Del átomo al paisaje _ Urbanismo y Arquitectura en la acción contra el cambio climático.

Hoy se celebra el Día Mundial de la Arquitectura 2017 con el lema, a propuesta de la UIA, Acción contra el cambio climático.

Sin duda resulta interesante y alentador el interés del sector por una realidad cada vez más urgente y necesaria, precisamente hace dos años escribíamos en este mismo blog sobre la necesidad de atender una cuestión tan relevante desde el ámbito del urbanismo y la arquitectura: titulábamos entonces “Ciudad y Cambio Climático: preguntas incómodas”. Y al parecer las mismas preguntas mantienen inalterada su condición embarazosa: la acción se resiste.

 

Existen al menos tres argumentos que podrían si no explicar, al menos indicar algunas poderosas razones para esta concienzuda resistencia a la acción.

Por un lado, el Medio Ambiente como idea virginal de un mundo inalterado posiblemente ya no exista: asistimos a un continuo conglomerado de ecosistemas humanos altamente manipulados, un sistema liberado ya del concepto tradicional de Naturaleza que ha dado lugar al nacimiento de una nueva era geológica: el Antropoceno (1).

Por otro lado, la noción misma de “Cambio Climático” responde a un intangible de orden global, imposible de percibir en la escala local por nuestros sentidos y nuestro tiempo, inabordable para nosotros: un híper-objeto según la denominación del filósofo Timothy Morton (2). Difícil afrontar aquello que apenas puede distinguirse ni comprenderse.

Por último, la inercia cultural y económica que ha soportado las grandes operaciones urbanas de los últimos años, así como la propia disciplina arquitectónica, habita en gran medida de espaldas a una realidad ambiental cada vez más preocupante, una quimera que con frecuencia ha sido abordada bien desde el maquillaje propio del greenwashing, bien desde la actitud en ocasiones paralizante de la deep ecology, desarticulando el sistema -muy hábilmente- el concepto de sostenibilidad en favor de la terminología neoliberal que subyace dulcemente bajo la falacia del “desarrollo sostenible” (3).

 

A pesar de los 45 años transcurridos desde la primera Cumbre de la Tierra en Estocolmo o el primer informe del Club de Roma “Los límites del crecimiento” (ambos de 1972), a pesar de la manifiesta lentitud y sensación de pasividad e impotencia, nos encontramos en disposición de atender -de manera colectiva y urgente- la requerida Acción contra el Cambio Climático desde la arquitectura y el urbanismo.

Para ello, tal vez los objetivos deban ser re-evaluados, pasando de las acciones correctoras de carácter fundamentalmente reactivo (infraestructuras de contención, eficiencia energética y emisiones cero o la cultura del reciclaje) a las estrategias regeneradoras de carácter proactivo (biotecnología e ingeniería molecular, la cultura biodegradable, la energía positiva, los sumideros de carbono o las infraestructuras verdes). En palabras de Winy Maas: “el urbanismo es un tema urgente y tiene que explicarse de un modo nuevo y acorde con esta urgencia” (4). Lógicamente, también la arquitectura debe encontrar su propia ecuación, implícita en esta idea inter-escalar que va del objeto al territorio, del átomo al paisaje.

 

Digo las cosas tales como son

O lo sabemos todo de antemano

O no sabremos nunca absolutamente nada. (5)

 

NOTAS:

(1)_ Término acuñado por el ecologista Eugene F. Stoermer a principios de los años ochenta y que fue popularizado años después por Paul Crutzen, Nobel en Química por sus trabajos en Ciencia Atmosférica.

(2)_  Ver García, Miriam, “Hacia la metamorfosis sintética de la costa”, Tesis Doctoral inédita, ETSA UPM (2017).

(3)_ En abril de 1987 la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo presentaba el informe “Nuestro futuro común” también conocido como Informe Brundtland. El informe alcanza una enorme repercusión internacional utilizando por vez primera el término “desarrollo sostenible” definido como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones. Frente a las tesis del primer informe del Club de Roma, que propone de manera precisa limitar el crecimiento, el informe Brundtland retoma las tesis liberales del crecimiento y progreso, legitimando de alguna manera el modelo económico y político vigente en un importante cambio de discurso en el panorama internacional.

(4)_ Winy Maas, congreso “Arquitectura y Cambio de Clima”, Pamplona, 29 Jun-1 Jul 2016.

(5)_ Nicanor Parra. Poesía y antipoesía. Madrid, Castalia, 1994.

Imagen: BiotA LAB. Investigación sobre un tipo de hormigón bio-reactivo capaz de mantener comunidades de micro-organismos sobre su superficie con el objetivo de mejorar la calidad ambiental de nuestras ciudades (The Barlett School of Architecture). Condiciones similares presentaban los muros de Adobe a base de fibras vegetales o animales y barro sin cocer (deshidratado al sol) cuyo empleo se remonta 8.000 años atrás en el tiempo hasta Mesopotamia.

Por:
Miguel Ángel Díaz Camacho, doctor Arquitecto por la Universidad Politécnica de Madrid. Es el actual Presidente de la Asociación Sostenibilidad y Arquitectura vinculada al Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España. Dirige la compañía MADC & Partners SLP dedicada a la arquitectura, el urbanismo y el diseño ambiental, obteniendo numerosos premios en concursos nacionales e internacionales, así como reconocimientos a su obra construida. Profesor universitario, investigador, escritor y crítico de arquitectura, es autor, entre otros, de los libros “Párrafos de Arquitectura. Core(oh)grafías” (2016) y “Arquitectura y Cambio Climático” (2018).

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