Nuestra Identidad Digital está constituida por nuestra presencia en medios digitales. Como usuarios de la red dejamos una huella que se alimenta de nuestras interacciones con los demás, del contenido que producimos y del impacto que éste genera. En cierto modo, no es distinta de otras identidades públicas, por ejemplo, de la percepción que tenemos de cierta política, deportista o escritora. Tampoco se diferencia demasiado de la identidad que creamos y nos son creadas en otros círculos más íntimos: la vecina del cuarto, el viejo del segundo, la niña de la bicicleta rosa, tu suegra la de las croquetas.
Lo que diferencia a la Identidad Digital es que el medio en el cual se genera es absolutamente contemporáneo. Su tecnología nos hace pensar que las interacciones que se dan en la Sociedad de Redes están desconectadas de las tradiciones anteriores a internet, pero no nos engañemos. Así los llamemos «amigos» de Facebook, «seguidores» de Twitter o «contactos» de Linkedin, esas personas forman un conjunto con el cual interactuamos y frente al que nos publicamos, nos hacemos públicos. Un debate en la red no es en el fondo tan distinto de una afrenta en un periódico parisino del siglo XVII. Han cambiado los tiempos, los medios y las formas, pero nosotros, en el fondo, seguimos siendo los mismos.
La Identidad Digital es pues una máscara más, un protocolo autoimpuesto para poder dirigirnos a la red de la forma que creemos más conveniente para conseguir nuestros objetivos. Podemos basarla en nuestras fotos de domingo o en nuestras reflexiones nocturnas. Podemos llenarla de dinamismo o de pensamientos venenosos. Podemos darle el estatus de barra del bar, de plaza de pueblo, de tertulia académica o de tarima magistral. Nuestra Identidad Digital puede ser todo lo que nosotros queramos que sea. La verdadera pregunta es: ¿cómo necesitamos que sea? Aquí tres arquitectos digitales que respondieron estupendamente:
El vocero del primero.
@Oniropolis – Imaginary Cities – Es el alter ego de Darran Anderson. Publica contenido sobre utopías y diseños de ciudades y arquitecturas ficticias. @Oniropolis suele “retwitear” colaboraciones de una gran cantidad de personas, hasta el punto de haber construido toda una red de aficionados que coincidimos en sus tweets como si fuera una suerte de intercambiador distópico.
El manitas del cuarto.
@MikeLydon – Mike Lydon es autor de «Tactical Urbanism» y director del proyecto @Open_Streets. Realiza una importante labor como asesor de desarrollo urbano. Su perfil está lleno de intervenciones propias y puestas a prueba en diferentes ciudades del globo. No sólo publica su planeamiento y construcción, sino que además hace seguimiento de las mismas y responde a las preguntas de otros “twiteros”. Si tus calles tienen un problema, Mike sabe cómo solucionarlo.
El ácido del segundo.
@klaustoon – Klaus es arquitecto y dibujante de tiras cómicas, reconocibles por su crítica descarnada al star system. Su lenguaje no es sólo escrito sino también visual, con dibujos que constituyen mensajes arquitectónicos en sí mismos. Klaus siempre está dispuesto a mostrar y compartir su material, debatir sobre él o tratarlo desde nuevos puntos de vista a partir de la interacción con sus seguidores. Una fuente de buen contenido que siempre está en busca de cuál es la llaga en la que toca poner el dedo.
Imagen de portada: El Chavo del Ocho. Televisión Independiente de México, 1971-1980.
Siguiendo con el símil de los vecinos… ¿No crees que existe cierta tendencia a ir a cada uno a lo suyo y pasar de lo que está haciendo el vecino, acordándonos de él solo cuando molesta? ¿O que encontramos en las identidades digitales patrones de conducta muy parecidos a los de la vida offline?
En cierto modo me preocupa como de un tiempo a esta parte se han homogeneizado las «estrategias» de difusión, haciendo que mucha gente interesante haya cambiado su forma de comunicar solamente por intentar conseguir más repercusión
Totalmente de acuerdo. Siento que la comunidad de vecinos a veces se nos queda estancada. Todos sabemos lo que hacemos y sobre qué escribimos, así que simplemente nos vemos pasar y nos saludamos sin llegar a más. Propongo dos estrategias: Traer vecinos nuevos (fíjense en el detalle de que ninguno de los vecinos que he presentado son clásicos de esta casa) o ser uno el que salga afuera, donde no conocemos a nadie.
Otra posibilidad que sólo podemos pedir es que «nazcan» vecinos nuevos. ¡Os hablo a vosotros estudiantes! Necesitamos opiniones desprejuiciadas, desinformadas, despreocupadas, destructivas y desinteresadas, que a nosotros a estas alturas ya se nos ve el plumero a todos.
Quizá aún falta explotar la verdadera interactuación entre usuarios, el trabajo de intercambio y no mero escaparate. La repercusión real de opiniones, un feedback con huella. Hasta ahora esa identidad digital no ha supuesto más que un altavoz con respecto a los medios tradicionales, con mayor contacto con los lectores, si, pero sin una verdadera revolución con respecto al intercambio de opiniones y trabajos (quizá esto también sea una consecuencia de nuestro gremio, acostumbrado a la auto-alabánza pública y al despelleje privado) pero el verdadero potencial de esa identidad quizá si sea su potencial agrupador. Surgirán nuevas plataformas que lo incentiven? el propio público tenderá a modificar las existentes? O seguiremos con el papel de espectador polifacético
Gracias por tu comentario Gloria. Entiendo tu preocupación, pero la verdad no se si estoy de acuerdo. Concretamente dos de los ejemplos citados, Mike y Darran, basan toda su repercusión en el feedback y la participación de lectores, comunidades etc. A nivel nacional, creo que este mismo blog es un ejemplo de comunidad de bloggers arquitectos que hemos crecido juntos. Los más jóvenes hemos tenido la oportunidad de encontrar así a nuestros «profesores favoritos», elegidos por nosotros, de los que además recibimos apoyo y retroalimentación constante.
Por supuesto que hay mucho ensimismamiento, pero supongo que eso nunca va a desaparecer. Los medios son los medios. Como lectores también nos toca escarbar un poco más si es que queremos ser partícipes de una revolución, por pequeña que esta sea. Una buena forma de hacerlo es dejando buenos comentarios que invitan a la reflexión ;)