Trabajando en los límites: arquitectura, moda, naturaleza
Los humanos tenemos nuestra propia piel que cubre nuestros órganos, pero, además, construimos pieles o envolventes alrededor de nuestro cuerpo para protegernos. Podemos pensar que la vestimenta, la arquitectura o el paisaje son segundas pieles construidas en torno al cuerpo. En este sistema de pieles la moda es la envolvente diseñada más cercana al cuerpo, la que genera una conexión más íntima con el mismo, con lxs otrxs y con el entorno que nos rodea. La vestimenta construye un espacio privilegiado, a su vez, de intimidad y de relación más allá de nuestro propio cuerpo. Este tipo de intereses no son extraños a la arquitectura, existen referentes como Hussein Chalayan o Issey Miyake que marcan este camino.
En Buj Studio, concibo el diseño de moda como una arquitectura corporal, no hablamos de prendas sino de “envolventes” cuyos materiales son una extensión de nosotrxs que nos permiten relacionarnos. Me acerco a la vestimenta desde conceptos como; arquitectura y piel, arquitectura y paisaje, arquitectura animal o arquitectura e interespecie.
Llegué a la moda a través de la arquitectura, interesada en reducir la distancia que separaba los conceptos arquitectónicos de mi propio cuerpo, buscando una escala más cercana que me permitiera participar de cada parte del proceso y de una relación más estrecha con la materia. En el estudio hemos incorporado a nuestros proyectos todo tipo de materiales; artificiales y naturales, recolectados y autofabricados, manuales y tecnológicos. Trabajos como los de la arquitecta Neri Oxman o la diseñadora Iris van Herpen marcan un referente en una nueva corriente que busca expandir los límites disciplinares desde la experimentación material.
En un primer momento exploramos con materiales reciclados provenientes de la arquitecturaen un intento de acercanos al cuerpo; aislamientos térmicos, láminas acústicas y decorativas de fachadas. Posteriormente, alejamos la mirada a la arquitectura del paisaje para aproximarnos a ella, hacerla más íntima. Para ello rescatamos materiales naturales como mejillones y artificiales como los plásticos sobrantes de las etiquetas de la ropa, entre otros. Los mezclamos con otros materiales de fabricación propia y fabricación digital dándoles otra función, visibilizando lo que no está ahí y no vemos, generando una relación de empatía con el paisaje.
Actualmente nos hemos acercado a las arquitecturas de otras especies compañeras no humanas para intentar aprender de ellas. Como los pájaros e insectos construyen meticulosamente sus nidos, en el taller nos aproximamos a sus bellos y eficientes procesos, rescatando materiales de nuestro entorno, tanto naturales como artificiales, y fabricando biomateriales de origen natural. Nos inspiran sus técnicas de manipulación con la materia y su relación con el entorno descritos el bello libro de Junani Pallasmaa, Animales Arquitectos. Los nidos son las envolventes para el cuidado del otrx y del entorno, se sitúan en un lugar intermedio entre arquitectura, vestimenta, materia y naturaleza ¿Podemos aprender de estos animales para construir relaciones más sensibles con el entorno? ¿Son estos nidos además de arquitectura, una alta costura sostenible? Situarse en los límites entre especies, entre técnicas y materias, entre disciplinas, es también expandir los límites de las respuestas. En un presente en medio de una crisis climática interactuamos con la naturaleza con una explotación desorbitada de recursos, con una producción desmedida de residuos, contaminando y destruyendo el entorno. Trabajando en detalle lo que ni se mira ni se quiere, mezclándolo con otros materiales y tecnologías, es posible dar valor a lo que está ahí pero no se ve y transformarlo en algo bello. Una práctica que, en definitiva, nos permite generar una nueva cultura material política que cuide la fragilidad del entorno en el que vivimos.