Barcelona redes dinámicas: diversidad funcional e inclusión
Tengo diversidad funcional a raíz de un accidente en el año 2013. Es complejo vivir con diversidad funcional. Laboralmente soy discriminado, y no se valora que puedo aportar nuevas ideas y contribuir a un mundo más justo. La sociedad actual no está preparada para incluir personas como yo. La discriminación es clara, como antes la hubo con las mujeres o el colectivo lgtbiq+. Ahora se entiende que estos colectivos aportan una nueva visión de la arquitectura y se les valora. Lo mismo está empezando a pasar ahora con las personas con diversidad funcional. Se les tiende a incluir y darles oportunidades para contribuir a la sociedad. Porque la diversidad funcional es fuente de discriminación, repaso aquí el uso de cada uno de los términos cuando se habla de esos seres humanos.
Minusvalía
El uso de la palabra “minusvalía” es peyorativo. Su definición incluye la idea de detrimento o disminución de valor para realizar actividades supuestamente normales. Se entiende minusválido/a como una persona con déficit de funcionamiento, limitación en la actividad, restricción en la participación, o con barreras físicas. En la ciudad se utiliza esa expresión para definir, por ejemplo, reserva de plazas de aparcamiento, lavabos para minusválidos, o para recibir una pensión.
Discapacidad
No tengo DIS-capacidad, porque nadie tiene “discapacidad”. Ahora entiendo mejor el sufrimiento de la gente y soy más capaz para ayudarles. Gracias a esa supuesta discapacidad aporto nuevas ideas y una visión global del mundo. Soy así mejor arquitecto y más capaz que antes de servir a la sociedad. Se dice ahora “persona con discapacidad” si tiene deficiencia física, intelectual, o sensorial. Pero la realidad es que todo el mundo tiene algunos niveles de discapacidad. En las ciudades se mide el nivel de discapacidad, no solo de los/as individuos, pero también de lo urbano. Para dulcificar el término se utiliza “persona con discapacidad”. A nivel municipal por ejemplo existe el Instituto Municipal de Personas con Discapacidad (IMPD) que ayuda a las personas con diversidad funcional.
Accesibilidad
La palabra “accesibilidad “escenifica un mundo dual que contrasta lo accesible con lo no accesible. No es nunca totalmente dual. La arquitectura es un proceso que no sólo depende de las cosas físicas, sino también de la población. La accesibilidad se mide con los proyectos urbanos. Se mide, por ejemplo, la accesibilidad en el Proyecto de la Gran Vía, que es un proyecto metropolitano médico. En estos tipos de políticas urbanas la accesibilidad es esencial.
La primera es una foto es una entrada de una vivienda en Asturias. Por normativa pusieron una rampa, pero no pensaron en la accesibilidad real. La segunda foto es una escalera en Machu Pichu. Es muy difícil de andar, incluso para personas que no tiene dificultades al caminar. No tiene barandilla, los escalones no son iguales, ni son antideslizantes. Pero Machu Pichu es más accesible porque no sólo depende de su estructura física, sino también de la colaboración de las otras personas humanas.
Diversidad funcional / inclusión
La palabra “diversidad funcional” supone crear más inclusión para todas las personas. Fue definida por el Foro de Vida Independiente en el mundo y la sociedad en el año 2005.
Lograr una sociedad inclusiva no es solo un tema de accesibilidad física, sino que además se determina con la cooperación por la diversidad de las personas. También requiere una cooperación entre diferentes metrópolis globales. Crear una sociedad y una arquitectura más inclusiva es labor de las Naciones Unidas… pero también de todos nosotros/as.
(Agosto 2022)
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