Arquitectas que abrieron puertas
Desde El País, Del Tirador a la Ciudad
“El testimonio de cualquier pionero es fundamental para poder escribir la historia ya que, curiosamente, es el contexto más que los hechos lo que termina por describir las épocas. Así, las palabras y los recuerdos de las arquitectas gallegas pioneras Elena Arregui, Milagros Rey, Myriam Goluboff, María Jesús Blanco, Julia Fernández de Caleya, Pila Rojo o Teresa Táboas son importantes tanto por lo que revelan en singular como por lo que representan en plural. En singular describen las dificultades y los logros de mujeres con sobresaliente capacidad intelectual, enorme inquietud y notables posibilidades económicas. En plural, dibujan una época en la que en algunas academias no se preparaba a las mujeres para el examen de ingreso en la Escuela “porque ni trabajan ni dejan trabajar”. Lo cuenta Elena Arregui Cruz-López, una de las ocho proyectistas entrevistadas por María Carreiro y Cándido López para el libro Arquitectas pioneras de Galicia (Universidade Da Coruña).
Vaya por delante que las ocho mujeres retratadas en este libro, a partir de sus propias declaraciones, fueron o son personas privilegiadas. Les costó llegar a ser arquitectas pero en su contexto existía la posibilidad de serlo. Lógico es entonces que la discriminación que vivieron les pudiera parecer a veces, y sólo a algunas, anecdótica o algo alejado de su vida. No por ello dejaba de ser algo habitual, y no exclusivo de la arquitectura, en un tiempo en el que al propio padre de Rita Fernández Queimadelos lo desheredaron al quedar huérfano con 12 años. Eso sí, el hombre llamó La Modernista a la mercería que montó en Ourense (…)”
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