Alex Duro
Por
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“If your idea succeeds, everybody says you’re persistent. If it doesn’t succeed, you’re stubborn.” Judah Folkman.

Cómo hacer volar a un edificio

Fotografía sin título de Gordon Matta Clark. De la serie Anarchitecture, 1974

Este texto no trata de cómo hacer volar un edificio. Estimado lector, siento si esto dinamita las posibilidades de que usted vaya a leer estas líneas, pero no quisiera defraudarle. Este texto trata sobre la creatividad. La creatividad entendida como algo ordinario y al alcance de todo el mundo.

 

Ahora bien, ¿qué es la creatividad?, ¿y el proceso creativo?, ¿existe una forma de ser creativo?, y de ser así ¿quién puede serlo? A menudo nos referimos a algunas de las grandes creaciones de la historia como momentos de epifanía en la que sus creadores, dotados con capacidades por encima de la media, elaboran algo nunca antes visto. De las partituras de Mozart a las creaciones de Leonardo o Miguel Ángel. Pero esto es un error, un mito. Todos realizamos el mismo proceso para pensar, al igual que realizamos los mismos procesos para respirar o caminar. No existe una forma de pensar creativa al igual que no existe una forma creativa de respirar. La creatividad es un resultado, un lugar al que el pensamiento puede o no puede llevarnos.

 

Y si la creatividad es un resultado el contexto es su marcador. Entendemos por inventar el hallar o descubrir algo nuevo o no conocido. El marco en el que todo invento se consagra es su contexto. El contexto justifica la creación, dándole un sentido que no tendría de otra forma. Es por esto que Villa Capra se convierte a mitad del siglo XVI en la culminación de un momento artístico. No podría haber ocurrido sino dentro de una corriente que busca la pureza y la relación de la arquitectura con la Naturaleza. Pero Palladio no diseñó los pórticos sobre el monte Berico en sueños, durante una epifanía creativa o por arte de magia. Al igual que tampoco lo hizo Le Corbusier cuando formulaba los principios de la vivienda del siglo XX con la construcción de Villa Savoye. No fue Alvar Aalto una excepción, sino el periodo de escasez de entreguerras el que tanto éxito confirió a Stool 60, un taburete enmarcado en el paradigma de la estandarización y producción en masa.

 

Todas ellas son creaciones paradigmáticas que desafiaron a su contexto mediante su completa comprensión previa. Y si algo las pone en común no es sino el trabajo de sus autores. Lejos de prejuicios románticos la creatividad son madrugones en fin de semana, es trabajar hasta tarde para hacer dibujos que nunca serán los últimos. La creatividad no es sino trabajo, prueba y fallo, dudas y temores. Son las 999 maneras de cómo no hacer una bombilla. La creatividad es renuncia y pasión, es una búsqueda en la que la mayoría de los caminos son el equivocado. Lo más importante que puede hacer un creador es trabajar. Lo único que un creador no puede hacer es renunciar.

 

Por lo tanto, y llegados a este punto, vuelva a su mesa de trabajo estimado lector y siga dibujando. No tiene ni un minuto que perder. La única diferencia entre una persona cabezota y una persona persistente es si su idea ha triunfado o no 1. Y para que ésta tenga éxito necesita de usted, de su pasión y de su renuncia, de su pensamiento y de su trabajo. Sólo de usted depende ser o no una persona persistente.

 

Sobre el título: Del original ASHTON, K. How to fly a horse: the Secret History of Creation, Invention and Discovery. Londres: Windmill Books; 2015.

 

Notas de página
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“If your idea succeeds, everybody says you’re persistent. If it doesn’t succeed, you’re stubborn.” Judah Folkman.

Por:
(Madrid, 1990) Arquitecto por la Escuela de Arquitectura de la UAH, 2015, y Máster en Proyectos Arquitectónicos Avanzados por la ETSAM, 2016. Arquitecto en Foster+Partners desde 2016, donde accede tras ganar la Beca Arquia 2015. También realiza la Beca Santander 2013 en METALOCUS y colabora con José Juan Barba Arquitectos y José María Sánchez García.

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