fotógrafo: Rod Long en Unsplash
Leyendo “Viralización de la arquitectura” hace unas semanas, volví a algo en lo que estamos todos de acuerdo: la necesidad de acercar la arquitectura a la sociedad.
Esto incluye difundir la buena arquitectura, explicar qué es y qué la diferencia de algo que podemos llamar simplemente construcción (si nosotros mismos podemos ponernos de acuerdo sobre esa diferencia, claro).
Sin duda viralizar la arquitectura es útil y necesario para la profesión. Pero hay que hacerlo bien.
Y se me ocurre que, salvando las obvias y enormes distancias, este problema se parece bastante al de llevar la ópera al gran público. He participado animosamente en ambas discusiones y son similares.
Parecidos razonables
La arquitectura es sexy y la ópera también. Por eso ambas aparecen en spots, películas, etc. Sin embargo solamente se muestra su lado más superficial y se pierde un 99% del contenido.
En ese yin/yang, esa dualidad entre arquitectura y simplemente construcción o entre ópera y chunda-chunda-que-busca-la-lágrima-fácil, el gran público está más habituado a lo segundo que a lo primero en ambos casos.
A veces ni arquitectos ni músicos se ponen de acuerdo sobre dónde está la línea.
Arquitectura y ópera están a gran distancia de las personas, que sólo ven la punta del iceberg porque no tienen más información (y porque es más fácil de digerir). Pocas veces se les explica qué se consigue con ese patio o cómo funciona un Leitmotiv.
Acercar la arquitectura al gran público
Veamos algunas claves que funcionan para llevar la ópera al gran público y que podemos adoptar los arquitectos:
- Utilizar los muchos canales disponibles: lo digital, los medios tradicionales, la participación ciudadana…
- No banalizar para ganar adeptos. Ir más allá de los programas de gemelos haciendo reformas o de Los 3 Tenores cantando con micrófono en estadios.
- Humanizar a los arquitectos, igual que a los cantantes. Son personas con empatía capaces de entender a un cliente. Quitarse los fulares (en ambos casos).
- Transmitir que existe la arquitectura sin arquitectos divos, igual que hay ópera sin cantantes divos. Aunque los Starchitects son útiles no representan a la profesión entera.
- Explicar bien cuanto sea necesario a los no arquitectos. Es una perogrullada, pero nos cuesta. En las representaciones de ópera se utilizan sobretítulos.
- Perder la obsesión por el producto final (el edificio) para pensar también en el servicio que se presta al cliente (como al espectador). Lo nuestro mezcla producción y servucción. La experiencia del usuario es importante.
- Entender que hoy la arquitectura es un trabajo colaborativo, no sólo de arquitectos (solistas) sino de equipos (orquestas), e implicar a esos agentes en su difusión.
- Empezar por lo menos complejo. Cuando quieres introducir a alguien en la ópera, llévale a una Bohème o un Rigoletto, no a un Wozzeck.
- Aceptar que habrá público al que no le llegarán algunas arquitecturas, igual que hoy en día es difícil sentar a alguien 5 horas a escuchar una ópera de Wagner.
Tenemos buenas experiencias como ésta, pero necesitamos más canales, formatos y contenidos (¿qué tal un podcast?).
Es un esfuerzo necesario. El futuro de la profesión depende de ello.
Muy buen artículo Joan, desde el análisis del problema a la proposición de soluciones que, a primera vista, parecen bastante fáciles de cumplir, no? :) Vamos a ello!
¡Hola, Ángel!
Muchas gracias. :-)
Pues sí, parecen sencillas y estamos en el camino, pero nos está costando.
Creo que hay un punto fundamental: estar todos de acuerdo (o al menos mayoritariamente) en que llegar al gran público es importante. No hay tanto consenso en la profesión sobre ello, o simplemente estamos más preocupados por la supervivencia. Pero claro, para sobrevivir necesitamos que la sociedad nos entienda.
En fin, poco a poco.
¡Un saludo!
Comparto tu opinión. La arquitectura y la profesión del arquitecto está hoy en día tan en desprestigio porque no se divulga para el público en general. La gente desconoce como tú dices y no sabe apreciar lo que es buena arquitectura. Algún blog por ahí sí se dedica a la divulgación, pero la mayoría de páginas sobre arquitectura están pensadas para arquitectos y gente con mucho conocimiento sobre el tema, por lo que vivimos en una especie de burbuja.
El problema también es que debido a las grandes burbujas inmobiliarias y a la malísima planificación de las ciudades durante los 60, 70… vivimos rodeados de aberraciones y los espacios urbanos de una calidad lamentable, por lo que resta también notoriedad a nuestra labor…