Cohousing y tercera edad como proyecto socio-urbano
La relación entre cohousing y tercera edad determina el proyecto de comunidad y hábitat como un medio para fortalecer las relaciones intergeneracionales y promover la idea de la casa cuidadora.
El origen del modelo de vivienda compartida o cohousing surge en los años sesenta como alternativa al modelo habitacional existente y a las formas de uso de los espacios de la vivienda. Se basa en una organización comunitaria en la que un grupo de personas cooperan para acceder a viviendas de uso particular donde se comparten los espacios comunes, equipamientos y servicios, así como los gastos de inversión y mantenimiento. El modelo parte de unos principios fundamentales: gestión y organización del proyecto por los integrantes de la comunidad; sostenibilidad a través del aprovechamiento y gestión responsable de los recursos; diseño participativo; cooperación y sentido de comunidad.
La idea de una vida en comunidad supone también una redefinición del diseño de la vivienda en función de los usos y de las necesidades para así facilitar que la casa pueda cuidarnos cuando lo necesitemos [1]. Esta idea plantea, además, el principio de cohesión intergeneracional de las personas que forman parte de la comunidad para que éstas participen en las tareas de cuidado y atención. En este sentido, y con especial preocupación hacia las personas de la tercera edad, toma importancia la diversidad generacional como una característica más de la comunidad que integra un cohousing.
Por otro lado, la vejez en nuestra contemporaneidad es uno de los grandes fenómenos de transformación social dado que la población mundial envejece de forma acelerada; la proporción de personas mayores de sesenta años representará para el 2050 el 22% de la población mundial [2]. Esta realidad compone un complejo de factores que nos lleva a pensar cómo resolver, entre otras cosas, la incapacidad de hacernos cargo del cuidado de los ancianos. Es posible, entonces, planificar la vivienda para el último estadio de la vida desde el modelo de covivienda como una respuesta alternativa a las tradicionales residencias de ancianos.
El Cohousing, desde la perspectiva de la vivienda cuidadora y apoyado en la cooperación intergeneracional, redefine el concepto tradicional de casa en un sistema capaz de cumplir diversas funciones; la vivienda debe servir también para enseñar, criar y cuidar. Este modelo podría articularse en un plan participativo de regeneración social y urbana que considere las capacidades de las distintas dimensiones sociales del territorio como oportunidades. Así, desde la dimensión del barrio y de la vivienda, se podría potenciar la capacidad productiva y cooperativa, fomentar la sociabilidad y fortalecer los vínculos entre generaciones.
Notas:
1_ La idea de una casa que nos pueda cuidar viene a propósito de las propuestas sobre nuevas formas de proyectar la vivienda que plantea la arquitecta Anna Puigjaner: «Quiero una casa que me cuide cuando esté enferma» En: http://www.lavanguardia.com/cultura/20170512/422502408982/puigjaner-arquitectura-colectivismo-harvard-casa-curativa.html
2_ Organización Mundial de la Salud. Datos interesantes acerca del envejecimiento. En: http://www.who.int/ageing/about/facts/es/
Portada: Imagen de la película: «¿Y si vivimos todos juntos?» de Stéphane Robelin (2011), donde se aborda el tema de la vejez y la vida en comunidad como alternativa a la residencia de ancianos.