The Playboy Town House” 1962. Donald Jaye
¿Qué pasaría si cada día en vez de encontrar mujeres semidesnudas en la contraportada del diario AS, descubriésemos una obra de arquitectura contemporánea? Para muchos sería una gran catástrofe, el fin de ese “postre” gratuito tras el festín deportivo diario, pero tras unos meses de desconcierto, probablemente, tendríamos sobre la barra de los bares españoles un nuevo y mucho más variado tema de discusión. Esto, que a priori podría parecer un guion para uno de los episodios de Ciudad K1, viene a colación de la charla que Beatriz Colomina, en Octubre de 2013, ofreció en la Architectural Association2 bajo el título “The Total Interior: Playboy 1953-79”. Colomina narró la investigación llevada a cabo en la Universidad de Princeton, sobre la gran influencia que tuvo un medio de masas como Playboy para diseminar la estética y diseño contemporáneo en la sociedad americana. Tanto en lo referente al interiorismo como a la arquitectura, Playboy, tuvo más calado social que cualquier revista especializada del sector del diseño. Frank Lloyd Wright, Mies van der Rohe, Charles and Ray Eames, Eero Saarinen y colectivos experiementales como Antfarm y Superstudio llenaron sus páginas llegando a más de 6.5 millones de lectores por mes, en los años 1971-72.
Queremos centrar la atención en cuan reducida es la audiencia sobre la que impactan interesantes blogs de arquitectura3 y revistas especializadas, y abrir un debate sobre la necesidad de explorar otros medios para hacer llegar la riqueza de nuestra disciplina a la sociedad.
En 2001, Fernández Galiano escribía sobre la oportunidad perdida que supuso para la arquitectura contemporánea española, la tan publicada casa del entonces Príncipe Felipe4. ¿Y si nuestras reflexiones sobre ciudad, sostenibilidad, etc tuvieran un hueco en ese tipo de publicaciones? ¿Podríamos invitar a la reflexión sobre ciudad y arquitectura, en revistas como ¡Hola!, Pronto, Tiempo o Interviú con audiencias de hasta 3.5 millones de lectores al año5? ¿Sabemos narrar la arquitectura de un modo que interese y conecte con este gran público?
Si de verdad queremos entablar una conversación con la sociedad, tendríamos que mostrar la creatividad que invade nuestro sector, las propuestas urbanas o las miles de buenas ideas que se formalizan en obra, más allá de nuestros propios foros. Si queremos que se entienda la labor de los arquitectos, urge el que aumentemos nuestra presencia en medios de impacto social más amplio, eso sí, sin necesidad de compartir portada o poster central con mujeres objetualizadas, ni invitar al consumismo; eso solo funcionó en los años 70. ¡Inventemos algo nuevo y mejor en el 2015!
Londres, Noviembre 2014.