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En el año 1993, el Banco Mundial emitió un informe en el que animaba a todos los países a permitir que fuera fundamentalmente el mercado, y no el estado,  el encargado de proveer de oferta de vivienda y garantizar su acceso. Banco Mundial. Housing: Enabling Markets to Work. Publicación No. 11820, 30 de abril de 1993. Disponible en: https://documentos.bancomundial.org/es/publication/documents-reports/documentdetail/387041468345854972/housing-enabling-markets-to-work

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Estos días visitamos la exposición Suburbia: la construcción del sueño americano, del CCCB, donde se expone esto con claridad. CCCB. (2024). Suburbia. Centre de Cultura Contemporània de Barcelona. https://www.cccb.org/es/exposiciones/ficha/suburbia/243777

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Dioni López, J. (2021), “La España de las piscinas”, Arpa Editores.

Una ética y estética de la arquitectura desde el usuario

Santiago Calatrava presenta la maqueta del Centro de Convenciones de Castellón a Francisco Camps, Carlos Fabra y Alberto Fabra en mayo de 2008. Un grupo de hombres en traje conversan y señalan sobre una maqueta que cuesta descifrar, ¿es un monumento, una infraestructura, un edificio de viviendas con formas abstractas?

Una imagen icónica y paradigmática de una forma de producir arquitectura que tuvo su punto álgido en las primeras décadas de este siglo, pero que aún sigue formando parte del imaginario popular. La imagen ilustra perfectamente un modelo de hacer ciudad: pensada en despachos a puerta cerrada por un grupo de personas reducido y poco diverso (hombres técnicos, políticos y empresarios de más de cincuenta años y con poder adquisitivo); enamorada de una arquitectura de escala monumental y no humana (los creadores, como si fueran deidades, admiran su obra desde los cielos); y totalmente desconectada con las necesidades de las comunidades afectadas directamente por semejante proyecto. Para curiosidad del lector, varios de los presentes en la fotografía han estado involucrados en tramas de corrupción y especulación urbanística.

Durante estos años, la demanda de proyectos arquitectónicos emblemáticos creció tanto en España como a nivel internacional, impulsados por el llamado Efecto Guggenheim como una herramienta de propaganda urbana, marca de ciudad y como atracción turística.

La divergencia entre usuarios y arquitectura

Este modelo certifica la existencia de un abismo creciente entre las necesidades, aspiraciones e intereses de las personas que habitan la arquitectura y la producción de la propia obra arquitectónica. El proceso de distanciamiento tiene raíces profundas en la especulación inmobiliaria. En el siglo XIX se produjo un crecimiento urbano acelerado por la Industrialización que se consolidó en la primera mitad del siglo XX con la creación masiva de vivienda y se aceleró tras terminar la Segunda Guerra Mundial. Los grandes inversores de vivienda (realmente especuladores) habían nacido, y a finales de siglo la liberación de los mercados intensificó todavía más estas dinámicas especulativas que priorizaron la rentabilidad de los promotores en detrimento de las comunidades locales.1 Este proceso que se fue cocinando década tras década, culminó con la burbuja inmobiliaria de 2008.2

Estas dinámicas afectaron también a la producción y uso de materiales, su transporte y los sistemas constructivos empleados, haciéndolos dependientes de combustibles fósiles y contribuyendo a incrementar la crisis ambiental global. 

Asociado a esta forma de hacer ciudad, se consolida una ética y estética particulares que acabó definiendo qué es buena o mala arquitectura en el imaginario colectivo de los usuarios, sin tener conciencia de las profundas implicaciones que tendría socialmente. Por un lado, las periferias y suburbios como paradigma de un estilo de vida acomodado: casa unifamiliar o colectiva a las afueras, jardín privado o común con césped y piscina,3 aislamiento autoimpuesto ajeno al caos de la ciudad, barrio de uso exclusivo de viviendas y movilidad dependiente de vehículos. Por otro lado, el uso de materiales como el vidrio, el PVC, el acero, el cemento, el asfalto o las resinas, que posibilitaron la creación de diseños más audaces, grandes, e incluso desescalados, que homogeneizaron la arquitectura a escala global.

En la actualidad, diversos estudios demuestran que la ciudad dispersa y el uso de materiales y técnicas constructivas desarraigadas del lugar contribuyen a la desigualdad y expulsión de grupos sociales determinados, perpetúan la división de los roles de género, desencadenan la pérdida de identidad de los lugares, aumentan la huella de carbono y aceleran la crisis climática global.

La encrucijada: ¿qué hacemos con todo esto?

En paralelo al relato anterior, durante los años noventa también se fue gestando una conciencia común en torno al reconocimiento de una desigualdad global y la necesidad de una transición ecosocial. Por aquel entonces se publicaba el primer informe del IPCC (1990), que advertía sobre el calentamiento global y sus efectos, y se consolidaron instituciones en defensa de los derechos humanos, tales como las Relatorías Especiales de Naciones Unidas (1992).

El debate también llegó a la práctica de la arquitectura. Muchos estudios ya consolidados se vieron forzados a cerrar por la falta de demanda, y los que sobrevivieron se enfrentaron a un escenario donde las lógicas habían cambiado: una profesión marcada por la austeridad y la crisis.

Fue entonces cuando surgió el espacio para formular nuevas preguntas como respuesta a lo vivido, como vehículo de reflexión en torno a las prácticas urbanas y como búsqueda de nuevas maneras de hacerlas más responsables, inclusivas y sostenibles. ¿Fue sostenible el modelo de producción arquitectónica que se había seguido hasta ahora? ¿Cuál es la función social de la arquitectura y su papel frente a estos retos ecosistémicos?

Cumbre Ciudadana en FOCCO —Fórum de Ciudades Corresponsables de Canarias. OFIC, noviembre de 2023. Foto: Daniel Cáceres

La convergencia entre usuario y arquitectura: el proceso como herramienta para la reinvención frente a un cambio inevitable

A medida que la profesión empezó a hacerse todas estas preguntas, se entendió que la manera de abordarlas tenía que ser diferente. Se extendió el uso de metodologías innovadoras, que permitieron buscar las respuestas más allá de la profesión (como había sido hasta ahora, donde unos pocos decidían por la vida de muchos), ampliando la conversación a otras disciplinas y colectivos, priorizando la experiencia del usuario como verdadero conocedor de sus necesidades y su contexto local. Así, se han ido incluyendo prácticas participativas tanto en los proyectos de diseño, arquitectura y urbanismo, como en los propios procesos internos de gobernanza y configuración de los estudios. La reflexión sobre la propia práctica, a todos los niveles, se ha convertido por tanto en un componente esencial del día a día profesional.

Con el paso del tiempo, estas prácticas se han ido consolidando y han influido de una forma más amplia en la arquitectura y el urbanismo. Las nuevas metodologías que colocan al usuario en el centro del diseño y como un agente más posibilitan la aparición de un nuevo estándar de lo que es la buena arquitectura, afectando a la cosmovisión preestablecida de la ética y la estética de nuestra profesión.

Dos ejemplos que, a nuestro juicio, recogen y visualizan esta transición son: 1) los proyectos de vivienda cooperativa en cesión de uso y 2) la proliferación de cooperativas de trabajo asociado como estructuras organizativas de los estudios. Nos centraremos específicamente en esta ocasión en la vivienda.

Evento realizado en el marco de FOCCO —Fórum de Ciudades Corresponsables de Canarias en colaboración con la Semana de la Arquitectura 2023 del Colegio de Arquitectos de Tenerife (COA). OFIC, octubre de 2023. Foto: Madi Ramos, Mi Lima Limón

Vecinos y vecinas de la cooperativa EntreAlisios debaten sobre la configuración tipológica de sus futuras viviendas. Taller de tipologías organizado por OFIC. Julio, 2023

La vivienda cooperativa en cesión de uso ofrece innumerables posibilidades desde las que reinventar la vivienda para reimaginar por completo las dinámicas y configuraciones de nuestras ciudades. Desde este plano, el diseño de las viviendas se convierte más en un proceso que en un fin en sí mismo y se amplían sus implicaciones no solo a la configuración de las tipologías o los materiales usados, sino a cómo el diseño afecta y es afectado por cuestiones fundamentales que repercuten en los usuarios. Se diseñan por tanto procesos de acompañamiento a comunidades intencionales donde los diseñadores forman equipo con otras disciplinas para establecer soluciones que conjuguen y configuren temas como la economía, la salud, la conciliación, los cuidados, la movilidad, la sostenibilidad, la materialidad o la soberanía alimentaria; afectando profundamente al diseño final de las viviendas y haciendo pedagogía junto a los usuarios de esta nueva ética y estética más conectada con las necesidades y realidades de las comunidades afectadas, las cuales han sido verdaderos protagonistas de la toma de decisiones en el diseño.

Taller dirigido por el estudio Lacol para el co-diseño del edificio de viviendas en cesión de uso en el proyecto La Borda. Cortesía de Lacol.

Ante la imagen inicial del texto, esta otra. Arquitectas de la cooperativa Lacol y usuarios de la cooperativa de vivienda La Borda se agrupan alrededor de una maqueta en una sesión de diseño participativo. Una imagen que también define un modelo de hacer arquitectura, radicalmente diferente al anterior.

Cooperativa de viviendas La Borda, de Lacol. Cortesía de Lacol.

Aquellas propuestas que en el pasado reciente huían de la ciudad compacta, de la convivencia en comunidad y la interdependencia, de la caminabilidad o de técnicas constructivas y uso de materiales percibidos como poco sofisticados, humildes, baratos o, incluso, arquitectura fea o inacabada; representan hoy la vanguardia de las propuestas arquitectónicas más igualitarias, inclusivas, sostenibles e identitarias y el camino a seguir para una verdadera transición ecosocial justa.

Notas de página
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En el año 1993, el Banco Mundial emitió un informe en el que animaba a todos los países a permitir que fuera fundamentalmente el mercado, y no el estado,  el encargado de proveer de oferta de vivienda y garantizar su acceso. Banco Mundial. Housing: Enabling Markets to Work. Publicación No. 11820, 30 de abril de 1993. Disponible en: https://documentos.bancomundial.org/es/publication/documents-reports/documentdetail/387041468345854972/housing-enabling-markets-to-work

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Estos días visitamos la exposición Suburbia: la construcción del sueño americano, del CCCB, donde se expone esto con claridad. CCCB. (2024). Suburbia. Centre de Cultura Contemporània de Barcelona. https://www.cccb.org/es/exposiciones/ficha/suburbia/243777

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Dioni López, J. (2021), “La España de las piscinas”, Arpa Editores.

Por:
La Oficina de Innovación Cívica es una cooperativa de diseño, arquitectura y urbanismo. Enfoca su labor profesional en proyectos de todas las escalas, desde el diseño y construcción de mobiliario, dispositivos urbanos, vivienda y planificación estratégica en el ámbito urbano y territorial. Tiene por objetivo generar respuestas innovadoras ante los retos sociales y medioambientales contemporáneos, involucrando siempre a las personas y comunidades afectadas mediante espacios de diálogo y reflexión colectiva. La Oficina de Innovación Cívica S. Coop. la componen actualmente María Tomé, Bentejui Hernández, Pascual Pérez y Adrián Rodríguez, y cuenta con sede en Canarias, Murcia y Barcelona.

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