Los algoritmos forman parte de nuestras vidas y desempeñan una gran variedad de instrucciones. Su aplicación no solo se reduce a ejecutar tareas designadas sino a interpretar y aprender para tomar decisiones o mostrarnos la mejor alternativa. Desde casas domotizadas y asistentes virtuales hasta el diseño holístico de viviendas o de una ciudad entera, la inteligencia artificial (IA) aplicada en arquitectura supone un giro copernicano en la forma de concebir, diseñar y construir.
Con la aparición del CAD la informática aplicada a la arquitectura y urbanismo se convierte en instrumento facilitador para el diseño y primordial en la recopilación y almacenamiento de datos. Con el uso de la IA en aplicaciones, el proceso de diseño se desarrolla de forma conjunta y panorámica, esto permite evaluar y controlar todas las variables en un proyecto, desde la conceptualización hasta la puesta en funcionamiento. La digitalización de los procesos de producción arquitectónica avanza con la integración de la IA y el machine learning en programas que son capaces de aprender y resolver problemas, lo que determina una metodología holística en el desarrollo de proyectos.
Spacemaker: “AI and Architecture exhibition in Paris”, Feb 2020.
La digitalización es una vía de diálogo entre la máquina y el humano. De hecho, la aparición de BIM fue una pequeña muestra del potencial de la automatización, dada la disponibilidad de la tecnología y el interés de la industria del software en el nicho inmobiliario. Algunas novedades vienen de la mano de startups como Higharc, con un software capaz de automatizar todas las fases del proyecto; o la herramienta de diseño paramétrico Finch del estudio de arquitectura Wallgren Arkitekter, tecnología que utiliza algoritmos que aprenden de parámetros de contexto para generar geometrías complejas adaptadas de forma eficiente al lugar. Por otra parte, la asociación de uno de los grandes del CAD como Autodesk con la startup noruega Spacemaker abre una nueva dimensión para el diseño inteligente como asistente de proyectos. Esta tecnología basada en la IA permite crear proyectos optimizados y eficientes. Pero —siempre hay un “pero”—, si bien estas herramientas definen un cambio de paradigma en la producción arquitectónica, también tendrán un gran impacto en el ejercicio de la profesión. Hay quienes conjeturan que la figura del arquitecto quedará relegada frente a la automatización del diseño.
¿Otra crisis de la profesión?
Incertidumbres sobre la automatización
La carrera hacia la automatización es imparable. La digitalización es la siguiente revolución a la industrial. Primero las máquinas, y hoy los algoritmos y la IA permean cada fisura de los espacios productivos, suplantando las manos y el cerebro humano. Las nuevas tecnologías conceden grandes beneficios al tiempo que plantean grandes desafíos sociales, como la accesibilidad laboral. El ritmo de evolución tecnológica supera la capacidad de actualización de los medios y sistemas productivos de estados, empresas y ciudadanos, dejando fuera de juego un margen muy amplio de grupos sociales. Si no se facilitan los medios para adaptar el sistema de forma trasversal y equitativa, la brecha digital y las desigualdades sociales aumentarán a medida que la tecnología digital ocupe más campos productivos.