Contexto, construcción e ideas
Mi nombre es Jesús Granada y mi oficio es el de representar a través de la fotografía espacios que el hombre ha modificado. Estos hombres suelen ser arquitectos y a los espacios que modifican los llamamos arquitectura. Estos espacios suelen tener un hilo común que los une: algo complejo y no fácil de definir que se llama ‘proyecto de arquitectura’ y del que parto para hacer mi trabajo.
El proyecto de arquitectura es un conjunto abstracto de ideas que está condicionado por el lugar en el que se construye, por los recursos constructivos del entorno y por las preocupaciones y capacidades de quien lo proyecta. Representarlo con unas fotografías es un proceso traumático ya que se trata de reducir a las dos dimensiones de una superficie que miramos con los ojos, una experiencia espacial que se percibe en el tiempo en tres dimensiones y con todo nuestro cuerpo. Pero hay un pacto tácito entre los que hacemos fotografías y los que las miráis por el que hemos decidido que lo representado es la realidad.
Además, seleccionar apenas unas imágenes de una realidad tan compleja como un proyecto construido, añade gravedad al trauma porque en cierto modo el fotógrafo no es solo alguien que te traduce una experiencia espacial a una superficie bidimensional, sino que es una persona que oculta partes de ese proyecto a la par que decide enseñar otras.
Por lo tanto, la representación de un proyecto en unas fotografías lo entiendo como una selección subjetiva de partes de un todo. Para unir estas partes y darles la coherencia y continuidad que un proyecto suele tener, uso herramientas narrativas que forman secuencias para que evoquen lo mejor posible las cualidades visibles de los espacios que lo conforman. De igual modo las imágenes que decido no mostrar también son parte de mi trabajo.
Pero me propongo en este breve artículo explicar de un modo sintético en qué consiste mi trabajo y cómo lo hago y para ello ilustraré los tres grandes conceptos sobre los que orbita la mayor parte mi producción fotográfica: el contexto en el que la obra que voy a documentar está construido, la construcción y su lógica y finalmente las ideas que han llegado a formalizar el proyecto.
Contexto, construcción e ideas son tres conceptos capitales y también los tres grandes argumentos narrativos con los que trato de crear esa imposibilidad traumática de fotografiar proyectos de arquitectura. Ni son estancos ni están aislados, pero siempre están en mi trabajo.
Veámoslo con imágenes.
Observemos este cuadro que representa el interior de la Iglesia de Il Gesú de Roma durante una celebración, en la que los autores la deciden destapar, quitando la fachada y seccionándola para ver el interior de la misma. La sección geométrica la representan a modo de confesión ante la imposibilidad de mostrar esa perspectiva tan comprimida del interior desde dentro. Las preocupaciones derivadas de la representación del espacio han existido siempre, mucho antes de la invención de la fotografía.
Contexto.
Los arquitectos saben que proyectar en una colina de Los Ángeles, en un páramo de Extremadura, en la ciudad de Muharraq, en un pantano de Sri Lanka o en el centro de Amberes o Zurich, condiciona un proyecto. Lógicamente de proyectar un circo transparente para un desfile moda, una vivienda, unas oficinas o un museo en cada uno de estos lugares, resultarían soluciones infinitas.
Esta singularidad del proyecto de arquitectura es algo que trato de llevar a mis fotografías, cada proyecto es único y se encuentra en un contexto único y eso ha de ser representado de alguna manera.
Dentro mis reportajes de arquitectura el hilo conductor de la narración comienza con la descripción de este contexto y con la definición de la primera fotografía, de la fotografía número ‘uno’ que abrirá un bloque narrativo en el que ilustraré dónde y como se inserta el proyecto. Estas fotografías suelen nacer de un paseo con vagas observaciones y del reconocimiento directo del contexto. Es el grupo de fotografías menos abstractas y con más iconografía dentro de mis reportajes.
Construcción
Construir en madera, construir con tierra apisonada, con hormigón o sobre el agua son formas distintas de hacer arquitectura y proyectar soluciones. Este argumento es el que sigue al del contexto en mis reportajes, hay que hacer explicito el sistema constructivo no solo en su forma sino en su funcionamiento. Hay detalles de arquitectura que pueden representar ligereza, otros dar sensación de rudeza, algunos no ocultan nada y enseñan su forma de funcionar y otros se ocultan precisamente para desviar la atención. La textura del material con el que está construido el detalle es también parte vital de este tipo de fotografías.
La forma en la que está construido un proyecto es el segundo gran argumento con el que construyo narrativamente mis reportajes de arquitectura. Estas fotografías las busco y encuentro en los dibujos, maquetas o representaciones abstractas y sintéticas del proyecto.
Ideas
Un proyecto de arquitectura está formado por un conjunto de ideas supeditadas unas a otras para construir un conjunto de soluciones que respondan a unas condiciones particulares. Este es el tercer bloque con el que trato de llevar a cabo la narración y el bloque mas complejo porque en la mayoría de ocasiones esas ideas son invisibles o difícilmente se perciben. Es el espacio más creativo del reportaje, donde trato de desvelar o ilustrar algo que en algún momento fue capital para el arquitecto en el desarrollo de su trabajo. Estas fotografías salen de la cabeza del arquitecto, de sus bocetos y a veces de sus palabras.
Epílogo:
Como toda producción audiovisual hay demasiadas cosas en la tramoya. Mis principales trabajos son de encargos editoriales, fruto de mi colaboración con la revista El Croquis. Su línea editorial se basa en monográficos y libros donde desarrollan períodos amplios de producción de muchos estudios de todo el mundo. Esto nos obliga a redoblar los esfuerzos en sintetizar el contenido de los reportajes y en profundizar en la biografía de los estudios a documentar antes de proceder a su documentación. Por lo tanto lo que he descrito antes es el acto fotográfico pero he dejado fuera dos partes vitales del proceso.
Una primera de estudio y reflexión sobre los proyectos a documentar y el perfil del estudio para lo que me sirvo de mi formación de arquitecto e intento a través de unos planos, textos del arquitecto o con una visita previa a la obra, extraer ideas que deberían estar en mis fotos. Un estudio previo del movimiento del sol y su influencia sobre los materiales también son procesos útiles antes de abordar el acto fotográfico. Por supuesto la labor de documentación exhaustiva de la editorial facilita enormemente llegar a soluciones y propuestas editoriales elocuentes.
Una última fase de postproducción donde la continuidad narrativa se intenta construir creando ambientes, colores, nuevos encuadres y retoques que mejoren la comprensión y contenido del reportaje. Para esto cuento desde hace quince años con la colaboración de María Arias de Saavedra, una profesional del retoque y experta en color, que vigila que la continuidad, atmósferas e ideas que están en mis fotos sean los deseados.
Y no hay mucho más. Así es como comprimo, simplifico, traduzco y ordeno las ideas construidas de los arquitectos y las traslado ante sus ojos para que de alguna manera ambos tengamos la ilusión de que aquello que saqué de la cabeza del arquitecto, de unos dibujos, unas maquetas o de un paseo, le hacen revivir esas experiencias espaciales a las que llamamos ‘proyecto de arquitectura’.
Me gusta pensar que lo consigo.