Imagen Autor: Timothy-Muza |Fuente: Unsplash.com
Hace tiempo que se viene incorporando el término Hogar Digital al lenguaje profesional de la edificación.
Se conoce como Hogar Digital el que incorpora dispositivos digitales orientados a mejorar la calidad de vida de sus habitantes, atendiendo sus necesidades de seguridad, comunicaciones, consumo energético, confort, ocio, etc.
Partiendo de la Domótica o electrónica del hogar, el principal avance es la intercomunicación de los dispositivos a través de un sistema que permite programarlos y controlarlos desde el interior de la vivienda o desde cualquier otro lugar.
No consiste únicamente en instalar dispositivos de control como alarmas, iluminación, climatización, etc. pues muchos ya se han ido introduciendo paulatinamente en las viviendas. La tendencia actual es integrarlos en un único sistema de comunicación.
En muchos lugares ya existen nomas que exigen la incorporación de esta tecnología en los proyectos de edificios de nueva construcción. Pero no sólo es un requisito normativo; cada vez son más las personas que incluyen estas funcionalidades dentro de su programa de necesidades al construir o comprar una vivienda. Como consecuencia, a los técnicos nos toca estudiar en qué consisten, qué mecanismos están disponibles en el mercado y sus características.
A poco que nos aproximamos nos damos cuenta de que, una vez más, las necesidades de los clientes y la tecnología disponible van por delante de la reglamentación que se impone desde las administraciones.
En Galicia un decreto regula las infraestructuras necesarias para implantar las funcionalidades del Hogar Digital en las nuevas viviendas. Infraestructuras como: “canalizaciones, registros y espacios de reserva necesarios”. Sin embargo, muchos dispositivos no necesitan canalizaciones ni registros, pues están conectados a través de tecnología inalámbrica. Afortunadamente la norma sólo es exigible en edificios de nueva construcción evitando la complicada creación de estas infraestructuras en edificios existentes, mayor aún si cuentan con algún tipo de protección patrimonial.
Sin embargo, no debemos adoptar una posición de rechazo, sino entender las ventajas de los nuevos dispositivos en cuanto a seguridad, mejora de las comunicaciones, de la eficiencia energética y del confort y plantear alternativas, siempre con el conocimiento y la conformidad del propietario de la vivienda. No debemos perder esta oportunidad para seguir aportando valor a la sociedad.
Sin duda la implantación de esta tecnología permitirá contar con servicios que mejorarán la calidad de vida de las personas, especialmente de aquellas con algún tipo de dependencia o limitación.
También contribuirán a aumentar la seguridad de las personas con sistemas preventivos y permitirán una mejor conciliación familiar, el acceso a mercados con otros usos horarios y facilitarán nuevos modos de aprendizaje interactivo.
Aunque normativamente parece estar enfocada a edificaciones nuevas, no debemos perder la ocasión de incorporarla, cuanto antes, a la rehabilitación de edificios existentes.
La rehabilitación debe afrontarse con la importancia que le corresponde, no sólo desde el punto de vista de la sostenibilidad o la ocupación del territorio, sino también desde el convencimiento de que un edificio vivo debe evolucionar conforme lo hace la sociedad incorporando las mejoras que nos permita la técnica.
Afrontemos la rehabilitación de los edificios incorporando todas las tecnologías que permitan mejorar la calidad de vida en su interior sin desvirtuar los valores del edificio original. ¿Estamos listos? ¡Hagámoslo!