Según Ernest Hemingway, «El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad».
Y recordar algunos errores de comunicación en redes sociales (que espero enmendados) puede ser una buena manera de apelar a la humildad que preconizaba Hemingway. Los tropiezos siempre son un revulsivo para aprender y mejorar.
Ahí van tres:
1.- Tratar de dar consejos con una comunicación inadecuada
LinkedIn es la red social profesional por antonomasia. Formo parte de ella desde hace años, por lo que he podido tener acceso a multitud de perfiles.
Cuando una persona se halla en paro, a veces suele indicar que se encuentra en «búsqueda activa de empleo».
Comenté mi opinión al respecto en una publicación. Mencioné que era preferible indicar la actividad laboral en vez del estado desempleado en el titular profesional.
Los motivos que fundamentan mi versión, se describen este artículo sobre el tema, donde se habla de lo importante que resulta indicar la profesión en el titular, con el objetivo de mejorar el posicionamiento de búsqueda en LinkedIn.
Mi intención fue positiva, pero la forma de efectuar la comunicación no fue la adecuada. Por mi parte, faltaron explicaciones objetivas y artículos de referencia que confirieran más rigor a lo que aparentemente podía parecer una simple opinión.
Deduje que hay que ser cuidadoso en la manera de formar y aconsejar, sobre todo en cuestiones muy sensibles, como la falta de empleo. Uno debe remitirse a otras fuentes y ceñirse a cuestiones imparciales, evitando el «yo creo/pienso».
2.- No mencionar a los autores de obras arquitectónicas plasmadas en imágenes
Suelo postear en Twitter y LinkedIn imágenes inspiracionales que recopilo por medios diversos, y escribo en pocas líneas qué me sugieren.
Algunos compañeros de profesión me comentaron que era importante mencionar la autoría de las imágenes y las obras que publico. Y por ello, hice el ejercicio de localizar a los arquitectos autores de las mismas.
Entonces, adquirí consciencia de lo difícil que resultaba encontrar algunas referencias. Estaban hundidas en el anonimato, precisamente, porque nadie mencionaba su autoría.
Desde entonces, busco arduamente la procedencia de cualquier imagen que publico y animo a que me ayuden a encontrar al autor de esta (y al arquitecto de la obra) si no consigo hallarlo.
Por este error entono mi más sincero «mea culpa».
3.- Gestionar perfiles sociales de estudios de arquitectura sin que tengan claros sus objetivos en Social Media
Coordinar un perfil social corporativo implica mucho conocimiento sobre la misión y los valores de un negocio. Conlleva disponer de información fidedigna y actualizada sobre sus proyectos, sus objetivos profesionales y sobre el cliente potencial al que se dirige.
Un estudio debe saber para qué necesita estar en redes sociales, si es para conseguir clientes, para alcanzar prestigio, para crear “imagen de marca”, etc. La planificación es importante. Se ha de realizar un Plan de Social Media tal y como se describe en este interesante artículo.
Inicialmente, resulta conveniente definir una estrategia que contemple objetivos cuantificables y alcanzables. Sólo de esta manera, serán medibles las acciones realizadas y se elegirán los canales adecuados para llevarlas a cabo. Y entonces, la empresa/estudio podrá valorar si efectivamente se han cumplido sus expectativas, a medio o a largo plazo, según la estrategia adoptada.
Si no se estructura bien un plan previo, la empresa/estudio no dará importancia a la gestión de sus redes sociales, por no haber establecido el fin concreto de su presencia en ellas, y el plazo de consecución de este.
Ser Social Media Manager implica una responsabilidad importante en la comunicación y el branding de una empresa. Os recomiendo este artículo al respecto “¿Gestiona tu empresa correctamente sus redes sociales?”
De los errores se aprende si se reconocen. Y aunque también ha habido muchos aciertos, es mayor el aprendizaje que parte de la autocrítica.
En ello estamos.
Muy buena esta página me gusta por su buen contenido gracias
Chapó por el #2. ;)