El elefante en la habitación
La Ensenada de las Medusas es un asentamiento vikingo Patrimonio Mundial de la humanidad desde finales de los 70. En él se puede comprobar la dureza de las condiciones de vida de una cultura osada, viajera, dependiente de una tecnología exigente y complicada como son las armas de buena calidad o unos barcos cuya relación entre ligereza, transportabilidad y navegabilidad no se ha podido igualar hasta hace pocos años. La razón entre viviendas y edificios auxiliares es casi 1/1: aserraderos, almacenes y hasta un astillero. La Ensenada de las Medusas da cuenta del estado del arte de la tecnología europea de los siglos IX-X, en ciertos aspectos casi tan avanzada como la actual. No es este el rasgo más disruptivo de este asentamiento, sino su localización: la Ensenada de las Medusas se emplaza en Terranova, Canadá.
Un asentamiento vikingo en Terranova. Patrimonio Mundial de la Humanidad.
En el siglo X había poblados europeos en América. Quinientos años antes de su descubrimiento.
La historia se rehace constantemente. Ningún campo se libra de ello. Cuanta más compleja es esta historia, cuantos más datos manejemos, más complejos seremos nosotros. Más sabios. Esto, por descontado, se aplica en la arquitectura. Y a esto dedicaremos este penúltimo número.
Empezamos con una entrevista a María Novas, una entrevista optimista sobre el futuro de la profesión, su feminización, las nuevas narrativas y el reconocimiento. Esta entrevista sirve tanto como sumario al número como para felicitar a la protagonista por su reciente doctorado.
El primer artículo es obra de hERiZO, un estudio de Lanzarote formado por Ángela Hernández y Jesús Izquierdo. Les hemos pedido un escrito sobre el reconocimiento y su percepción desde una periferia que suele quedar alejada de él, brindándonos una invitación al debate muy consciente de dónde está ahora la profesión.
El segundo artículo de la serie es para la todavía estudiante Andrea Sánchez Vázquez. El detonante: un TFG sobre las mujeres pioneras en Lugo, que da pie a una reflexión sobre sus resultados extrapolable a toda la profesión.
El tercer artículo es para Irene Ros. Profesora de construcción, a Irene le propusimos un reto realmente difícil: escribir sobre el valor de las normativas, aquello que ha estandarizado la calidad de la arquitectura. A pesar de todas las controversias y quejas que suelen arrastrar, las normativas son aquello que garantiza que los logros sociales conseguidos en nuestras intervenciones queden fijados en un marco legal.
Matizando el artículo anterior, y procurando contrapesar la asociación de la arquitectura con la edificación, pedimos a María Fandiño que nos escribiese sobre el paisaje, entendido como la parte de la arquitectura capaz de relacionar, organizar y representar la amalgama de diversas intervenciones individuales que creamos.
El último artículo es para una de las artífices de MuWo, una de las iniciativas de divulgación más transformadoras de las últimas décadas en cualquier arquitectura al sacar de golpe la labor ingente de las profesionales de arquitectura, consagrando de paso un par de generaciones de fotógrafas de primera línea. Lucía C. Pérez Moreno nos cuenta su experiencia al respecto.
El podcast del mes corre a cargo de Luís Lope de Toledo, que, en un alarde de expresión, nos da la bienvenida a lo que parece ser el futuro: NEOM, la alucinante ciudad lineal saudí, y lo que hace… bueno. Hay que escucharlo.
Finalmente, la fotógrafa invitada es Sandra Pérez Nieto: todo un honor contar con una profesional de su prestigio que nos regala una foto y una reflexión inéditas. Y qué foto.
Lo apuntado en este número funciona como la Ensenada de las Medusas, hablándonos de lo que siempre ha estado allí y que, a través de su celebración, apunta a una revisión de lo que consideramos arquitectura. Y de a quiénes consideramos arquitectas.