Rem Kookhass: La comodidad está sobrevalorada
Por Anatxu Zabalbeascoa
Fotografía Chris McAndrew
Desde El País Semanal
“ No es el más popular, pero sin duda es el más influyente. Si hay alguien a quien los arquitectos del mundo escuchan, ese es Rem Koolhaas (Róterdam, 1944). Sus colegas analizan con lupa cada una de las nuevas propuestas del autor de la sede de la televisión china en Pekín, la Casa da Música en Oporto o la Biblioteca de Seattle. Innovador, precursor y gran observador, en sus libros ha anticipado las cuestiones que definen hoy la ciudad. Él asegura que esa visión le viene de haber crecido en Indonesia: sabe mirar sin prejuicios. Sus imaginativos edificios alimentan ejércitos de epígonos. Hay expectación ante su propuesta para ampliar el Prado, y el Festival de Cine de Venecia mostró la película Rem, firmada por su hijo Tomas. A un tipo con su potencia es fácil criticarlo por una cosa y su contraria. Esa amplitud da una idea del personaje, un creador mitificado hasta el ridículo.
El arquitecto de cabecera de Prada llega a su minúscula oficina de Ámsterdam (una habitación de unos 20 metros con el cartel de OMA –Office for Metropolitan Architecture– en la puerta) con una bolsa de plástico blanca y sin desayunar procedente de su casa, a unos números más arriba en la misma calle del ensanche burgués de la ciudad, con menos bicicletas y más cafés.
¿Por qué ha vuelto a vivir en Ámsterdam? (…)”
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