LUDANTIA o los lugares de encuentro de arquitectura e infancia
“Deshaz un mapa y lo que te queda es una lista”
Nick Groom
Ludantia podría ser el nombre de una de las ciudades invisibles de Italo Calvino, una ciudad que tiene en sus calles y plazas a niñas y niños que juegan, transforman y mejoran los espacios que habitan; una urbe ludens en constante evolución que emerge del trazado primigenio de los proyectos educativos.
Ludantia nace con la I Bienal Internacional de Educación en Arquitectura para la Infancia y la Juventud 1 cuyo tema es “Habitar desde lo lúdico: del patio escolar a la ciudad como tablero de juego”.
Sin embargo, al describirla se corre el riesgo de deshacer el mapa que dibuja y reducir su contenido a una enumeración de nombres y datos, diluyendo el verdadero significado de este lugar de encuentro.
¿Qué representa en el panorama de la arquitectura la celebración de esta Bienal?
En primer lugar, podemos decir que Ludantia permite mostrar la validez e importancia de la educación en arquitectura para niñ*s y jóvenes en cualquier contexto geográfico y social. Lo corroboran las interesantes propuestas de Colombia, país invitado en esta edición, los 89 proyectos educativos presentados procedentes de 19 países 2, la participación de la UIA Children (mediante conferencias y mediante la exposición de los Golden Cubes Awards), así como la internacionalidad del público y los ponentes.
El intercambio y lo colaborativo han sido la base de trabajo, ya que las individualidades de las propuestas han alcanzado un nuevo significado y transcendencia al entenderse como suma.
Decía Berger que “es mejor practicar la estética que discutirla”. Acorde a esta idea, la Bienal ha concebido espacios que inciden en el aprendizaje de la arquitectura a través del juego y la experimentación directa, como son la ExpoActiva y los talleres realizados en las plazas de Galicia (Xogo na rúa).
Precisamente la ExpoActiva3 , una de las piezas clave de Ludantia, muestra la dimensión estética del “jugar a arquitectura” a través de la abstracción geométrica y del uso de forma sencillas (el punto, la recta, el triángulo, el cuadrado, el pentágono…) convertidas en sus múltiples combinaciones en un material constructivo infinito y libre. Y es del intercambio y del juego compartido con otros de donde surge espontáneamente el espacio público.
Finalmente, Ludantia ha abordado la necesidad de crear marcos teóricos y espacios de formación que permitan ir construyendo un cuerpo sólido de conocimiento sobre este tema. Así lo muestran las 75 comunicaciones participantes de 18 países, los cursos de formación impartidos y las publicaciones realizadas en colaboración con diversos equipos y con las escuelas de arquitectura de A Coruña y de Oporto.
Pero en una visión panorámica, Ludantia es esencialmente un espacio de reflexión de la presencia de la infancia en las ciudades y del papel activo que niñas y niños deberían tener en ellas. Sobre este tema habló Tonucci en las conferencias inaugurales, mientras Pontevedra, ciudad de acogida, funcionaba como contexto urbano ejemplar en el que pasear, disfrutar y reconocer las acertadas políticas de movilidad y los espacios conquistados por la infancia. Como le diría Marco Polo a Kublai Kan, las ciudades son lugares principalmente de trueque, aunque a veces éste puede ser de palabras, deseos, proyectos y recuerdos.
Así Ludantia, ciudad donde se encuentran arquitectura, educación e infancia.