Arquitectura y cultura material.
Hace unas semanas, me encontraba finalizando una próxima publicación en torno al potencial de la arquitectura como activo ambiental 1; es decir, su capacidad de producir beneficios ecosistémicos tanto en el medio natural como en el tejido social, tanto en la escala global como en la local. Precisamente “La arquitectura como activo ambiental” fue el título de mi última conferencia en el congreso Sostenibilidad y territorio: impactos de la calidad ambiental en la construcción y re-construcción de los paisajes urbanos, organizado por la Cátedra UNESCO de Paisajes Culturales y Patrimonio, en colaboración con el Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda del Gobierno Vasco y la Universidad del País Vasco UPV/EHU 2. En medio de la vorágine final del curso académico, la revisión última del libro y la preparación de la ponencia, nos llegó al despacho -vía postal- un libro absolutamente relacionado con todo lo que estábamos haciendo en ese momento, una buena práctica que sin duda bien merece ser aquí reseñada: el proyecto Life Reusing Posidonia 3.
El Instituto Balear de l’Habitatge (IBAVI), en colaboración con la Dirección General de Medio Natural, Educación Ambiental y Cambio Climático, recibió una subvención europea valorada en 754.012€ del programa LIFE+2012, con el objetivo de llevar a cabo la construcción y monitorización del proyecto de 14 viviendas de protección pública en Sant Ferran, Formentera. El proyecto debería contribuir al desarrollo de tecnologías, métodos e instrumentos innovadores en el ámbito de la conservación de la naturaleza, el cambio climático, la política medioambiental y la información y comunicación sobre cuestiones medioambientales en todos los Estados miembros de la Unión Europea.
Lo interesante del caso es que, para conseguir estos ambiciosos objetivos, no se utilizarán sofisticadas tecnologías, ni materiales novedosos con su correspondiente dossier de certificados ambientales; tampoco se aplicarán códigos de construcción severos en cuanto a la limitación de la demanda energética, sellos o certificados ambientales de ámbito internacional. Bien al contrario, el proyecto es entendido como un prototipo que demuestra que “los sistemas constructivos más sostenibles, en cuanto al aspecto ambiental, económico y social, están cerca, son viables y se encuentran en peligro de extinción: las industrias locales artesanas de producción ecológica con materias primas de kilómetro cero” 4. El aspecto cultural, añadimos, resulta clave en esta actitud o toma de posición ante una determinada acción sobre el territorio: la calidad de la arquitectura, el espacio público y la ciudad en su conjunto, dependen -en gran medida- de nuestra cultura material.
El uso de hormigón de cal sin armadura, estructura a base de bloque de hormigón celular reciclado y forjados de madera, mortero de cal en fachada, piedra de marés, áridos reciclados, carpinterías de madera (en ocasiones reutilizadas), corcho o elementos cerámicos, no hace sino abordar el proyecto contemporáneo desde la identificación y reinterpretación de los recursos locales, presentes en la cultura material de la arquitectura vernácula. La recuperación de la posidonia oceánica como aislamiento térmico aparece como uno de los retos más reveladores, aprovechando un excedente natural procedente del Mediterráneo en un ejercicio de retroalimentación entre la arquitectura y el paisaje. Sabíamos del uso de algas como impermeabilizante en la arquitectura tradicional ibicenca, en ocasiones nos hemos preguntado si puede haber algo más radicalmente contemporáneo que el hecho de construir con plantas marinas, con aquello que la naturaleza o el lugar es capaz de ofrecernos, más allá de la estética low-tech, los socorridos palés o el celebrado “homeless design”; más allá de la eficiencia energética, por reduccionista 5; o el desarrollo sostenible, por interesado 6. Más allá del discurso ambiental como mercancía, la arquitectura -sin adjetivos- ofrece una espléndida oportunidad en la reconsideración de la actual cultura material del mundo: la cultura material del territorio y el paisaje, una cultura en la que el futuro remoto parece confundirse en ocasiones con el pasado inmemorial 7. Naturaleza y artificio. Manufactura y lugar. Arquitectura y cultura material.