierta: soleil, ciel, verdure.
Lilette dirigió la escuela infantil de la Unidad de Habitación de Marsella hasta 1990 y siempre fue una incansable embajadora del arquitecto. El apartamento 50, el único restaurado actualmente para su visita, es precisamente el que perteneció a Lilette. Le Corbusier, consciente de la entrega de la maestra y de su vinculación emocional al proyecto, le escribiría en 1964: “La felicito por saber abrir los ojos a los niños que van a la cubierta de la Unidad de Habitación de Marsella, esa cubierta que es única en el mundo: mar y montaña, arquitectura insólita”.3

Réné Burri, 1959. Toit-terrasse. Les Maternelles Michelet-Marseille. (FLC L1-11 1) FLC-ADAGP.