Construcción en la Corteza Terrestre y La Noche en la Montaña. Brunto Taut, Arquitectura Alpina, 1917-1920.
Pacifista convencido, Taut pensaba que la arquitectura, reuniendo misticismo y pensamiento social, podría elevar la cultura proporcionando un ideal alternativo al del pensamiento bélico que dominaba su época. Veía en el aburrimiento la causa más profunda de la guerra y proponía combatirlo desviando recursos hacia una transformación que convirtiera la Tierra en patrimonio global colectivo. La palabra “global” no es gratuita. La arquitectura-paisaje de las Casas de Cristal y la Arquitectura de la Montaña son las más reproducidas y conocidas de la colección de 30 láminas de Arquitectura Alpina, pero apenas son el arranque de un enigmático viaje en 5 estadios que nos lleva a escalas insospechadas de visión y acción.
Resulta inquietante cómo Arquitectura Alpina evoca la revisión que hace Sloterdijk de la “globalización” como proceso de colonización del medioambiente en 3 estadios1. El filósofo alemán sostiene que la Globalización Morfológica de los antiguos cosmólogos dio paso a la Globalización Terrestre del colonialismo occidental y ésta a la Globalización Electrónica. Las tres se apoyan en mediaciones específicas que son a la vez técnicas y simbólicas, del barco a Google Earth, pasando por la enciclopedia y, como no, la arquitectura. Además de ayudar a los seres humanos a instalarse en el medio, estas mediaciones ayudan a re-armar el horizonte común que rige la convivencia, siempre amenazado por el estallido de la realidad bajo la acción de la técnica. Taut hace partícipe a la arquitectura de esta re-edición permanente de lo común, presentándola como la base de lo que hoy llamamos “sostenibilidad”.
Sus sugerentes imágenes de la corteza terrestre, bordada por construcciones fantásticas anticipan la primera fotografía del disco entero del planeta tomada medio siglo después por la NASA,2 pero sobre todo nos adelanta la corteza virtual de píxeles del “globo terráqueo más completo” 80 años antes de que sea lanzada por Google Earth. Intuyendo que las imágenes superarán su condición de representaciones para volverse interfaces de intervención, Taut cierra su viaje disolviendo toda escala en una nueva pero intrincada modestia. Reúne catedrales, estrellas y galaxias en filigranas conceptuales que invitan a percibir y construir desde un nivel de consciencia que ya no tiene al sujeto pensante como su centro virtual ni la perspectiva lineal como instrumento privilegiado. Reconociendo que el estallido de lo real bajo el avance tecnológico lo es también de la “visión”, avanza que su mutación lo será también de las formas de intervención en lo real.
En un momento en que, con la Gran Guerra, la Globalización Terrestre ya manifiesta un peligroso agotamiento, Taut anticipa cómo el motor de su próximo estadio serán las imágenes: escenas capaces de codificar y hacer valer orientaciones para una existencia tan ampliada como fragilizada. Más que proyecto edilicio, Arquitectura Alpina es pensamiento codificado en escenas. Taut busca abrir las formaciones mentales de su tiempo, presentando otros valores y formas posibles de percibir y vivir, más armónicas y respetuosa hacia el medio y los semejantes. Convoca una “comunidad por venir” que mejore el curso de un mundo en el que la técnica es el medioambiente. Lo que ofrece no es un nicho habitable mejorado, adaptado al elevado nivel tecnológico y demandas cambiantes de los colonizadores, sino un insospechado instrumento de equilibrio ante la brutal e irreversible mutación del hábitat.