La Ley de la Calidad de la Arquitectura: en iteración  

Me dispongo a leer la Ley de la Calidad de la Arquitectura. Me cuestiono su necesidad, pero a la vez pienso que puede ser una herramienta para promoverla y protegerla. Antes de empezar, reflexiono:

¿Dónde pondrá el foco? ¿Serán una serie de definiciones sobre calidad? ¿Establecerá parámetros? ¿Hablará de paisaje? ¿Hablará del sector y de los arquitectos?

Son 15 páginas del BOE, de modo que en 20 minutos debería tenerla leída. Pasan 30, pasan 45, pasa una hora. El lenguaje farragoso y la escritura hacen que me alargue más de lo previsto. Avanzo y retrocedo, intento ordenar ideas, tomo notas:

¿Cómo se podría resumir esta ley?

-En estos 7 artículos¹ se mezclan temas, cuesta jerarquizar: el cambio climático, la perspectiva de género -siempre al final, por cierto-, la accesibilidad e incluso el BIM. Falta orden, clasificación, establecer prioridades. Se describe la arquitectura como un bien de interés general, lo cual es algo muy positivo, aunque no puedo dejar de preguntarme por qué esto no era así antes².

¿Entonces, se resume en una serie de problemáticas a abordar o hay algo más?

¿Era necesaria una ley sobre la calidad de la arquitectura?

Esta ley es un buen punto de partida, pero la interpreto como la primera iteración de una estructura fractal. Debe seguir evolucionando y creciendo. Que se difunda, que llegue a la ciudadanía: los arquitectos ya nos sabemos la lección, esto tiene que llegar más lejos. La arquitectura es una cuestión social y su relevancia se tiene que transmitir y ponerse en valor.

¿Cómo se desarrollaría esa estructura fractal?

Debe haber una segunda iteración³ que matice todos estos conceptos y que a la vez añada la variable del tiempo. Su implantación debe planificarse a corto, medio y largo plazo. Debe haber un plan A, un plan B y un plan C, aceptando que nos podemos equivocar para que podemos redireccionar.

Debe haber una tercera iteración que contemple la calidad del sector, de los que hacemos posible la arquitectura. La precarización del sector es conocida y en esta ley somos los grandes olvidados. Si la forma de trabajar no es de calidad, ¿cómo podemos ofrecer un resultado que sí lo sea?

Debe haber otra iteración que tome el paisaje como una prioridad. Esto pasará cuando la ley ordene y jerarquice temáticas ya que muchas lo afectan directamente: sostenibilidad, uso de materiales y recursos, integración, identidad. La calidad del paisaje de un país es el termómetro de muchas otras variables.

¿Cuál será la última iteración?

Si queremos que esta ley marque un antes y un después tiene que estar viva. Este modelo define un proceso para llegar a una estructura compleja que garantice y promueva la calidad de la arquitectura. Así son los retos de nuestros tiempos, así es la sociedad actual y el mundo en el que vivimos. Esta ley no se puede quedar en una suma de buenas palabras y buenas intenciones. Nos va el paisaje, nos va la cultura y nos va nuestra calidad de vida -como sociedad y como colectivo-.

Figura adaptada de⁴. La ley queda representada por estos árboles de estructura fractal, que se vuelven más complejos y detallados con cada iteración.