Por Arquine
“El jefe de Gando, un pequeño pueblo de no más de 2,500 habitantes en Burkina Faso, envió a su hijo mayor a la escuela fuera del pueblo para que aprendiera a leer. El niño aprendió a leer y un oficio, carpintería. Después recibió una beca para un curso en Alemania, donde se quedó y estudió arquitectura. Ése es Francis Kéré, quien regresó a Gando y construyó escuelas, una biblioteca y un centro comunitario, entre otros proyectos, además de mantener su oficina en Berlín.
Cuando pensamos en el futuro a partir de o para la arquitectura, quizá lo hacemos con imágenes de la ciencia ficción, de utopías propuestas en otras épocas o de distopías que nos amenazan. Le preguntamos a Kéré cómo piensa en el futuro desde su experiencia como arquitecto global e hiperlocal que trabaja en una pequeña comunidad en un país en vías de desarrollo.
Francis Kéré (FK): La pregunta por el futuro es una de las más importantes. ¿Dónde y cómo viviremos? Pero el futuro ya está sucediendo y lo vemos:todos van a las ciudades. En el futuro, las ciudades serán muy pobladas y habrá que buscar la manera de hacerlas humanas. La probabilidad de perder el lado humano es muy alta. No sé si podemos darle la vuelta. Las ciudades son atractivas y no creo que podamos cambiar eso: que la gente vuelva al campo. Pienso que serán una mezcla entre ciencia ficción, en términos de transporte —porque habrá que mover a mucha gente y los medios actuales no lo resuelven del todo— y de cómo organizar tanta gente, y la manera de conservar el humanismo. Para mí, el humanismo es la forma de lograr que la gente esté junta sin estar dividida o aislada —en una cápsula high- tech—. Si no logramos hacer que las cosas funcionen manteniendo el humanismo, no tendremos futuro.
¿Eso tiene que ver con la forma, con los materiales, con los usos? (…)”
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