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Handmade architecture as a catalyst for development.
En esta conferencia, parte de las Global Urban Lectures de UN-Habitat UNI, Anna Heringer presenta una serie de proyectos donde la elección de los materiales y las técnicas de construcción tienen una influencia determinante en la distribución de los recursos, la participación y la equidad. Enfatizando en que “no podemos construir casas sólo de acero y hormigón para siete millones de personas”, propone una estrategia de orientar la creatividad global hacia los materiales, las habilidades y los potenciales locales.
Anna Heringer insiste en que la arquitectura es una herramienta para mejorar la vida, no sólo proporcionando un techo sobre las personas sino también proporcionando una arquitectura que contribuya en el impulso de la dignidad, de una sociedad benévola y de la diversidad cultural.
Anima a los profesionales, a que llegado el momento de realizar un proyecto, se pregunten a ellos mismos: ¿Qué pasaría si los siete millones de personas proyectaran y construyeran de la misma manera? Si se respondiera de manera honesta, ella comenta que el mundo sería un poco más justo con respecto a la distribución de las ganancias, más diverso en términos de lenguaje arquitectónico y cultural, y se evitaría la explotación del ecosistema del planeta, salvaguardándolo para las generaciones futuras. Afirma que a largo plazo, el proceso es tan importante como el resultado arquitectónico.
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