La arquitectura de la salud

Hoy, 7 de abril de 2022, se celebra el Día Mundial de la Salud y desde el Centro de Documentación de la Fundación Arquia queremos compartir contenidos en los que se subraya la importancia de un buen diseño arquitectónico en este ámbito, tanto desde el punto de vista funcional como estético, el cual influye sobre nuestra parte emocional y psicológica.

Centro Kálida Sant Pau de Benedetta Tagliabue © Duccio Malagamba

Hablar sobre arquitectura hospitalaria se convierte en una necesidad como bien indica Pedro Iglesias Picazo en su tesis La habitación del enfermo:

«¿Por qué los hospitales no llegan a convertirse en referentes arquitectónicos de las ciudades, siendo edificios muy numerosos, que se renuevan habitualmente cada diez años y muchas veces son un símbolo de la gestión pública? ¿Ha sido siempre así? El desinterés de los hospitales por la arquitectura es paralelo al desinterés de los textos arquitectónicos por los hospitales. Tanto el Medical Center de Nueva York, de Gamble Rogers, de 1923, como el proyecto de la Cité Hospitalière de Lille, de Paul Nelson, de 1932, suelen quedar fuera de los manuales de arquitectura contemporánea. Incluso edificios tan ampliamente reconocidos como el sanitario antituberculoso de Alvar Aalto en Paimio no han llegado a ocupar el lugar que merecen, quizá por tratarse de edificios sanitarios a los que los historiadores miran con recelo.»¹

 

En dicha tesis, el arquitecto se centra en el período que conocemos como Movimiento Moderno, en el lenguaje del siglo XX sobre el que también deliberan Annmarie Adams y David Theodore (Universidad McGill), Christine Binswanger (Herzog & de Meuron) y Momoyo Kaijima (Atelier Bow Wow, ETH Zurich) en The Hospital, the Patient and the City ².

El debate sobre el diseño de los hospitales se ha precipitado recientemente sobre la mesa debido a la crisis provocada por la pandemia del coronavirus ³, como una reflexión sobre la capacidad de reacción ante situaciones extraordinarias, en las que la flexibilidad de los espacios y la adaptación de nuevos sitios, como los hospitales de campaña, son fundamentales.

En Sick Architecture ⁴, mesa redonda que tuvo lugar en noviembre de 2020, se trata la arquitectura de emergencia desde una perspectiva en que las crisis de salud se inscriben en lo cotidiano. Tal vez sería necesario comenzar a aplicar estrategias en la arquitectura, pero también en la ciudad, que den prioridad al bienestar de los habitantes con el objetivo de impedir la saturación de la sanidad pública ⁵.

Esto nos acerca a un concepto que parece estar en boga, la procrastinación, pues ¿ha tenido que llegar el virus para replantearnos la arquitectura de los edificios sanitarios? Algo muy humano, que en ocasiones necesitemos la vorágine para ponernos en marcha. Para Maggie Keswick, esa ola que arrasa fue un cáncer terminal, y su descorazonadora historia sembró la semilla de un proyecto bello que se ha convertido en su legado. En Building Hope ⁶, se cuenta cómo esta noticia llegó a su vida para cuestionar la relación entre arquitectura y medicina, y el papel que juega el diseño en apoyo a la enfermedad. El primer Centro Maggie en Europa es Kálida ⁷, en Barcelona, por la arquitecta Benedetta Tagliabue, que con su cerámica parece complementar al Hospital Art Nouveau de la Santa Creu i Sant Pau, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

En Sanidad a distintas escalas ⁸, se refleja la excelencia de la arquitectura sanitaria española de los últimos años: Hospital Rey Juan Carlos en Madrid, Ampliación del Hospital Neuropsiquiátrico Nuestra Señora del Carmen en Zaragoza y el CMS Salud San Blas en Usera, Madrid. Cabe destacar a su vez, la implicación de las nuevas generaciones, con proyectos como la Ampliación y reforma de la unidad básica de salud de Badies por Alberto Sánchez y el Consultorio Local Puerto Lápice por Amparo García y Luis Sarabia, que fueron presentadas en el II Foro Arquia/Próxima en Madrid 2010 ⁹.

Marina Sánchez Guzmán, redactora Fundación Arquia.

Graduada por la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Málaga y arquitecta por la Escuela de la Universidad Politécnica de Valencia. Ganadora de la beca Arquia en gestión cultural en la Fundación Arquia, gestiona y desarrolla el programa cultural arquia/filmoteca y es redactora de contenidos para el Blog de la Fundación Arquia desde enero de 2022.