Save the date: 31·01·23, reflexionamos sobre la calidad de la arquitectura.
El próximo 31 de enero, el Blog FQ inaugura nueva etapa en la que el contenido pasará a ofrecerse a base de números temáticos mensuales. Os contamos cómo debutaremos.
Dice Jaume Clèries, director del programa Escala Humana, que nacemos, vivimos y morimos rodeados de arquitectura. Ignoro si la frase es suya, pero motivó y orientó un programa de televisión sobre arquitectura pensado desde el interés general. El alma del programa era un equipo multidisciplinar donde sólo había dos arquitectos. El resto de los integrantes eran grandes curiosos que buscaban un relato para el medio que habitan.
Cuando la arquitectura se cuenta al gran público -cuando se busca el interés general- se suele hacer desde la perspectiva de los arquitectos. Aunque no siempre se explica la arquitectura que gusta a los arquitectos. Del canon que hemos definido -los Moneo, Oíza, de la Sota, las familias de arquitectos agrupados por las zonas geográficas donde éstos ejercen- apenas ninguno ha llegado al gran público. Sí lo sigue haciendo la Sagrada Familia, 140 años después de que Gaudí se hiciese cargo de las obras del templo. Sí lo hacen las catedrales góticas. Sí lo hace la arquitectura de Santiago Calatrava, independientemente de la polémica que la rodea. Lo que Gaudí, Calatrava y las catedrales tienen en común son el tamaño y la ambición de sus obras. Su voluntad de trascendencia. Su carisma.
Comunicar el día a día de la arquitectura, lo cotidiano, las sutilezas de nuestros paisajes diarios, su relación con la función, la belleza del territorio que crea, ha sido mucho más complicado.
De la explicación popular de la arquitectura han desaparecido, o no han contado nunca, muchas tipologías de edificios: los que hacen calle, los que nos alojan. Muchos equipamientos. Ha desaparecido el espacio público entendido como un continuo. Y el paisaje. La arquitectura: referentes azarosos, desconectados, y un desconocimiento tanto de lo que podemos hacer los arquitectos como de lo que escapa a nuestro alcance.
La ley de Calidad de la Arquitectura ha sido promovida por arquitectos para toda la sociedad. Bajo el paraguas de su exposición de motivos la profesión en su conjunto reclama apoyo, promoción y difusión por parte de las instituciones y administraciones de lo que se entiende por espacios de calidad. Es decir: queremos consensuar la calidad de la arquitectura, explicarla y brindarla a la sociedad creando un marco legal que, si está bien planteado, simplemente permanecerá. Y funcionará.
En estos primeros tres meses de la nueva etapa del blog queremos hablar de lo que envuelve la Ley de Calidad de la Arquitectura. Más conocida por los arquitectos como la Ley de Arquitectura, esta ley ha de dar la medida de lo que significa la arquitectura bien hecha. La Ley de Arquitectura compete a la arquitectura, y ésta compete -apela- a tres colectivos entrelazados: quién la promueve (porque a lo largo de la mayor parte de la historia la arquitectura ha sido firmada por quién la pagaba y no por quién la proyectaba), quién se ocupa de ella (los arquitectos) y, finalmente, quién la recibe: el conjunto de los ciudadanos y el espacio donde éstos se mueven: el territorio. Dónde vivimos, dónde trabajamos, dónde nos cuidamos, dónde descansamos, dónde nos relacionamos. Por dónde nos movemos. También los lugares que nos identifican. El territorio es el campo y es la ciudad, y son las infraestructuras necesarias para conectarlos entre ellos, y para que este territorio funcione, o no, cohesionado. El territorio y su rostro, el paisaje. Los múltiples paisajes.
Lo primero que hemos hecho es ir a buscar la definición de Ley en el diccionario de la RAE. Tres acepciones de esta definición son interesantes para nuestras reflexiones. Cada una de ellas servirá de base a cada uno de los números mensuales que compondrán este fresco sobre la Ley de Calidad de la Arquitectura.
De la definición de Ley en el diccionario de la RAE:
1_ Ley 3 f.: Precepto dictado por la autoridad competente, en que se manda o prohíbe algo en consonancia con la justifica y para el bien de los gobernados.
Esta acepción compondrá el primer número, que tendrá como tema el interés general de la ley.
2_ Ley 2f.: Cada una de las relaciones existentes entre los diversos elementos que intervienen en un fenómeno.
Esta acepción compondrá el segundo número, y reflexionará sobre la pregunta clave que la anima: ¿Qué es la arquitectura? ¿Quién la hace? ¿Qué rol jugamos los arquitectos?
3_ Ley 4f.: En el régimen constitucional, disposición votada por las Cortes y sancionada por el jefe del Estado.
Esta última acepción que trataremos animará el tercer número, que tendrá por tema el marco legal de la arquitectura: la propia ley. Su significado, su relación con las otras leyes que regulan nuestra actividad. Su proyección.
Estos tres números tienen como objetivo dar a quien los lea las herramientas suficientes como para generarse una opinión libre sobre esta ley y su contexto. Y, a través de esta opinión, una reflexión sobre quiénes somos y qué rol jugamos como arquitectos dentro de la arquitectura.