Sobre el festival arquitectura Próxima 2018
La Sibila Délfica y Prometeo.
Pilar Díaz (Paisaje Transversal) representante de los participantes y al fondo Eduardo Souto de Moura.
Rogelio Ruiz nos hace llegar el siguiente texto:
“No es fácil saber lo que es arquitectura hoy”
ESCUCHANDO A LAS JÓVENES Y A LOS JÓVENES ARQUITECTOS Y ARQUITECTAS.
Envejecer no es solo perder vista y audición es perder la capacidad de comprender a los más jóvenes. Hace siete años tuve el honor, gracias a la invitación de ARQUIA y Ariadna Cantis, de ser parte del jurado de los premios PROXIMA de jóvenes arquitectos de esta fundación, lo cual no es un tema baladí. Tienes que analizar muchísimas obras (cientos de presentados) que te facilita la organización lo que es farragoso; pero, por otro lado, sobre tu mesa está lo más fresco de este país, que dicho sea con orgullo patrio, es de lo más fresco del mundo.
Es cierto, en el Festival de este año se comentó, que muchas de estas propuestas, en especial las vinculadas a páginas de internet que crean oportunidades de conexión y relación global, tendrían una mayor visibilidad si se realizaran en Silicon Valley, pero en esta ocasión, se nos convocó en Matadero, Madrid, ya que, aunque solo fuera por equidistancia, es ciudad que nos aúna a todos (centro di gravita permanente, como se llamaba una de las propuestas tomando el tema de Franco Battiato).
Sin embargo, no creo que la inmensa mayoría de los que estaban allí conociera de primera mano esta canción, ya que en realidad había dos tipos de arquitectos (sí, sí, y arquitectas y esto para todo el texto) unidos bajo la bóveda de la Casa del Lector 1 que nos daba un manto unificador a todos que por supuesto éramos imposibles de unificar. Como digo un grupo llevábamos zapatos y camisas (es decir, se habían matado animales para cubrir nuestros pies) y éramos básicamente voyeurs y los protagonistas, que eran mayoría, envolvían sus pies con zapatillas deportivas y vestían mayoritariamente camisetas y de negro. Eran mayoría además porque el arquitecto, ya no es hoy el arquitecto, sino el “grupo de arquitectas y arquitectos” y allí hacían del día una fiesta, un “Festival” como se llamaba el evento que terminaba con un DJ.
Además, la diversidad de actividades que hoy puede realizar un titulado en nuestra disciplina es tal que al difuminar los bordes, boundaryless, también el centro, si lo hay, acaba difuso. En realidad muy pocas de las obras que el jurado recogió como finalistas este año estaban construidas, más bien eran un “alto contenido sin forma”, paradójicamente en un acto muy formal.
Sin embargo, el personal se calentaba y atacaba desde las gradas, porque estimaban que alguno de los relatores no trataba con el mismo status a la arquitectura construida que a la realizada como ejercicio intelectual colectivo, asociativo, en la red… Una arquitecta se acaloraba diciendo como la Academia va por detrás de la realidad y no valora en igualdad de condiciones su importante labor (esto siempre pasó y pasa con Academia y Justicia).
Por otro lado, hablando con un veterano docente (con camisa y zapatos) me decía que dando clase a un reciclador profesante y devoto de los contenedores y pallets, le tenía que acabar diciendo: “pero hombre entrega el ejercicio de una vez con el tema que yo te he propuesto”. Cuando no hay trabajo los arquitectos son los que tienen que crear su propio cometido y así Cristina Colmenares remarcó que un concepto que había aparecido a lo largo del día muy interesante era “La Noción ampliada del Cliente”: el cliente ya no es una persona que te encarga un cometido, es toda la sociedad la que depende de las soluciones transversales que ahora plantean estos equipos.
La situación que sobrevolaba la sala hasta que explotó es que, como advirtió Jacobo García-Germán, al menos diecinueve de las veinticinco obras seleccionadas no han reportado ningún beneficio económico a sus autores. Un joven arquitecto (creo que gallego) decía, y esto si era llamativo, que había niños por la sala, madres y padres jóvenes con carritos, y él se preguntaba: ¿Quién paga esos pañales y lo que comen, de dónde salen las habichuelas?
Alguno de los indignados protestaba porque no se le advirtió cuando estudiaba que luego la calle estaría “lloviendo” de este modo, e Iñigo García Odiaga algo mayor que el resto (no recuerdo si todavía llevaba zapatillas), muy simpático, decía que el problema lo había tenido él que conoció los años buenos, “que estaba en la playa con las gafas de sol tan tranquilo y de repente le cogió todo el tormentón, lo cual fue un trauma”. Se preguntó a mano alzada quienes vivíamos de otras cosas para poder hacer arquitectura… Es decir, un poco quien era como Kafka en su oficina para luego escribir, pero a mí se me venía a la cabeza al pensar en el escritor “El artista del hambre”. Ya nadie hablaba de que aquella situación que pudimos vivir los mayores pudiera volver a darse. Y es que la pregunta flotante era ¿Qué es hoy un arquitecto?
Más tarde, Joao Carrilho da GraÇa nos decía que un arquitecto es “como un guía turístico, un descubridor al mundo del carácter de situaciones diversas extraordinarias”.
Pero, la realidad me la contaba una joven arquitecta venezolana del público, sentada a mi lado, al decirme que su novio arquitecto era un gran admirador de Souto de Moura y, al preguntarle yo cómo no estaba allí para verle, me dijo que trabajaba en una empresa exportadora de vinos… Y, al final, lo que vemos es inestabilidad.
Muchos de los asistentes se balanceaban en los columpios que colgaban de los puntales metálicos manteniendo el equilibrio como podían… El día anterior, en la Universidad de Valladolid, José Morales decía que no se fía en la búsqueda de referencias para forjar la idea de un proyecto de ninguna que sea estable (sí, un oxímoron), y al final lo que vemos es que cada vez más vivimos en la previsión de Zigmunt Bauman, en medio de una modernidad líquida que solo nos proporciona fluctuación y ninguna certeza…
Hubo varios guiones en esta edición comisariada por Iñaqui Carnicero que trataban de poner orden en la diversidad: la idea de contexto, el conflicto como oportunidad, la magnitud de lo pequeño y el pensamiento operativo. Todos ellos hacían referencia y aglutinaban ejemplos que luego vimos y que son muestra de lo que la sociedad nos ofrece hoy, o más bien de lo que los noveles arquitectos ofrecen hoy a la sociedad.
La idea de contexto recogía fundamentalmente actuaciones sobre patrimonio o simplemente sobre edificios reutilizados a los que los autores sacaban el mayor partido con los mínimos medios mostrando una destreza tremenda, y aquí si había una conexión con la actividad arquitectónica tal como la vivimos hasta ahora. Es decir eran actuaciones construidas en la ciudad a la que respetaban, como el garaje GON-CAR de NUA que sufre una transformación interesantísima , o Escolano y Steegman que poetizaban uno de estos pisos del eixample tan agradecidos cuando la mano de los arquitectos es sensible (me acordaba del de Vora arquitectes que premiamos antes). Joel Pedrosa presentaba una intervención cuidada en un patio de manzana de Olot en la que jugaba con los ladrillos y la luz. O la inserción del IMPLUVIUM de De Abajo-García en Reinosa (que por cierto acaba de ganar el premio DETAIL en Alemania). También, la peluquería de Serrano+Baquero conseguía con pocos medios crear un espacio especial. En Euskadi nos mostraban el poder de definición de un cierre de un campo deportivo (Matzada) bien concebido (Rdguez. Korta, Backer, Oleaga). Muy interesante la intervención en los tinglados de Valencia de rellam arquitectura que en el sitio que estábamos mezclaba su imagen en la pantalla con la materialidad del lugar que ocupábamos. Obra madura ya la estación de Burgos de Contell-Martínez o también, “La casa del Búho” de Gonzalo Gutiérrez Araujo.
El conflicto como oportunidad aglutinaba, exposiciones sobre fronteras, o esfuerzos editoriales por recoger casuísticas sociales concretas fruto de la situación mundial. También como dicen los de Arqbag allí recogidos “el arquitecto no vende ya un producto sino que ofrece un servicio” haciendo hincapié en esa situación actual del profesional que busca en la sociedad y se involucra. Pero, no sólo busca conflicto, los de Arquimaña con su Open- Bike, han colgado en la red una bicicleta de madera que te puedes descargar y hacer tú mismo…Al final, José Juan Barba lanzaba una pregunta al público y nadie respondía ¿queréis que nos paguen por nuestro esfuerzo y cuantos de vosotros os bajáis cine y música gratis si podéis? Barba puso un video de mi admirado Yona Friedman en el que se veía una Barcelona con infravivienda recogiendo hace muchos años toda la inmigración y la dureza de las imágenes (con esas propuestas suyas luego de ciudades elevadas) pero perdió su tremenda importancia e interés por el mero hecho de que estaba en francés lo que supuso otro brote de revolución – lo cual no deja de ser curioso, porque como matizó Anna Puigjaner, ellos pertenecen a la generación del Erasmus y todos hablan idiomas de manera envidiable-.
Por cierto, la camiseta de Ana María López Ortego (de Arquitectura Expandida) llevaba escrito C´est rien, C´est la rue (movimiento social francés); esta cordobesa que se fue hace ocho años a vivir a Bogotá nos enseñó un cine autoconstruido y “autoconstreñido” entre infravivienda que es un faro de luz en el caos, y que muestra el valor y apostolado de esta andaluza.
Zuloarq, habituales en la entrega de premios de Arquia Próxima, volvían a la carga recogiendo material de los almacenes del Ayuntamiento de Madrid para generar letras con bolas de farolas recicladas y crear nuevos diseños: IMAGINA que comparaban con aquella imagen de Mansilla-Tuñón con las letras del Museu de Castellón en los camiones.
La magnitud de lo pequeño buscaba lo que es más que inevitable hoy, que la dimensión de las teles crece mientras que la de los proyectos baja. Yo creo que no se trata de tener proyectos interesantes (en el concepto que se venía aplicando) sino hacer que los proyectos que se tienen sean interesantes. Aunque me temo, como vengo diciendo, que la situación obliga a que nos creemos nuestros propios cometidos. Me hubiera gustado allí añadir la frase de Gropius en la Bauhaus “ diseñar una silla o un aeroplano difiere solo en el grado”, o también hablar de los haikus que nos dicen tanto con tan poco y de los bestsellers que acumulan páginas sin hacernos sentir nada…pero claro tras escuchar una intervención que decía que “Hay que dejarse ya de discursos casposos sobre Las Ciudades Invisibles” con lo que a mí me gusta Italo Calvino, preferí callar (por miedo supongo2, aunque como dijo luego Anna Puigjaner: “No dar respuesta es también una respuesta”. Una fiesta era también el proyecto de falla para San Juan en Alicante de Amelia y Paula Vilaplana, lleno de color como Amelia que lo presentó e iba de verde sobre el color negro elegido en general por los asistentes. Es una pena saber que su obra se fue a la llum de les fogueres…siempre nos quedarán sus fotos en domus.
El pensamiento operativo
Temas de nuevo muy interesantes, como AFTER BELONGING, estudiando nuestra relación con la memoria o entorno en un mundo nómada y cambiante.
Bartlebooth, que se autodenomina “plataforma de experimentos editoriales”. Páginas como City Cook Book que recogen comidas y encuentros en las calles, haciendo de notarios en la red de lo efímero (que aparecían en otro epígrafe pero encuentro mejor aquí), otra que recoge catálogos de parques. El trabajo Order the architects mind de Pedro Mena, comparando y “estetizando” manzanas de una ciudad, tipografías…en una clasificación desbordada y ordenada que nos lleva a la biblioteca de Borges o al mundo compulsivo de Lineo.
Tenemos que decir también que, son todos evidentemente inteligentísimos, y se expresan además con una más que envidiable soltura, rebatiendo y llevando a su ascua todos los temas, siendo además de relevantes, como rezaba la jornada, irreverentes, frescos y persuasivos, es decir: jóvenes.
“No es fácil saber lo que es arte hoy” dijo Eduardo Souto de Moura más tarde, y parafraseándole me despido: “No es fácil saber lo que es Arquitectura hoy”.
Autor del post: Rogelio Ruiz
Fotos: Rogelio Ruiz