Aquí tenemos una gráfica que representa 24 horas en la vida de Le Corbusier:
![](https://i0.wp.com/blogfundacion.arquia.es/wp-content/uploads/2019/12/blogfundacion.arquia.es-sincronizar-la-creatividad-la-inclusion-de-una-gestion-experta-en-estudios-de-arquitectura-ii-1.-fq-zuloark-rutinas-le-corbusier-.jpg?resize=900%2C618&ssl=1)
* Gráfico basado en una investigación de Mason Currey sobre las rutinas diarias de personajes creativos famosos. Diseño gráfico de RJ Andrews / Info We Trust
Nuestra parte favorita es cuando llega a la oficina y pone a sus empleados a trabajar en las ideas que se le han ocurrido por la mañana. Sin duda, un sueño que pocos se pueden permitir hoy día, salvo Olafur Eliasson cuya relación con sus colaboradores seguro es bien distinta a la que arquitectos como Le corbusier o Frank Lloyd Wright practicaban.
Pero hay más mentes creativas grafiadas, pues al fin y al cabo todos disponemos de las mismas horas cada día.
Si recopilamos unas cuentas podremos comparar las “rutinas para la creatividad” de varios personajes famosos en un solo gráfico:
![](https://i0.wp.com/blogfundacion.arquia.es/wp-content/uploads/2019/12/blogfundacion.arquia.es-sincronizar-la-creatividad-la-inclusion-de-una-gestion-experta-en-estudios-de-arquitectura-ii-3.-1fq-zuloark-rutinasdaily-rituals.jpg?resize=900%2C1133&ssl=1)
* Basado en una investigación de los ‘Rituales Diarios’ de Mason Currey: Cómo trabajan los artistas. Infografía de creada por la agencia de marketing creativa Distilled. https://podio.com/site/creative-routines
Y ahora, imaginemos por un momento que todas estas mentes, creativas y solitarias, con sus manías y sus horarios, hubieran de colaborar juntas. ¿Cómo se haría? Salvando las distancias, este rompecabezas es el que tratamos de montar y mejorar cada día y es sin duda uno de los retos en estudios jóvenes que tienden cada vez más hacia estructuras de trabajo multi-nodales, líquidas, parecidas más a una red neuronal que a una pirámide.
Desde sus comienzos en 2001, Zuloark ya se definía como una “zona de desarrollo próximo”1, es decir, la creación de entornos pedagógicos era la base misma de su existencia; ser una plataforma de aprendizaje abierta a cualquier persona que desee sumarse. En aquellos primeros días se trataba de compartir desprejuiciadamente las tareas y proyectos de clase, complementando nuestros distintos talentos, para así poder dedicar más tiempo a re-mezclar nuestros intereses personales, lanzando proyectos y acciones bajo el paraguas de un grupo cuyos miembros eran anónimos, subvirtiendo las lógicas de la autoría tal y como eran inculcadas desde la Escuela. Sin ser grandes estudiantes, ni individualmente más talentosos que cualquier otro, sí éramos conscientes de la potencia exponencial que adquirían nuestros proyectos cuando lográbamos sincronizar de manera creativa y desprejuiciada nuestras distintas capacidades.
Hallar esa sincronía es el quid de todo esto. Con el pasar de los años la suma de variables a nuestras vidas como individuos y nuestras aspiraciones como grupo que se profesionalizaba, nos exigían una organización cada vez más compleja pero sin perder la flexibilidad que nos caracterizaba.
Zuloark nunca ha existido. Por lo menos a efectos legales pues “Zuloark es el que se siente Zuloark”. A partir de aquí, para que ciertas personas que se sienten Zuloark puedan sincronizarse económicamente de la forma que más les convenga, se ha creado un armazón legal que sí existe y está integrada por una serie de autónomos y por una Sociedad Cooperativa llamada Matrioska D&R.
Cubierta la parte legal el resto de herramientas para sincronizarnos son una red de aplicaciones online, políticas inventadas, quedadas productivas y costumbres para repartir tareas reproductivas que os explicaremos con detalle en el siguiente artículo. Mientras tanto, os invitamos a que comentéis cuáles son vuestras rutinas creativas y qué herramientas os son más útiles a la hora de coordinaros con vuestros equipos.