Oda a los museos, guardianes del patrimonio cultural de la humanidad

Cada 18 de mayo, por iniciativa del ICOM (Consejo Internacional de Museos), se celebra el día internacional de los museos. Esta fecha es ideal no solo para visitar los museos locales, sino también para aprender de estas organizaciones sin fines de lucro, que son un importante medio para el intercambio y el enriquecimiento cultural, y que, además, ejercen el rol de guardianes del patrimonio cultural de la humanidad. Es esta fecha, a su vez, una excelente oportunidad para honrar la arquitectura de los museos, aquellos contenedores que, cuidadosa y detalladamente, albergan al anteriormente mencionado patrimonio.

La palabra museo viene del latín museum, y este del griego mouseion, que significa “la casa de las Musas”, deidades que, según la fábula, habitaban, presididas por Apolo, en el Parnaso o en el Helicón y protegían las ciencias y las artes liberales, especialmente la poesía. Los museos, al igual que las Musas, son portadores y transmisores de arte y tuvieron su origen en el coleccionismo, en la recogida y conservación de objetos valiosos, a los que luego se les dio el nombre de bienes culturales, poniéndose al alcance de la sociedad.

Antes de que existieran los museos propiamente dichos, los que visitamos hoy en día, las colecciones de objetos se albergaban en los llamados cuartos de maravillas o gabinetes de curiosidades. Estos fantásticos términos hacen referencia a piezas, o a veces simplemente a muebles en los cuales nobles y burgueses europeos de los siglos XVI, XVII y XVIII exponían sus colecciones de objetos exóticos llegados de todos los rincones del mundo conocido hasta entonces.

Los museos tienen un mágico poder: transformar el mundo que nos rodea y, también, transformarnos a nosotros, a los usuarios que entramos y jamás salimos siendo los mismos. Son incomparables lugares de descubrimiento que nos enseñan sobre el pasado de nuestras civilizaciones, sobre posibles futuros o simplemente sobre curiosidades. Abren nuestras mentes, nos muestran distintas formas de pensamiento y de expresión mediante arte contemporáneo, por ejemplo. Nos trasladan a otras dimensiones sumergiéndonos en lo profundo de algún azul en un cuadro de Monet…o nos hipnotizan con un rojo vivo del expresionismo de Rothko.

El poder de los museos no es menor, por tanto, no es extraño que arquitectas y arquitectos, a través del tiempo, hayan dedicado y sigan dedicando especial esmero al diseño y confección de estos contenedores, de estos espacios de exposición que albergan y elevan el arte y el conocimiento, prestando atención a los recorridos de sus usuarios, a los materiales que eligen, a la iluminación natural y artificial, a los soportes del contenido exhibido, a la señalética, entre muchas otras cosas.

Museo de Arte de Bregenz / Peter Zumthor. Image © Milagros Sánchez Azcona

Ejemplos hay infinitos. Podemos mencionar cómo Frank Lloyd Wright estudió el recorrido, al diseñar el Guggenheim Museum de Nueva York, o cómo Peter Zumthor trabajó la iluminación del Kunsthaus Bregenz (Museo de Arte de Bregenz), donde la luz, que es capturada por la fachada de vidrio, se filtra a través de un pleno que la atrapa y la distribuye a través de los espacios de la galería. Si hablamos de elevar el contenido exhibido no podemos evitar mencionar al Museo di Castelvecchio de Carlo Scarpa, o el Hedmark Museum de Sverre Fehn, en ambos casos cada soporte, cada exhibidor, es una obra de arte per se y está minuciosamente diseñado para exponer cada objeto en particular.

Hedmark Museum / Sverre Fehn. Image © Milagros Sánchez Azcona

En la Filmoteca de la Fundación Arquia, contamos con diversos documentales en los que se puede disfrutar de la magia de algunas obras museísticas: en el documental “Museo de la Memoria de Andalucía, de Alberto Campo Baeza [La luz en el patio]” ¹ podemos apreciar cómo la luz natural, casi coreográficamente, ejerce su presencia sobre el patio del edificio; por otro lado, en el documental “Shigeru Ban´s Aspen Art Museum” ² el arquitecto japonés nos habla sobre cómo el proyecto se integra con su entorno eligiendo los materiales apropiados y cómo genera un recorrido que exige a los usuarios ascender hasta la azotea para admirar las vistas del entorno, antes de apreciar el contenido del museo. Por otro lado, en el número 12 de la colección audiovisual de la Fundación arquia/maestros “Conversaciones con Renzo Piano”, podemos escuchar cómo el maestro le cuenta a su entrevistador, Luis Fernández-Galiano, sobre el proceso de diseño del Centro Pompidou, el emblemático museo parisino que realizó junto con Richard Rogers.

No cabe duda del potencial que tienen los museos para provocar un cambio extremadamente positivo en sus comunidades a través de 3 lentes: el poder de alcanzar la sostenibilidad, respondiendo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas; el poder de la innovación en la digitalización y la accesibilidad; y el poder de la construcción de la comunidad a través de la educación mediante sus colecciones y programas.

Nada de esto sería posible sin el arduo trabajo de los arquitectos que los proyectan.