HAN, Byung-Chul. Shanzhai. El arte de la falsificación y deconstrucción en China. 2016. Caja Negra.
ZAMBRA, Alejandro. Poeta Chileno. 2020. Anagrama.
http://www.metteedvardsen.be/projects/thfaitas.html
http://www.timehasfallenasleepintheafternoonsunshine.be/bookshop.html
Bartleby the Scrivener: A Story of Wall Street. De Herman Melville. Aprendida y transcrita desde la memoria por Kristien Van den Brande. 2017. Time has fallen asleep in the afternoon sunshine.
Four Quartets. De T.S Eliot. Aprendida y transcrita desde la memoria por Sébastien Hendrickx. 2017. Time has fallen asleep in the afternoon sunshine.
I Am a Cat. De Sõseki Natsume. Aprendida y transcrita desde la memoria por Mette Edvardsen. 2017. Time has fallen asleep in the afternoon sunshine.
FERNÁNDEZ MALLO, Agustín. La mirada imposible. 2021. WunderKammer.
Simular ser otro para ser uno mismo
«A la creencia occidental en la inmutabilidad y la permanencia de la sustancia, se corresponde una noción de autoría y originalidad: el ser es igual a sí mismo y por ello toda reproducción tiene algo de demoníaco, que destruye la identidad y la pureza primarias. El pensamiento chino, en cambio, es deconstructivo desde sus comienzos, prescinde de toda idea de ser y esencia. Frente a la identidad, reivindica la diferencia transformadora; frente al ser, el camino.»1
Shanzhai, es un neologismo chino cuyo origen hace referencia a la falsificación de productos electrónicos como los smartphones, marcas de ropa o productos culturales como Harry Potter a principios de los años dosmiles. En términos más amplios, es la apropiación de una forma o de una idea: un fake. En su ensayo, el filósofo surcoreano Byung-Chul Han habla de que para la cultura occidental, la idea de originalidad está estrechamente relacionada con la verdad; el ser, en tanto que concepto fundamental del pensamiento en Occidente, es igual a sí mismo y no permite ninguna reproducción. En este sentido, el origen y la identidad permanecen intactos, el valor artístico reside en el original histórico y verdadero. Por el contrario, continúa el autor, en la tradición del pensamiento chino, el ser no aparece como uniforme y único, sino como mutable; los cambios que puede sufrir una obra artística (sus copias, restauraciones, reconstrucciones…) se imponen sobre la autoría y genialidad del artista individual.
Son muchos los casos en las producciones culturales contemporáneas que giran en torno a la apropiación, el plagio, la copia, el fake, la imitación, el reenactment y la reescritura de materiales ajenos (con sus más o menos acertadas éticas). Por ejemplo, el escritor Alejandro Zambra, en su última novela Poeta Chileno (2020)2, describe a Javiera Villablanca, una poeta que cada mañana con el primer café, lee algún poema ajeno diez veces intentando memorizarlo. Después dedica el resto del día a sus quehaceres cotidianos, y por la noche, a eso de las once, escribe el poema que leyó en la mañana, tal y como lo recuerda. Estos nuevos poemas (re)escritos por ella, pueden comprenderse como traducciones o tergiversaciones derivadas del paso de los originales por el cuerpo en un lapso de espacio-tiempo limitado a un día de vida. El autor nos narra que esta poeta lleva haciendo su práctica, día a día, durante veinte años como forma exclusiva de enfrentar su propia escritura. En el caso de la poeta Villablanca, entendemos que no es solo un mero experimento más de escritura, sino -y aquí lo importante- la escritura misma, su forma de hacer literatura. Quizás, con esto, podemos llegar a comprender la copia y la imitación como una manera misma del ser, pues los cambios y transformaciones que se dan en una obra, no suponen una situación externa y ajena a ella, desvalorizada, sino que están en la base de su ser.
Existe un gesto real, y sin embargo, todavía más radical que la ficción de Zambra. Nos referimos al proyecto Time has fallen asleep in the afternoon sunshine3 de Mette Edvardsen, iniciado en 2010 y que sigue activo. En él, la artista invita a varias personas a que memoricen un libro a su elección, convirtiéndose de esta manera en libros vivientes. El ejercicio de memorizar y encarnar un libro, hace que se construya una biblioteca viva y expandida, que puede ser consultada por visitantes. Para ello, igual que en una biblioteca, la persona que encarna el libro lleva a su lector a un espacio adecuado (una cafetería, un paseo por el parque, sentados al lado de la ventana…) y le recita el libro aprendido. El aprendizaje y la memorización de los contenidos dependen del tiempo invertido y del material elegido, y es un proceso continuo de olvidar y recordar. La persona que encarna un libro puede, posiblemente, olvidar algunos fragmentos, así como recordar otros párrafos que pensaba olvidados, por lo que la lectura de un libro viviente deriva inevitablemente en una reescritura. La artista no solo hace realidad la biblioteca de libros vivientes basándose en la novela Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, sino que varios años después, las personas que se aprendieron los libros de memoria, los (re)escriben. Es decir, los libros memorizados hace años, se vuelven a editar en papel y se ponen a la venta en la página web del proyecto4. Además, estos libros son publicados bajo la firma de una doble autoría, del autor original y de la persona que se lo apropió durante años: I am Bartleby the Scrivener by Herman Melville by Kristien Van den Brande5, I am Four Quartets by T.S Eliot by Sébastien Hendrickx6 o I Am a Cat by Sôseki Natsum by Mette Edvardsen7, por poner unos ejemplos.
Tanto la tarea de la poeta imaginada por Zambra, como el proyecto de Edvardsen, consisten en la memorización, apropiación y reescritura de textos. La poeta Javiera Villablanca lo hace cada día, como práctica de su literatura, eligiendo muchos y diferentes autores. Los libros-vivientes en el proyecto de Edvardsen, lo hacen escogiendo un único libro, pero al completo. Ambos casos, son un ejercicio de (co)autoria, los textos han sido reactualizados al pasar por la vida, el cuerpo y la memoria de aquellos, que más tarde, lo han (re)escrito. Estos actos de apropiación y reescritura son un modo de poner luz sobre imágenes dormidas y a priori imperceptibles que ya habitaban los libros y poemas. Son, sin duda alguna, una manera de sacar a la superficie las identidades de todos aquellos que leen, releen, memorizan y reescriben los contenidos en cada encuentro. En cierto sentido, son una forma de ser genuinos a partir de ejercicios simples de imitación, copia y apropiación.
Por nuestra parte, venimos abordando estas ideas y problemáticas a través de la creación de varias piezas escénicas en el proyecto de investigación Asleep Images. En 2018 estrenamos la performance Make it, don ́t fake it, donde narramos las distintas capas de información que se solapan en la película Trash Humpers (Harmony Korine, 2009). Repitiendo un mismo gesto coreográfico llevado a su extenuación, desglosamos el film en un análisis formal y reproducimos sus diálogos sin diferenciar a los personajes. Trash Humpters, es, por decirlo así, una película outsider dentro de la filmografía ya propiamente outsider del autor. El propio Korine la grabó en Nashville, Tennessee, su ciudad, con un grupo de amigos y con muy poco presupuesto. PSYCHO, nuestra segunda pieza escénica dentro del marco de Asleep Images, por el contrario, se reduce a una exhaustiva comparación formal de la película original de Alfred Hichtcock de 1960 y el remake homónimo realizado por Gus Van Sant en 1999. En ella describimos en paralelo cada detalle de las películas, mostrando al unísono las sutiles variaciones que separan el original del remake. ¿Qué es lo que aparece cuando se ven simultáneamente dos cosas diferentes entre sí pero prácticamente idénticas?
En consonancia con estas prácticas, en La mirada imposible, el ensayo publicado en 2021 por Agustín Fernández Mallo, se aborda la idea de que intentar parecernos a otros y ponernos en su lugar, nos aproxima a lo que realmente queremos ser y no somos.
“Imitación y copia: mecanismos no sólo de supervivencia sino de continuas e inéditas creaciones. La imitación como primer acto apropiacionista, la imitación como triunfo de la fantasía, y la fantasía como ofensa al mundo para crear nuevos mundos.”8
Es decir, tanto Make it, don ́t fake it como PSYCHO, son una suerte de engaño al mundo, de camuflaje o de metamorfosis que nos hace, frente a lo que pudiera parecer, no alejarnos de nuestra identidad, sino encontrarnos de bruces con ella. Ser otro, ponernos una máscara, hacer propios los contenidos y las formas producidas por los demás, más que una ocasión de engaño, es un indicio de lo real. La imitación y la copia son siempre una condición de expresión más que de disimulo. Parece que para ser uno mismo hay que intentar ser otro, muchos otros. La ficción no oculta las cosas, sino que por el contrario, las hace aparecer. Tanto el neologismo shanzhai como las piezas mencionadas confían en un hacer en el que bajo un mismo nombre y una misma imagen pueden aparecer muchas voces, otros cuerpos y, por supuesto, otros fantasmas.
Cualquier obra, no es jamás un objeto cerrado de una vez por todas, un producto cultural no puede comprenderse sin las capas y capas de miradas puestas sobre ella. Todos los cuerpos que se han relacionado alguna vez con una pieza son, de algún modo, parte de ella. ¿Cómo es un proceso de creación que se pregunta por las capacidades y posibilidades de los cuerpos para escribir nuevas historias a través de un continuo proceso de apropiación y reescritura? Por lo pronto, uno contrario a la imagen de genio creador desde la nada. Ni el artista ni la obra son herméticos. Una obra es una pieza móvil y su movilidad depende en parte del conjunto de las relaciones y miradas que se tejen a su alrededor. De modo que los proyectos que intenten responder estas preguntas se ven en la tesitura de perpetuar contenido cultural que podría quedar relegado, olvidado, flotante o desaparecido, conservándolo y protegiéndolo en el cuerpo, la memoria y el movimiento de las personas que lo encarnan. Pero no solo eso, si no que al reproducir dichos contenidos, al llevarlos al encuentro con el espectador se actualizan, reciclan, y dotan de sentido contemporáneo. Cuerpo, encuentro y memoria aparecen como maquinarias de archivar y actualizar. ¿Qué les pasa a los materiales que uno se apropia tras pasarlos por el cuerpo y la memoria? Y al mismo tiempo, ¿qué les pasa al cuerpo y a la memoria al acoger y transmitir estos materiales? La tarea no es solo la de pensar en qué cambios se producen en las obras, sino también en lo que nos pasa a nosotros, como artistas, al pasar por nuestro cuerpo los objetos creados por otros.
HAN, Byung-Chul. Shanzhai. El arte de la falsificación y deconstrucción en China. 2016. Caja Negra.
ZAMBRA, Alejandro. Poeta Chileno. 2020. Anagrama.
http://www.metteedvardsen.be/projects/thfaitas.html
http://www.timehasfallenasleepintheafternoonsunshine.be/bookshop.html
Bartleby the Scrivener: A Story of Wall Street. De Herman Melville. Aprendida y transcrita desde la memoria por Kristien Van den Brande. 2017. Time has fallen asleep in the afternoon sunshine.
Four Quartets. De T.S Eliot. Aprendida y transcrita desde la memoria por Sébastien Hendrickx. 2017. Time has fallen asleep in the afternoon sunshine.
I Am a Cat. De Sõseki Natsume. Aprendida y transcrita desde la memoria por Mette Edvardsen. 2017. Time has fallen asleep in the afternoon sunshine.
FERNÁNDEZ MALLO, Agustín. La mirada imposible. 2021. WunderKammer.
Una maravilla de texto!