Imágenes del Foro y Festival Arquia Próxima (de arriba abajo, y de izquierda a derecha): 2014, 2016, 2018 y 2020 (online)
Arquia Próxima ha cumplido 15 años. Tiempo suficiente para una mirada en perspectiva que nos permita sacar algunas conclusiones.
Primero: no es pertinente hablar de una generación Arquia Próxima. El antecedente del certamen son los Premios Enric Miralles, que otorgados hace 20 años en el marco de la Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo. Los primeros arquitectos que recibieron el galardón tenían cuarenta años cumplidos. Arquia Próxima premia a arquitectos que no han cumplido los treinta. Es decir, por edad podría darse tranquilamente el caso que se hubiese premiado a un progenitor con el premio Enric Miralles y a su descendencia en Arquia Próxima. Así que hablar de una generación queda descartado. Sí es pertinente hablar de una etapa, de un periodo Arquia Próxima que comprende a varias generaciones. Lo que es todavía más interesante si pensamos que, en cualquier arte, una etapa se caracteriza por su definición. Aventuro una: Arquitectura es aquello que construye, mantiene y actualiza el marco físico de nuestra sociedad. Es decir, su espacio construido tanto público como privado.
Es a la luz de esta definición que la etapa Arquia Próxima toma coherencia. Observemos su evolución. En la primera edición de los Premios Enric Miralles se premió el Palacio de Euskalduna, un importante equipamiento que actuaba (que actúa) como pieza clave para la transformación de Bilbao, ciudad que, desde entonces, vive volcada a su ría. En la última edición de Arquia Próxima se han premiado unas viviendas sociales en Perú, unas construcciones tan bellas como eficaces que, repetidas n veces, pueden provocar una transformación urbana tan potente como la del Palacio de Euskalduna. A esto ese le suma un premio a la innovación. Es decir: Arquia Próxima ha registrado cómo se ha ido ampliando el marco de actuación de los arquitectos. Ya no se trata sólo de construir. También se trata de gestionar, transformar lo existente proponiendo nuevos usos. Investigar. Cuidar. Las escalas de actuación se van atomizando hasta implicar pequeñas actuaciones que permean casi todo el tejido social. Se presentan proyectos netamente procesuales que no tienden a ningún tipo de imagen final y que, por tanto, no pueden ser registrados por medios convencionales al no crear iconicidad ninguna. Esta diversidad de trabajos, esta ampliación de la manera de entender la profesión incide, además, en dos de sus debates clave: el competencial y el de las condiciones de trabajo de quien la ejerce. Es por ello que Arquia Próxima es uno de los panoramas más realistas de lo que ocupa a los jóvenes arquitectos de este país que aspiran a ejercer la profesión de una manera liberal. El certamen goza de buena salud. Estar atento a él no es sólo informarse sobre las tendencias estilísticas actuales: es un termómetro sobre hacia dónde evoluciona la profesión.