Por Ángel Granda Pérez
“El espacio se lo han llevado las redes sociales, convirtiéndose en la nueva plaza virtual, el nuevo lugar donde quedar, contarnos las vacaciones sin tener que escribirnos, ver en qué estamos trabajando e incluso conocer a los amigos de nuestros amigos. […]
Porque a esta plaza virtual, como a todas las plazas, tenemos que llegar de algún modo. Las calles que nos llevan a estas plazas, cómo no, tendrán comercios bajos, pisos, edificios de oficina y ¡ey, mira eso! ¡Un escaparate!”
Sayama City, ciudad virtual basada en ciudades japonesas como Tokio y Osaka. : Imagen obtenida de la web PC Games, del artículo: The best Minecraft cities | PCGamesN
Estos párrafos tienen actualmente más de dos años desde que se publicaron: la plaza virtual (agosto, 2019). En ellos se hablaba de las redes sociales como el nuevo metaespacio donde generábamos interacciones que de otra forma no se crearían tan inmediatamente. Cuando los escribimos no pensábamos que este metaespacio se fuera a hacer realidad de esta forma, pero es que ya está aquí 1 y ha venido para -quedarse- que evolucionemos con él y lo hagamos parte de nuestro sistema cultural y de creencias.
Y para muestra un botón: Decentraland. Una plataforma que te invita a explorar y perderte en un mundo que no para de evolucionar, creado por los propios usuarios. Cada uno puede comprar sus LANDs, que son las parcelas de este metaespacio, y en ellas puedes encontrarte desde mazmorras medievales a pueblos y pequeñas ciudades. El único límite parece ser la imaginación…
Explicándolo así, parece aún un juego en el que se ha invertido mucho dinero. El punto es que ya se está hablando de que las reuniones del futuro se harán en el metaverso. ¿Qué tal si quedamos en mi casa del metaverso y reducimos las distancias del mundo físico? Y es que esto ya ha sucedido, ya ha habido artistas que han dado conciertos en el metaespacio creado por Fortnite: Ariana Grande, Steve Aoki, Deadmau5… Traduciéndolo, el mundo entero se ha metido en una plataforma online con una estructura más o menos arquitectónica para ver un concierto que de otro modo implicaría transporte y alojamiento entre otras cosas.
Por supuesto, no perdamos el espacio físico y el contacto humano, pero adaptémonos. En 2019 hablábamos desde el equipo de F3 arquitectura de la viralización de la arquitectura, donde señalábamos que ya había llegado el momento de poner los pies en la tierra para integrar a la sociedad en esta disciplina tan especial, bella y divertida como es la nuestra. En este futuro que está a punto de llegar serán los propios usuarios los que quizá puedan construir su propio hogar al estilo de Los Sims o al estilo de Minecraft. ¿Y si apareciera un canal de YouTube o una cuenta de TikTok que nos enseñase cómo mejorar los metaespacios interiores de nuestro hogar para aprovechar mejor las estancias, los recorridos y las comunicaciones? ¿Y si hiciéramos partícipes a los usuarios para que pudieran diseñar sus ciudades alrededor de sus artistas favoritos?
Desde luego, las posibilidades son muchas: este futuro puede significar la democratización de la arquitectura bajando los costes de construcción a mínimos: sin transporte de materiales, sin tiempos de espera, sin gestión de cuadrillas… Y más allá de eso, teniendo una utilidad mayor que la de un juego online, creando cada uno su propio metaespacio 2 como si fuéramos Justo Gallego en Mejorada del Campo. ¿Nos lanzamos?
Por Ángel Granda Pérez