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Reginald R. Isaacs, Walter Gropius. Der Mensch und sein Werk, t. I, Berlín, Gebrüder Mann Verlag, 1983, págs. 78-90

Joaquín Medina Warmburg: «Superficie y profundidad. Walter Gropius, sus viajes a España y la moderna aspiración de objetividad», REVISTA Arquitectos, núm. 166, 2003, págs. 53-60;

Baukunst postal

Postal de Walter Gropius a su madre, 28 de abril 1908. Photo-Archiev BAUHAUS.Bibliothek, Archiv und Fotoservice

Ayer noche se marchó de aquí el señor Osth. antes de su partida le ha escrito a Peter B. recomendándome encarecidamente. De modo que todo anda perfectamente encaminado. Mi friso le ha convencido. He trabajado todos los días en la fábrica, hoy le he dado los últimos retoques. Mañana irá todo por última vez al horno, de donde saldrá dentro de una semana. Trabajo mucho con Wendland. El día 5 le daremos definitivamente la espalda a Sevilla. Me alegra volver a Alemania. Vuestro fiel hijo”. Anverso: “Cómo le va a papá? Por favor salúdalo”.

Carta de Walter Gropius a su madre, 24 de octubre de 1907, Legado Gropius, BHA, Berlín (traducción Marta Pelegrín, J. Medina Warmburg).

Con una postal del Alcázar de Sevilla, reportaba Walter Gropius a su madre sobre el viaje por España y anunciaba la fecha de regreso.  El documento histórico 1, que se conserva hoy en el Bauhaus-Archiv de Berlin junto a numerosas cartas que documentan su recorrido de norte a sur- por Burgos, Medina del Campo, Madrid, Sevilla, Barcelona, entre otras paradas-, desvela que,  interesado en coincidir con el entonces viejo maestro José Gestoso, erudito historiador y promotor de la cerámica producida en la capital andaluza, Gropius se ejercitó en los hornos trianeros de Ramos Rejano.  Fascinado por los azulejos españoles, suministraba ejemplares únicos al coleccionista de artes aplicadas Karl Ernst Osthaus y le valió el mecenazgo de éste para completar su primer viaje por España, y además la recomendación para entrar en el Taller de Arquitectura de Peter Behrens, estancia crucial en la formación del futuro ideador de la Bauhaus.

Sirve este dato histórico, tras un ingente año 2019 de conmemoraciones del centenario de la Bauhaus, para volver a reflexionar sobre la importancia radical del viaje y la iniciación desde la práctica para la formación de las arquitectas y arquitectos.

El viaje aporta la experiencia física del espacio, hace más aguda la observación, activa sensiblemente todos los sentidos, en una cada vez más predominancia de la vista, y ésta, además, secuestrada por la imagen digitalizada. Compartir esta experiencia con otras y otros, preguntarse, comentarla, interpretarla y dibujarla -también-, descubre un razonamiento, agiliza expresión de la subjetividad y relativiza la objetividad de la mirada. Las notas de viaje de Gropius en sus viajes por España y en futuras conferencias, reflejan precisamente cómo hacer un proyecto de la materialidad geométrica del Castillo de Medina del Campo o de una vidriera gótica conversando con Josep Puig i Cadafalch.   Así recordamos que proyectar es observar, y enseñar proyectos es aprender a observar de otra forma aquello que otros y nosotros proyectamos. Pero sobretodo insiste lo trascendente de aprender haciendo, que habilita capacitación personal y construcción de colectividad en base a un grupo de colaboradores implicados en una misma faena.

El temprano ejercicio, deseable ya desde la formación, en sencillas construcciones realizadas con las manos, en ingenios que serán futuras herramientas, y en labores que implican operaciones colectivas y muy domésticas como limpiar, pintar, plantar, son iniciales prácticas instituyentes – comentábamos en Punto de Inflexión I-, pues enraízan a la arquitecta o arquitecto en continua formación, en la experimentación práctica que se vincula directamente los materiales con su industria,  y aporta el conocimiento esencial para entenderse parte de la polifacética cultura arquitectónica.

Revindicar la cultura de la construcción, baukunst – con minúsculas como escribía Gropius-, para un nuevo escenario que está por hacer, es hoy necesario, más aún cuando se ha mermado la posibilidad del viaje y de compartir una experiencia laboral desde que se consolidara la “omnipresencia” virtual y la aparición de otra nueva pandemia.

Notas de página
1

Reginald R. Isaacs, Walter Gropius. Der Mensch und sein Werk, t. I, Berlín, Gebrüder Mann Verlag, 1983, págs. 78-90

Joaquín Medina Warmburg: «Superficie y profundidad. Walter Gropius, sus viajes a España y la moderna aspiración de objetividad», REVISTA Arquitectos, núm. 166, 2003, págs. 53-60;

Por:
Co-fundadora del Estudio de Arquitectura MEDIOMUNDO Arquitectos y jurado en la VII Edición Arquia/Próxima 2018-2019, representante de la zona sur. Doctora arquitecta (ETSA Sevilla) y profesora de proyectos arquitectónicos desde 2007 en la misma escuela. Es coordinadora y profesora de Cátedra Blanca Sevilla, desde 2007.

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