Por F3 Arquitectura
En el artículo anterior hablábamos del trabajo que se estaba llevando a cabo en cuanto a la viralización de la arquitectura y de cómo las demás disciplinas se han subido al carro de esta revolución tecnológica sin pensárselo dos veces. Dándole una vuelta de tuerca más a esta perspectiva que liga Internet y Arquitectura, esta vez queremos poner el foco en cómo se ha creado arquitectura, en cuanto a espacio de relación, sin ladrillos ni argamasa. Redes de datos y más datos.
Somos la generación de las pantallas. Allá donde miremos siempre hay una, propia o ajena, intercambiando información con el usuario. Es curioso ver cómo hemos pasado casi de la noche a la mañana a comunicarnos y convivir de una manera totalmente diferente.
Comunicarnos y CON-VIVIR. Porque esta revolución si algo ha traído es una nueva forma de vida, una nueva forma de estar, una nueva forma de conectarse. Y es esta conexión el punto donde la arquitectura ha “perdido” su espacio. Porque para relacionarnos necesitamos un espacio y un tiempo.
El espacio se lo han llevado las redes sociales, convirtiéndose en la nueva plaza virtual, el nuevo lugar donde quedar, contarnos las vacaciones sin tener que escribirnos, ver en qué estamos trabajando e incluso conocer a los amigos de nuestros amigos.
Por supuesto, relacionarse también precisa de un tiempo. Un tiempo que empieza cuando un bebé aprende a desbloquear un móvil antes que a hablar. Continuando durante nuestro crecimiento, llegando a estar de 4 a 5 horas en esta plaza virtual que hemos ayudado a crear entre todos.
Seguimos creciendo y nos interesamos en cómo llega tanta gente a ciertos contenidos. Porque a esta plaza virtual, como a todas las plazas, tenemos que llegar de algún modo. Las calles que nos llevan a estas plazas, como no, tendrán comercios bajos, pisos, edificios de oficina y ¡ey, mira eso! ¡Un escaparate!
Nos hemos convertido en marketers digitales y, ¿por qué no? Ya que hacemos un trabajo que lleva muchas horas y que nos ha costado una formación muy larga, vamos a enseñarlo y vamos a enseñárselo a los habitantes de este entorno digital como Dios manda.
¿Te suena esta imagen que no se diferencia tanto de lo que estamos hablando?
Da igual que sean elementos construidos, renders, collages, documentos de investigación, blogs de arquitectura, blogs de no arquitectura, arquitectos y no-arquitectos, lo que sea, todo acaba llevando a esta viralización de la arquitectura de la que ya hablamos. Poco a poco, pasito a pasito. Trabajando, y trabajando bien. Porque enseñar un buen trabajo también es una forma maravillosa de conectarse, de relacionarse y de entrar en esta plaza virtual donde todos ya jugamos, quedamos y pasamos el tiempo. Además, hay que aprender a enseñarlo y saber a quién se lo enseñamos y cómo… Pero esto, nos suena a marketing y ventas ¿no?
Otro “fregao” en el que habrá que meterse.
¿Y tú, qué opinas sobre esta plaza virtual? ¿Nos ha traído cosas positivas o negativas? ¿Hay que envalentonarse a enseñar nuestro trabajo o nos lo guardamos? ¿Quedamos en la plaza o mejor salimos a la calle?
Por F3 Arquitectura