“SOCIALIZAR EL SUELO ES DE SENTIDO COMÚN. UN BIEN QUE SE NOS DA GRATUITAMENTE A TODA LA HUMANIDAD NO PUEDE CONVERTIRSE EN CENTRO DE LA ESPECULACIÓN”
Por Álvaro Sánchez León (@asanleo) Desde El Confidencial
“(…) Catedrático tuteable. Alérgico a las tramas, a las burbujas, a las firmas venenosas, al travestismo arquitectónico, y al afán de los más “listos” por arramplar, con gula, con todos los proyectos. Discretamente en la cumbre, rodeado de sobriedad y de admiración. Brama a favor de la socialización del suelo, pero no es de Podemos. Es, más bien, de Debemos.
En la zona más Salamanca de Chueca, uno de los humanistas más luminosos de la arquitectura española tiene su fábrica de ideas. Un lugar intenso, sencillo, suficiente. Cuando llamamos al timbre, él y su equipo están juntos, de café, en la cocina del estudio. Sonríe. Porque los catedráticos también sonríen. Y nos hace pasar hasta la guinda de la casa, a la azotea más somera y más brutal del Madrid de los áticos sucios con antenas, tendederos, y ya.
Hombre de blanco sobre fondo blanco. Amable. Sin reloj, conversamos entre maquetas. Me he leído todo su book de palabras en Google, empezando por su antología en Jot Down, y he visto sus casas, y he querido pedirle una a los Reyes Magos.. Esencial. Contemporáneo sin tics. Con cimientos armados. Sin pozos de mis-cosas. Un currante con pedigrí profesional como la copa de un sauce llorón. Alegre.
Desarmado por tanta sencillez, yo, que venía a entrevistar a un señor de renombre, ocupadísimo, y de la jet, me derrumbo entre chillidas de pared y los tejados postvacacionales de la ciudad.
Planta, alzado y perfil. Hablamos. En río. Por donde nos lleva la corriente. (…)”
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