Aterricé por primera vez en Arquia Próxima durante su cuarta edición. Por entonces, yo anda a mitad de carrera y la ocasión de ver en primera persona las obras expuestas de los más brillantes de nuestros jóvenes arquitectos me entusiasmaba. Dos ediciones más tarde muchas de las discusiones que recorrieron las calles de Granada resonaban esta vez en Madrid.
Concluía Rogelio Ruíz en su artículo para esta misma casa “Sobre el Festival Arquia Próxima 2018” parafraseando a Souto de Moura diciendo que “No es fácil saber lo que es Arquitectura hoy” lo que a mí me lleva a la inevitablemente a la pregunta:
¿A quién demonios le importa qué es y qué no es arquitectura?
Si algo ha demostrado Arquia Próxima en estas tres ediciones que he podido vivir en primera persona es que poco importa el qué, sino el para qué. La heterogeneidad de las propuestas seleccionadas y la diversidad de sus premiados así lo demuestran. Este ensanchamiento de la profesión no está haciendo sino recuperar muchos campos, otrora propios de nuestro gremio, y que habían perdido interés en nuestras escuelas.
¿A quién demonios le importa qué es y qué no es arquitectura?
Dicho esto, no es lo mismo el desarrollo de la profesión que el proceso de formación. Exigirle al Grado en Arquitectura que forme cada vez en más materias cercanas a la disciplina es algo que se viene haciendo desde el origen de las propias ETSA’s. Fue precisamente este tema el que dio lugar al TFG de la arquitecta Paloma G. Gener y que podéis ver aquí:
El corte obviamente es el propio plan de estudios. Que ya es bastante difícil encajar todas las asignaturas que nos forman para cumplir de manera eficaz con las atribuciones que se nos asignan en la LOE y existe la formación más allá de la universidad.
En definitiva, suele ser mucho más interesante analizar qué puede aportar un arquitecto a una disciplina tangencial a la propia arquitectura, o directamente ajena, más que trazar una línea de donde empieza y acaba, aunque todos tengamos una en la cabeza.
Enrique Parra
(Murcia, 1986)
Arquitecto y Arquitecto Técnico por la UCAM. Dirige el blog Pedacicos Arquitectónicos junto a Antonio Navarro y Juan Francisco Martínez además de MetaSpace Blog junto a Manuel Saga, desarrollando paralelamente su labor profesional en el campo de la construcción, el diseño y la docencia.
La heterogeneidad de las propuestas no prueba la diversidad en el «para qué» (objetivos, clientes, plazos) que de por sí es diversa, sino en los «cómo» de la arquitectura: procesos, protocolos, agentes.
Si se pone en crisis el concepto de «arquitectura» es precisamente para centrarlo en sus procesos, no en sus productos. De ahí surgen ideas como que la arquitectura construida Pritzker/medalladeoro/premioarquia es falaz sin condiciones laborales justas, sea cual sea el producto. Por otro lado, un proceso responsable y participado puede generar efectos positivos, así el proyecto no se llegue a construir tal y como se pensó en un inicio.
Ese es el debate en el que andamos metidos, y los textos de este blog discurren en él. No creo que no le importe a nadie. Más bien al revés.
La edición de esta publicación ha sido patrocinada por Arquia Banca.
PATRONATO
FUNDACIÓN ARQUIA
Presidente
Javier Navarro Martínez
Vicepresidente 1º
Alberto Alonso Saezmiera
Vicepresidente 2º
José Antonio Martínez Llabrés
Patronos
Carlos Gómez Agustí
Fernando Díaz-Pinés Mateo
Daniel Rincón de la Vega
Javier Ventura González
María Villar San Pío
Montserrat Nogués Teixidor
Naiara Montero Viar
Directora Fundación Arquia
Sol Candela Alcover
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La heterogeneidad de las propuestas no prueba la diversidad en el «para qué» (objetivos, clientes, plazos) que de por sí es diversa, sino en los «cómo» de la arquitectura: procesos, protocolos, agentes.
Si se pone en crisis el concepto de «arquitectura» es precisamente para centrarlo en sus procesos, no en sus productos. De ahí surgen ideas como que la arquitectura construida Pritzker/medalladeoro/premioarquia es falaz sin condiciones laborales justas, sea cual sea el producto. Por otro lado, un proceso responsable y participado puede generar efectos positivos, así el proyecto no se llegue a construir tal y como se pensó en un inicio.
Ese es el debate en el que andamos metidos, y los textos de este blog discurren en él. No creo que no le importe a nadie. Más bien al revés.