El mensaje es el formato

Albrecht Dürer, Alberti Dvreri pictoris et architecti praestantissimi De vrbibvs, 1535, Imagen MET.

Cualquiera que pase por una escuela de arquitectura, y más si pasa por los cursos iniciales, descubrirá que uno de los últimos reductos de la juventud para ejercer la rebeldía no es el pasillo y sus pintadas; o la cafetería y sus asambleas, sino la negativa a someterse a los formatos de entrega de las diferentes asignaturas. Los estudiantes se quejan, antes que del esfuerzo, de los formatos de las entregas que les encorsetan y obligan. El formato, o la rebelión contra él, me refiero, se ha convertido en el último espacio claramente rastreable y compartido durante generaciones en los estudios para ser arquitecto… Que un trabajo deba ser entregado en DIN A1 o DIN A4, se vuelve un objeto de discusión acalorada. Si es en formato vertical u horizontal, otro tanto, y si el archivo a subir debe ser único o en Pdf, puede acabar en verdadera inquina hacia los docentes. En esas ocasiones uno no tiene más remedio que acordarse de que para discutir un formato, lo mejor es cargarse de razones, echarle imaginación, o verdadero talento…

Es leyenda que Oiza, formando parte de un jurado de un concurso, hizo del formato de presentación de los trabajos la base para cuestionar la idea misma de formato… “He leído en las bases que hay que usar una escala convencional. Imagínense ustedes que un señor utiliza la escala √2, que no he visto que use nadie. ¿Ustedes, lo aceptarían? ¡Hombre! ¡Qué idiotez! No hay ninguno. Siéntese usted tranquilo. ¿Quién va a usar la escala raíz de dos? Sí, pero, ¿le quitarían ustedes del concurso porque no es una escala normal? Siendo, sin embargo, en mi opinión la escala más lógica a usar hoy. Entonces, alguien (…) dice: oiga, deme usted la razón por la que raíz de dos es la escala que hay que usar. Digo, mire usted: usted dobla un papel, lo dobla en dos partes, y lo dobla en cuatro, (…) lo dobla en ocho, en dieciséis y en treinta y dos. Si repitiera Vd. la misma figura, por ejemplo una flor, en los distintos formatos DIN-A0, A1, A2, A3… etc., las escalas sucesivas de reproducción serían 1:1, 1: √2, 1:2… etc., es decir, escala mitad en dos saltos de formato y escalas √2 en formatos A0, A1, A2 sucesivos. Así de elemental…”¹ La rebeldía contra el formato puede ser la fuente de numerosos momentos de creatividad. Solo con la condición de emplear bien la inteligencia…

Paul Valéry, en su Eupalinos o el Arquitecto, plegó la totalidad de su trabajo a las exigencias editoriales del formato. El número de páginas del álbum y el número de caracteres al que servía de introducción su escrito estaban dados: 115.800 caracteres. El poeta se ciñó escrupulosamente a esas limitaciones. Empleó un arcaico y olvidado modo del diálogo platónico para poder lograrlo. Entre las frases de esa obra se encuentra la inolvidable sentencia: “La mayor libertad nace del mayor rigor”. Si Oiza invitaba a pensar sobre el trasfondo del formato, Valéry añade un valioso corolario. La imposición de un esquema formal no es un corsé, sino unas maravillosas alas.

Para la redacción de este texto las limitaciones han sido más generosas. Se ha fijado el tema: “el formato» y se me han exigido 4000 caracteres de extensión. Aunque Jaume, generosamente, me pidió que hablase del formato de mi propia página, “múltiples estrategias de arquitectura (en el que una imagen y el texto sostienen una tensión mutua), he intentado llevar algo más allá su sugerencia. Para qué hablar de mi mismo si cualquiera sabe que lo digital impone un formato específico. Que el formato del blog exige continuidad y constancia. Y que en el mundo cultural contemporáneo, una forma de lectura consciente de lo que significa no malgastar la atención del lector y menos su tiempo es crucial. Tanto en Arquitectura como en su comunicación, mejor plegarse al formato. Obedientes y felices. Solo merece la pena la rebeldía cuando de verdad sea necesaria. El mensaje siempre es el formato. Hasta aquí exactamente llegan 4000 caracteres.