Segunda República: arquitectos al rescate del espacio público
Por: Enrique Domínguez Uceta, Desde: El Diario.es, (Diciembre 2021)
En nuestro país, para llevar a cabo el proyecto de reforma colectiva, se hizo necesaria una fuerte voluntad política, capaz de dotar de medios económicos, humanos y también arquitectónicos, a la sociedad. Parece lógico que en aquella situación los arquitectos se adentraran en el campo de la sociología, y asumieran su responsabilidad como reformadores. De aquellos años procede la mutación del arquitecto en ideólogo y filósofo capaz de transformar el mundo, concibiendo nuevas configuraciones espaciales, constructivas y urbanísticas, imprescindibles para influir positivamente en la vida cotidiana de todas las personas, de sus viviendas y sus ciudades.
La evolución del pensamiento arquitectónico generó el Movimiento Moderno, cuyas ideas se extendían por toda Europa y se expresaban, desde 1928, a través del CIAM, el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna. España estuvo presente en su fundación con la presencia de Fernando García Mercadal y Juan de Zavala y, en 1929, se incorporó Josep Lluís Sert a una organización que llegó a presidir después de Le Corbusier. De ellos surgió la idea de fundar el GATEPAC, el Grupo de Artistas y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura, que tuvo lugar en Zaragoza en octubre de 1930. La sección catalana, GATCPAC, sería una de las más activas, en buena medida gracias a la figura de Sert, amigo personal de Le Corbusier y apasionado defensor del pensamiento que compartían.
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