LAGARDE y de los RÍOS, Marcela “La construcción de las humanas. Identidad de Género y derechos humanos” en El feminismo en mi vida. Hitos, claves y topías. México, Gobierno de la Ciudad de México e Inmujeres, 2012.
Aclaraciones básicas sobre urbanismo con perspectiva de género / o Urbanismo con perspectiva de género para principiantes
Para conformar la humanidad en su capacidad realmente abarcadora en la dimensión de género, los movimientos de mujeres y el análisis filosófico feminista han hecho visible éticamente, la enajenación que nos sobre identifica a las mujeres con los hombres y sus símbolos, y desidentifica a los hombres de las mujeres y sus símbolos.
La visibilización moderna de las mujeres, la participación social ampliada y la propia reivindicación humana, definen el empoderamiento y el poderío de las mujeres y han puesto en crisis el paradigma del mundo patriarcal. El universal símbolo imaginario y político de lo humano, el ser, el sujeto, no puede más expresar sólo a los hombres y lo masculino en un claro hegemonismo simbólico y político masculino. El deseo vindicativo de las mujeres tampoco implica la exclusividad o la supremacía de las mujeres y lo femenino. La voz humanos contiene ambos géneros y la crítica a su estado actual: a las condiciones de género de cada categoría social, a los modos de vida de las mujeres y de los hombres y a sus situaciones vitales, así como al contenido político de dominación-opresión de las relaciones entre ambos géneros1.
El Urbanismo con perspectiva de género busca hablar, pensar, observar, analizar, planificar, proyectar y mantener las ciudades desde y para las mujeres, pero no de manera exclusiva ni excluyente. La perspectiva de género no se basa en considerar a las mujeres ni como una minoría ni como un grupo homogéneo al cual atender. La perspectiva de género pone a las mujeres en el centro para ser agente activa de derechos y, en este sentido, hacedora de ciudades. Un urbanismo con perspectiva de género busca poner el foco en aquellas tareas asignadas tradicionalmente a las mujeres y que no han sido tenidas en cuenta ni por políticas ni planeamientos urbanos. Esto no significa, ni mucho menos, perpetuar los roles asignados, pero una de las maneras de romper con la asignación de roles excluyentes es equiparar las necesidades derivadas de las tareas de la reproducción con los de la producción, cambiando la infravaloración sobre estas tareas. Es decir que la valorización de las tareas de la reproducción sea igual a las de la producción, ello implica darle prioridades y presupuestos.
“La desigualdad entre mujeres y hombres, y la opresión de género se han apoyado en mitos e ideologías dogmáticas que afirman que la diversidad entre mujeres y hombres encierra en sí misma la desigualdad, y que ésta última, es natural, ahistórica y, en consecuencia, irremediable. La nominación de las mujeres en los humanos presupone reconocer que las diferencias entre mujeres y hombres son de género y no sólo sexuales. Los movimientos sociales han insistido en la equidad, en que se reconozca que la desigualdad ha sido construida y no es natural, y en la necesidad de realizar acciones afirmativas concretas para lograr la paridad entre mujeres y hombres».2
La perspectiva de género pone el foco en los cuidados, en los trabajos de la reproducción de la vida, tareas desprestigiadas e infravaloradas por la sociedad patriarcal y, que sin embargo, sin estas tareas no puede existir nada más. Sin las tareas de cuidados no existiríamos. Recentrarnos en la vida nos permitirá recuperar nuestro planeta, cambiando el curso dado por una sociedad extractiva y mercantilizadora, que como bien explica Silvia Federici3 es una sociedad basada en la explotación de la naturaleza y las mujeres. Es un gran desafío atrevernos a pensar más allá de lo monetariamente utilitario de dejar de planificar territorios y ciudades que agotan nuestro tiempo finito en recorridos inútiles o exclusivos.
Pantallazo del vídeo ¿Qué es el urbanismo feminista? Por Col·lectiu Punt6
La atención sobre la vida, sobre las vidas que propone la perspectiva de género nos permite entender que los seres humanos somos diferentes, y que esta diferencia no tiene que significar desigualdad. Atender a las múltiples diferencias en el momento de diseñar políticas, ciudades, arquitecturas, u objetos permite una mayor igualdad, ya que la presunción de una persona media, equidistante, solo refuerza las diferencias negativamente o sea que potencia la desigualdad, ya que los resultados de esa media solo serán útiles para quienes estén, estadísticamente, por encima.
El reconocimiento de las diferentes maneras de utilizar el tiempo y el espacio que deriva de la división de los roles de género son datos que nos permitirán trabajar políticas urbanas más inclusivas, que tiendan a la igualdad de oportunidades en el acceso al derecho a la ciudad. Así, mapear y medir recorridos, tareas, tiempos, razones y modos de movilidad es una primera acción de visibilización y reconocimiento de necesidades diferentes para llenar de sentido propuestas urbanas.
La aplicación de la perspectiva de género no resulta en una o unas formas determinadas reconocibles a priori, como tampoco en unas actuaciones necesariamente de gran impacto o de gran gesto. Por ello, muchas veces resultan actuaciones que parecen invisibles pero que en el uso cotidiano de la ciudad se vuelven imprescindibles para la calidad de vida y la autonomía de las personas.
Notas de página
1
LAGARDE y de los RÍOS, Marcela “La construcción de las humanas. Identidad de Género y derechos humanos” en El feminismo en mi vida. Hitos, claves y topías. México, Gobierno de la Ciudad de México e Inmujeres, 2012.
Zaida Muxí
(Argentina, 1964)
Vive en Barcelona y nació en Buenos Aires, arquitecta por la FADU-UBA en 1988 y doctora arquitecta por la Universidad de Sevilla en 2002; profesora del Departamento de urbanismo y ordenación del territorio de ETSAB-UPC. Entre 2015 y 2019 ha sido Directora de urbanismo, vivienda, medioambiente, ecología urbana, espacio público, vía pública y civismo de Santa Coloma de Gramenet. Especialista en arquitectura y urbanismo con perspectiva de género y feminista. Autora de entre otros: La arquitectura de la ciudad global (Gustavo Gili, 2004) Arquitectura y política. Ensayos para mundos alternativos (Gustavo Gili, 2011) y Mujeres, casas y ciudades. Más allá del umbral (DPR-barcelona, 2018)
Estupendo artículo, Zaida, enhorabuena. ¡Tan de acuerdo! Sin las tareas de cuidados no existiríamos y es necesario darles valor no desde una perspectiva de género sino porque en sentido absoluto son importantes. Muy necesarias esas políticas urbanas inclusivas.
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Estupendo artículo, Zaida, enhorabuena. ¡Tan de acuerdo! Sin las tareas de cuidados no existiríamos y es necesario darles valor no desde una perspectiva de género sino porque en sentido absoluto son importantes. Muy necesarias esas políticas urbanas inclusivas.