Movimiento de Liberación del Gráfica de Madrid
La pasada mañana desayunábamos con el anuncio de la composición del futuro gobierno de Ahora Madrid para la capital. En la estructura adelantada por la formación destacaba la transformación de la concejalía de urbanismo en un nuevo órgano llamado Desarrollo Urbano Sostenible. A priori, podríamos pensar que estamos ante un mero cambio de nombre cuyo objetivo fuera desterrar el término urbanismo tan asociado últimamente a la corrupción. Sin embargo, a veces, los nombres pueden estar cargados de simbolismo.
En el caso de la nueva Concejalía de Desarrollo Urbano Sostenible el equipo de Ahora Madrid parece estar mandando un mensaje: alinear la ciudad de Madrid con las políticas europeas más vanguardistas en materia de desarrollo urbano. No en vano la política de cohesión de la Comisión Europea para el periodo 2014-2020 señala al Desarrollo Urbano Sostenible como un elemento clave para el éxito de la estrategia europea Europa 2020.
Para la Comisión las ciudades representan el motor de un crecimiento inteligente, sostenible e integrador. Estructuras capaces de actuar como catalizadores de la economía y la innovación, pero también espacios para combatir la desigualdad y atender a una ciudadanía cada vez más diversa y plural. Las medidas que dirijan el crecimiento y renovación física de las ciudades deberán combinarse de manera integrada con medidas que promuevan la educación, el desarrollo económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente.
Por tanto si el futuro departamento del arquitecto José Manuel Calvo mantiene la misma dirección que la emprendida por la Dirección General de Política Regional de la Comisión Europea tres deberían ser las líneas maestras de su acción de gobierno:
CRECIMIENTO INTELIGENTE. Las tecnologías de la innovación y la comunicación y el desarrollo de la “ciudad inteligente” serían las herramientas que aportarían soluciones para lograr un Madrid más eficiente energéticamente, mejorar la movilidad y elevar el grado de transparencia de la administración local.
Hasta ahora, hemos asistido a la firma de mega-contratos con grandes empresas en gestión de servicios y desarrollo de Madrid como ciudad inteligente. Frente a ello, el nuevo objetivo debería ser implicar a los ciudadanos en el codiseño de tecnologías que pudieran mejorar el contexto urbano y la generación de estructuras bottom-up de barrio capaces de participar en los procesos de renovación urbana.
CRECIMIENTO SOSTENIBLE. La visión de la ciudad sostenible debería ir mucho más allá de una ciudad menos contaminante y menos dependiente del petróleo y actuar como un eje transversal en el que todas las políticas estuvieran ligadas al ecosistema natural sobre el que se asientan.
Fomentar una economía baja en carbono conjuntamente con aumentar la eficiencia energética de patrimonio construido y el desarrollo de infraestructuras verdes serían algunas de las líneas a seguir.
Y finalmente CRECIMIENTO INTEGRADOR. La crisis económica ha acelerado la polarización económica, social y cultural en nuestras ciudades. Las ciudades no pueden ser un foco de desigualdad donde la ciudadanía más vulnerable sea incapaz de acceder a servicios públicos de calidad o sea segregada a determinados espacios de la ciudad por su condición social.
Apostar por una ciudad diversa donde la cultura como cuarto pilar del desarrollo sostenible es fundamental en esta estrategia. En este sentido, el espacio público debería convertirse en catalizador de las iniciativas culturales impulsadas por sus ciudadanos y no en soporte comercial de las grandes empresas. Por otro lado, la innovación social sería otra de las grandes apuestas en estos momentos en que muchas instituciones dan muestras de fatiga a la hora de afrontar problemas sociales como el desempleo, la innovación o la asistencia social.
Ojalá y podamos seguir pronto el ejemplo