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Elisabeth Diller, Ricardo Scofidio y Charles Renfro pasean con la cámara por el High Line en New York explicando las ideas clave del proyecto que llevaron a cabo entre 2009 y 2011, en colaboración con Jamer Corne Field Operations y Piet Oudolf.
High Line es una parque público de aproximadamente 2,4 km, construido en una línea de vías elevada desde Meatpaching District a Hudson Rail yards en Manhattan. Inspirados por la melancólica y disruptiva belleza de esta ruina postindustrial, donde la naturaleza había reclamado su espacio en esta infraestructura urbana, el nuevo parque interpreta su herencia. Traslada la biodiversidad que se asentó después de convertirse en una ruina en un microclima urbano específico a lo largo de la vía que incluye espacios soleados, de sombra, húmedos, secos, expuestos o resguardados al viento.
A través de una estrategia de agri-tectura, -parte agricultura, parte arquitectura-, la High Line se codifica en discretas unidades de pavimento y plantaciones que se entremezclan a lo largo de los dos kilómetros y medio en una variedad de gradientes desde el 100% de pavimentación al 100% de tierra, con una gran variedad de biotopos vegetales. El sistema de pavimentación consiste en placas alargadas de cemento con junta abierta para fomentar el crecimiento de hierba salvaje. Las unidades alargadas de pavimento tienen finales que se curvan en zonas de plantación creando un paisaje texturizado donde las personas pueden deambular por caminos indefinidos. Los puntos de acceso se han proyectado como experiencias que prolongan la transición entre el frenesí de las calles de la ciudad a la tranquilidad del paisaje superior.
Información generada a partir de los textos de la web de Didier, Scofido y Renfro.
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