De Chinese Roulette a Chatroulette.

Fotogramas de Chinese Roulette como capturas de pantalla de Chatroulette.

Vivo obsesionadx por mezclar (y agitar) lo cinematográfico y lo arquitectónico en todas sus formas y resquicios.

En el cine, no eres tú (o el asiento que te toque) quien decide qué mirar. La acción pasa de manera dominante por la lente: esa mirilla donde toda tensión ocurre.

En la poética audiovisual la arquitectura hace algo más que jugar con la figura humana, ¡se enrolla con ella! Esa mirilla nos da acceso a la intimidad más absoluta y si hay algo superior al ser humano es: el voyeurismo. Nos fascina (y lo sabes).

En esa intimidad la arquitectura entra en resonancia, más que nunca, con la psicología del personaje. En el cine, el voyeurismo pervierte las reglas del juego personaje-espacio: los personajes existen dentro de un espacio, pero son la posición, la escala, las variables de contexto, la secuencia, la composición las que… ¡Un momento! ¿Esto no son también conceptos arquitectónicos? [Música de tensión].

¿Bueno, jugamos a la ruleta china?

En Chinese Roulette (1976, R.W. Fassbinder) la arquitectura de una increíble casa de campo y su mobiliario están presentes, sí, pero son los movimientos de cámara (o su ausencia) y la coreografía actoral (lxs actores son más que nunca actores—ejercen actos y accionan sus cuerpos) los catalizadores de la tensión narrativa.
La cámara o sigue sus reacciones o se queda deliberadamente estática, obligándonos a perdernos lo que pasa detrás de la cámara. De repente, un reflejo nos deja ver lo que sucede fuera de plano, tipo Meninas o dolby surround (escoge tu propia referencia según lo pedante que seas y estos reflejos crearán superposiciones y composiciones que reafirman las relaciones emocionales ‘superpuestas’ entre los personajes.
Al igual que la cámara, los actores se mueven… o no y forman composiciones de planos paralelos, semejantes a las jerarquías de sus papeles. Son arquitectura.
No olvidemos que arquitectura es, además de lo construído, las acciones que ocurren en el espacio entre lo construido. Y en eso, los actores tienen bastante que decir.

Esta estrecha relación personaje-arquitectura aparece en otras películas de Fassbinder como Las Amargas Lágrimas de Petra Von Kant—de enorme inspiración para mi último proyecto Pequeños Ángeles sin Cuerpo—donde una alfombra de pelo blanco (radicalmente contundente) y un cuadro barroco clasicista de Poussin (deliberadamente imponente) son marco de diversas relaciones de poder.
Las variables de contexto definen la arquitectura, y la arquitectura y el actor son fundamentales en la creación de la atmósfera tanto en el cine como en sus derivados audiovisuales, incluyendo los más insospechados.

¿Y ahora, jugamos a la ruleta chat?

Chatroulette (2009) es un sitio web basado en la videoconferencia creado para conversar aleatoriamente con extraños en cualquier parte del mundo, pudiendo en cualquier momento abandonar la conversación para empezar otra¹. Por supuesto, esta joya pronto se convertiría (además) en un lugar de encuentros sexuales.

Si en Chinese Roulette la habitación en la que sucede toda la acción, los cambios de ángulo milimétricos y los movimientos actorales de relojería refuerzan una atmósfera calculada, opresiva y controladora… En Chatroulette sucede justo lo opuesto: un ángulo sórdido, luz descontrolada y rostros en chiaroscuros tipo Nosferatu nos transmiten una puesta en escena clara: mostrar lo mínimo pero permitir el voyeurismo al máximo. Como una persiana alicantina, vaya.

Lo que el receptor recibe a través del encuadre en el cine o de una webcam en casa viene determinado por esa fusión entre fondo y figura, entre arquitectura y actor, entre espacio y usuario. Ya sea para una peli sofisticada o para un chat web sórdido, lo audiovisual implica una puesta en escena, y la puesta en escena definirá la psicología de los personajes involucrados dentro de un contexto.
Esa fusión es la que hace que Chinese Roulette nos lleve a la tensión incómoda, al control maníaco y que Chatroulette sea el lugar perfecto para encuentros fortuitos y prohibidos.