Más allá de este denominador común, la selección de propuestas es muy heterogénea. El Pabellón español presenta propuestas que valoran el proceso creativo por encima de la pieza icónica terminada, procesos ejecutados de forma multidisciplinar y con un claro impacto social positivo.
En muchas ocasiones, se trata de proyectos que no se reconocen a primera vista como arquitectura, enfatizando la noción de que nuestro oficio ha trascendido su histórico rol de edificación, adaptándose y mezclándose con otras disciplinas como la música, la poesía, la educación, la agricultura, el cine, la danza, los videojuegos, el turismo y usando nuevas formas de comunicación, como el meme.
En palabras de los comisarios, la exposición del Pabellón para esta Bienal no admite una respuesta concreta a la pregunta de Sarkis, sino que invita a generar infinitos interrogantes, que, sin embargo, guardan implícita una certeza: el futuro será juntos o no será.
La juventud de los arquitectos que comisarían Uncertainty (los 4 están cerca de la treintena) permite además tomar una fotografía generacional de la profesión: la trayectoria que cada uno de ellos ha seguido, con sus expectativas y reivindicaciones, construye un mensaje acerca de la adaptación a contextos inciertos, y al papel transversal de la arquitectura dentro del objetivo común del bienestar social.
El Pabellón de España está promovido por el Gobierno de España a través de la Dirección General Agenda Urbana y Arquitectura del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, en colaboración con Acción Cultural Española (AC/E) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y con el apoyo de la Fundación Arquia.