LO QUE SUCEDE, CONVIENE
Desde: Diario de una Arquitorturada
“Se puede decir que la frase que da título a este post es una expresión a la que hemos recurrido en infinitas ocasiones en nuestro viaje reciente a Cuba con motivo del VIII Coloquio Latinoamericano sobre Patrimonio Industrial. Como apunta David Le Breton en el pasaje anterior, tengo la sana costumbre de llevarme un cuaderno de viaje en el que dibujo, garabateo, anoto expresiones locales o nombres de platos y bebidas y, si por alguna razón encuentro la inspiración y un momento de calma, las sensaciones que me dejan las vivencias experimentadas durante mi estancia. Lo que sigue a continuación son unas páginas desde La Habana.
Con gran emoción escribo estas líneas en una terraza de la plaza de la Catedral tomando una Bucanero bien fría, escuchando “Chan Chan” y disfrutando del dolce far niente. Cuba ha sido todo un descubrimiento para mí, al igual que estoy segura que lo fue hace casi un siglo para mi bisabuelo que se quedó ocho años en La Habana.
Nunca me he sentido más en casa. Es increíble la hospitalidad y nobleza de esta gente, su potencial, no sólo intelectual de todos aquellos con los que he tenido la fortuna de compartir mi tiempo, sino también de la arquitectura, del patrimonio, de los paisajes, de lo intangible de esta isla infinita.
(…) ”
Acceder al Artículo AQUÍ