Cantera: prohibido entrar

Fuimos a la del Monte del Coto, a la que estaba en funcionamiento, y otro día fuimos a la que ya no explotaban, la que estaba por detrás. Habían cerrado el perímetro con los bloques descartados y me acuerdo de que recorrías muchos metros entre las dos paredes. Como entre dos muros. Aparcamos en un centro de visitantes que estaba en medio, donde guardaban las máquinas. Ya había muchas señales de CANTERA, PROHIBIDO ENTRAR. 

Y nos salió un tipo de una caseta, con chaleco reflectante, ¿no? El espacio era increíble, la recuerdo como un sitio gigantesco, con una escala muy loca. Y llena de polvo… mucho ruido… estaba turbio el aire. Un sitio muy inhumano, que no se podía estar ahí. Era increíble. 

Era blanco, completamente blanco y solo se veían puntos amarillos chillones de las máquinas. Resaltaban mucho, pero eran enanas. Había mucho ruido, muchas nubes de polvo, estaba guapo que la escala te la daba una macro excavadora y parecía una hormiga… Y los camiones, que pasaban en procesión con bloques recién salidos. ¿Te acuerdas de cuantos metros cuadrados tenía?

Uf, no me acuerdo. Creo que hice el cálculo y salía que cabían casi once estadios de fútbol. Como el Bernabéu.

Hostia. Es que no había personas. ¿Sabes la escena de avatar que trabajan dentro de máquinas y no se bajan, porque nadie se puede chupar ese polvo? Parece que no hay operarios y todo va en máquinas. Como si fuera necesario estar dentro de un bicho de hierro para habitar ese lugar.

También estuvimos en la zona donde estaban los bloques abandonados… Bueno, toda una cantera, pero no me acuerdo si hay fotos del día ese. ¿Sabes? Donde estaban tirados ladera abajo porque habían encontrado muchas vetas, de las huecas que están llenas de estalactitas y entonces la piedra ya no vale. Y comimos ahí. ¿No te acuerdas de que el Mon casi se mata? Subimos por el borde hasta una zona donde tenían bloques abandonados, y se veía todo. 

También fuimos a la rotonda de Novelda, la que es una torre de bloques apilados en círculo. Ah sí. Jajaja, que nos pusimos a dar vueltas con el coche. 

¿Y la visita a Levantina, tú viniste?

Sí, pero no sé, porque no tengo fotos tampoco del día este. Eso fue cuando nos recibieron en el hall este que el suelo estaba hecho de mazo tipos de piedra. Jaja. Como si fuesen alfombras, pero eran mármoles. De todos los colores, ¿te acuerdas?

Hasta los picaportes estaban hechos de mármol jaja. Menos la fachada que era toda de cristal azul. Bastante fea…

Y allí conocimos al hombre este. Sí, él quería que nos presentáramos al concurso del I+D. Fuera estaba toda esta zona con las piedras marcadas y luego la fábrica. Nos enseñó la cadena de montaje: Primero los troceaban y luego le ponían la cera esa ¿no? ¿Cómo era?

Sí, los marcaban para pillarlos con la grúa puente y los metían en los telares de corte. De ahí salía el lodo en realidad. 

Es verdad, que aquí estaban todos los telares serrando bloques a la vez. Sí, ahí ya estaba el agua blanca. 

Y luego los apilaban ahí. Qué guapo. La máquina hacía como un vacío de ventosa para llevarlos a pulir. Le daban una ducha de resina y luego lo metían en esta movida de calor. Sí, para que se secara. Era un horno que secaba la resina. 

Y ¿no les pasaste nunca el proyecto a los de Levantina? No, ya cuando nos empezó a molar el lodo se cayeron las conversaciones. O sea, el spa terminado nunca se lo pasamos, ¿no? 

 

[…]

Estos eran los tarros de resina gigantes. Ya, que se les rompían mazo tablas y había ahí un macrocontenedor. Ahí ya vimos el lodo, ¿no? Que lo tiraban al terraplén ese, al final de la fábrica. 

Sí, que pillamos un poco para hacer unas probetas y nos manchamos enteras jaja.

¿Dónde? ¿En la explanada donde tenían la grúa puente gigante? Sí, donde estaban todos los bloques tirados. Allí nos dijeron que más de un cuarto de lo que se saca en Novelda se mandaba a China… en tablas o en bloques en bruto. Luego escuché que hay barcos gigantes que aparte de transportar van cortando la piedra a bordo. De los cargueros gigantes… Decían que llevaban los telares de corte por el medio del mar.

Fue muy impactante en Salinetes, allí hay un cementerio de lodo. Era como que se cargaba cualquier contraste. Veníamos flipados buscando piedras de colores, todas superdiferentes, con cuatro o cinco colores, y de repente era como si se hubieran apagado las luces. Era todo blanco. Blanco, blanco. Se comía todo. No había contrastes. Parecía un sitio falso. 

Eso era en Salinetes en el vertedero, ¿no? 

Sí, ¿sabes cuál es no? 

Sí sí, volví hace poco.

[…]

¿Y el spa cómo fue? ¿Tú estuviste en la producción?

Sí, con el Jero. Que lo trajimos en los tubos azules esos en el furgón de TEO.  Aunque al final pillamos el lodo en Singla. Del Pedro, que al principio no entendía nada, se descojonaba y decía que estábamos chalaos. Luego le caímos bien y ya entrabamos con confís en la fábrica. Dijo que pilláramos toneladas si queríamos, que por el genial, que le costaba un pico que se lo llevaran

Es verdad, le invitamos y al final no vino. Pero después volvimos y le enseñamos las fotos y se quedó loco. Estaba descojonado y llamó a los otros para que vinieran a verlo. Como la fiesta de la espuma decían jaja

[…]

Luego lo que pasaba es que estaba muy seco y había que hidratarlo. Se pegaba a la pala a muerte. Bien cabrón el material. Y nada luego me acuerdo ya del spa. A mí me molaba que olía mal.

Pero el primer día no olía mal, eso fue porque se quedó después ahí, estancado.

También me molo mucho, bueno lo odié, pero fue lo que más me… ¡que tuve puto barro blanco en las orejas durante un mes y pico! ¡Porque me enterrasteis! En la raíz del pelo también… estaba guapo pero no se sentía friendly. Era un poco como la cantera… crema de cantera jaja. A mí eso fue lo que me moló. Que te lo llevabas a casa y la gente seguía hablando de esa mierda. De hecho os rallasteis ¿no? Con que si era tóxico y todo eso. 

Sí. Eso fue jaleo. Revienta y acidifica mazo el suelo, pero en verdad es piedra. 

Con un poco de sierra de diamante ¿no? Y mierda de los conductos. Bueno podéis hacer una loción, exfoliante. 

Te dejaba blanco, embarradisimo. Se te metía en las orejas, en el pelo. A mi eso me molaba, que la montaña se vengaba. Era bañarse en ella…

Me acuerdo de que al principio estaba todo rocoso, que solo tenía pedruscos, Sí, del lodo seco. Luego fue entrando la gente a la piscina y se iba diluyendo y cada vez era más viscoso y daban más ganas de tocar.

Porque tiene esta movida que te da todo el gusto. Empiezas a tocarlo y ya pierdes el miedo. Entras a muerte en la dinámica de embarrar. 

Luego estaba todo el mundo pendiente del agua, ¿no? La manguera era lo que te daba la vida. Era el agua limpia, porque llegabas a un punto que se te metía en la boca o en los ojos y ya no lo podías soportar.

Joder qué líquido estaba. Es que el barro siempre es muy disfrutón, la textura está muy gustosa. Aquí cada uno ya llevaba su viaje, estaba a su bola interactuando. ¿Ese eres tú no? ¿A ver?

Spa Profundo fue el resultado de varios meses de derivas de La Cuarta Piel por la comarca del Medio Vinalopó. Una instalación que se llevó a cabo con dos toneladas de lodos residuales procedentes de la industria del mármol. El proyecto se presentó por primera vez en Las Cigarreras de Alicante en junio de 2021 y se repitió en la Hyperhouse de Madrid en 2022. Este texto transcribe conversaciones posteriores que ocurrieron dentro de La Cuarta Piel en el proceso de digestión del proyecto.   

Por:
La cuarta piel es un colectivo de investigación artística, arquitectura y diseño fundado en Alicante en 2021. Su trabajo se centra en explorar nuevas relaciones eco-sociales que afloran en el paisaje contemporáneo a través de procesos situados, abiertos a la experimentación y al deseo colectivo. Formado por arquitectas, artistas, investigadoras y gestoras culturales, actualmente coordina el programa Estratos en el Centro Cultural Las Cigarreras. En el plano de la docencia y la mediación, ha impartido talleres, seminarios, conferencias y talleres en diferentes espacios culturales, escuelas de arte y arquitectura como la Universidad Politecnica de Madrid o la Universidad de Alicante. Los proyectos de la cuarta piel han sido presentados en instituciones como Centro Centro o La Casa Encendida de Madrid, El Centre del Carmen y el IVAM de Valencia entre otros. Recientemente recibió el premio Arquia Innova por el proyecto Spa Profundo. Los paisajes extractivistas, las fiestas raras o la fabricación especulativa son algunas de sus líneas de trabajo actuales.

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