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Imagen: Autora: Ángela Rodriguez. Ilustradora y tatuadora en Sherpahead. Más obras de la artista a través de su website http://sherpahead.weebly.com/ o el artículo que le dedicamos en AAAA: http://theaaaamagazine.com/2014/06/14/arte-y-arquitectura-la-casa-cuerpo-angela-rodriguez-de-sherpahead/

La arquitectura de las palabras y las imágenes: Comunicación en la era digital

Ángela Rodriguez

Título imagen: “Come In”, del proyecto  “La Casa – Cuerpo”. Autora: Ángela Rodriguez.1

 

Allá por los años 80, cuando el concepto de red era más bien el de un círculo local, Isaac Asimov decía en una entrevista que llegaría un momento en que grandes bibliotecas digitales intercomunicadas harían posible «la relación uno a uno (maestro-aprendiz, por ejemplo) para la mayoría«.

El auto-aprendizaje no impuesto de una enseñanza no sólo para los jóvenes; la posibilidad de seguir la propia vocación, de disfrutar aprendiendo en tu propia dirección.

Imaginando ese futuro que hoy ya nos es tan habitual, nos encontramos con una sorpresa quizás no esperada; Que ahora no sólo somos consumidores, sino también productores de opinión, información, y, sobre todo, proyectos; Nos encontramos que tampoco hay imposición, dirección ni edad, para generar, desarrollar y compartir experiencias, experimentos y conocimiento.

La línea que separa hoy la producción y consumo de proyectos es tan delgada como la del bien y el mal. Este constante círculo vicioso nos convierte a todos (además de en unos viciosos), en algo mucho más importante: independientes.

Años atrás, el mundo editorial (libros, revistas, música, y todo aquello susceptible de ser difundido mediante «publicación») se guiaba casi exclusivamente por la tendencia. Centrándonos ya en la arquitectura, la publicación de proyectos estaba dominada por las revistas, las cuales obviamente siguen una línea editorial, así como la crítica y reflexión arquitectónica se ceñía a libros y alguna que otra columna. El problema era ¿qué ocurre cuando sólo unos pocos pueden permitirse una inversión tal? Ocurre que se guía el pensamiento, y se limitan los talentos.

El primer ejemplo de la revolución son los blogs. Blogs como proyectos totalmente personales sin una motivación económica (de partida), o grandes webs con millones de visitas, las grandes fuentes de consulta de proyectos, artículos, noticias, y todo aquello referido a la actualidad de la arquitectura. En los primeros se produce una constante sinergia, cosa que cuando éramos sólo consumidores era muy difícil de desarrollar. En los segundos, una simbiosis, en la que uno obtiene una fuente de difusión de su trabajo, mientras que el otro gana contenido fresco para su proyecto de comunicación. La oferta se multiplica, el consumo se diversifica.

Lejos de entrar en la discusión de la calidad de toda la información que circula (eso es otro debate), me interesa centrarme en otro concepto: La producción es hoy totalmente indie, y la elección totalmente libre.

El mercado de la Música, Cine, Videojuegos, Artes Gráficas, y, por supuesto, Arquitectura, es dominado hoy por el pequeño productor, ése que siempre había tenido una personalidad no adoctrinada, una simple y personal concepción de las cosas, una rebeldía, una ilusión, un monstruo oculto, una locura a contracorriente de la gran tendencia, no apto para la masa, simplemente porque la masa tenía un director de orquesta. Resulta que, lo indie, hecho para la supuesta minoría, es hoy la gran mayoría.

Todo pequeño proyecto puede llegar a ser muy grande. La arquitectura construida con palabras, expresada en imágenes, garabatos, o simples sueños, también.  Bienvenidos, pequeños monstruos.

 

 

Notas de página
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Imagen: Autora: Ángela Rodriguez. Ilustradora y tatuadora en Sherpahead. Más obras de la artista a través de su website http://sherpahead.weebly.com/ o el artículo que le dedicamos en AAAA: http://theaaaamagazine.com/2014/06/14/arte-y-arquitectura-la-casa-cuerpo-angela-rodriguez-de-sherpahead/

Por:
(Almería, 1986) Arquitecta formada entre Granada, Venecia, Londres, Santiago de Chile y Madrid. Especializada en memoria y arquitectura popular (tesina de investigación, UGR), Asentamientos Humanos Precarios y Habitabilidad básica (postgrado UPM), realiza un activismo por investigación, documentalismo, divulgación y acción cultural, especialmente centrada en la experimentación arquitectónica, la cultura contemporánea y el medio rural.
  • Paula V. Álvarez - 13 agosto, 2014, 10:20

    Hola Ana,

    Gracias por introducir la discusión, el tema que planteas me interesa bastante y comparto que las redes han traído un cambio importante a la comunicación y producción de arquitectura, y también la importancia del auto-aprendizaje. Sin embargo encuentro que los escenario editoriales que describes están muy lejos de la realidad de lo que sucedió «años atrás», y la lectura de Internet como espacio de libertad la encuentro muy idealizada.

    Me pregunto qué revistas tienes en mente cuando dices que años atrás las publicaciones se guiaban por la tendencia, y más cuando estamos en un país con una producción de publicaciones periódicas de crítica y pensamiento con una calidad altísima y una seriedad y profundidad en el tratamiento de sus temas que para sí quisieran muchas ezines de tendencia. Es cierto que ha habido algunas revistas guiadas por la tendencia, pero el número es mínimo comparado con los sitios de tendencia que encontramos en la red.

    Guardo como tesoros en mi biblioteca que en plena burbuja inmobiliaria, estaban yendo en su visión y reflexiones más allá de lo que la red y los blogs llegan ahora, baste nombrar a BASA, pero son más y muchas. Quizás resulten desconocidas a muchos precisamente porque por un lado, Internet ha creado una especie de visión-tunel, ha reducido el campo de visión y de conocimiento, al tiempo que nos crea la ilusión de que todo «está ahí». Lo que no está en Internet, no existe. Por otro lado, los 5 años previos al lanzamiento de facebook constituyen una gran laguna en Internet, porque lo sucedido en ellos era demasiado reciente para ser documentado y demasiado antiguo para ser volcado (en otra palabras, no era tendencia). La misma idea de Internet como espacio libre es pura tendencia.

    Por otro lado me resulta muy interesante lo que dices de que todos somos productores, es algo para tirar del hilo. Esto está directa e íntimamente relacionado con la calidad de lo que se publica, entiendo que la «democratización» de la edición y la pérdida de calidad de lo publicado no pueden tratarse como objetos de discusión aislada.

    Dicho esto, para mi sí que existe un enorme potencial en las redes, pero este no es algo dado, no es una situación de partida, sino un horizonte a construir. Ese potencial hay que buscarlo y trabajarlo, entendiendo a fondo como funcionan los medios y huyendo de sus trampas. Una vía de trabajo activa es tomar los parámetros y normas que funcionan y trabajar con ellos de forma «subversiva» (reconfigirando o visibilizando su lógica oculta). Aquí si veo que puede abririse un campo de relativa libertad e independencia, o al menos un campo para la crítica, más allá del wishful thinking.

  • Miguel Villegas - 15 agosto, 2014, 9:40

    Hola, Ana.
    Igual que a Paula, el artículo me parece interesantísimo y oportuno. Pero lejos de alegrarme, me preocupa.
    Creo que la generalización de las editoriales te lleva a algunas omisiones fuertes, y la generalización de que las revistas se dejaban llevar por la tendencia deja sin respuesta ¿quién generaba esa tendencia si no eran las propias revistas?.
    Creo también que la generalización temporal respecto a lo que ha pasado, ojo que no digo lo que está pasando, en la red te lleva a otras omisiones.
    No voy a hacer aquí spam, pero como arquitectos llevamos desde 2004 publicando contenido de manera independiente en la red ¿podemos dejar de decir hoy?
    En 2002, aún como estudiantes, editábamos una web, que por cierto sigue en la red, que llegó a tener muchísimas más visitas de las que podríamos tener ahora. Una de las primeras publicaciones que hicimos fue:

    We can already put any content we want realtime.

    ¡En 2002!

    Pero no vamos a caer en el mismo error nosotros. ya teníamos a WAM: Web Architecture Magazine* que se empezó a editar online ¡en 1996!*

    Creo firmemente que deberíamos estar ya de lleno en la era post-digital, pero no por el abandono, sino por la asunción de lo digital como normal. Sin embargo, me encuentro, cada vez más, con que las generaciones nuevas, y disculpad la odiosa generalización, no han asumido lo digital todavía.

    Lo digital es simplemente un estado de la información, y cómo tal creo que debemos trascenderlo para poder evolucionar.

    Seguimos publicando sin enlazar, escribiendo artículos en web colocando notas a pie de página, montando webs que se dedican a hacer de meros intermediadores en la transmisión de información, cercenando las vías de conexión directa.

    ¿De verdad seguimos vendiendo lo digital como novedad?

    El año pasado fui a una clase de 5º en la ETSAS.
    Menos del 10% usaban twitter.
    Ninguno tenía web, personal o profesional.

    Los nativos digitales están/estáis sentados encima de “El Dorado” y todavía no habéis aprendido siquiera a encender el fuego con el que fundir el metal.

  • Miguel Villegas - 15 agosto, 2014, 9:51

    Por cierto, como no es SPAM, os dejo el enlace a WAM. Es una auténtica gozada histórica…
    http://www.arranz.net/web.arch-mag.com/welcome.html

  • Ana Asensio - 15 agosto, 2014, 14:25

    Queridos compañeros de profesión y entorno,
    Son muchas las cuestiones que planteáis, así que he tratado de organizar todas vuestras ideas para responder poco a poco.
    Antes de responder me gustaría expresar mi sorpresa al leer vuestros comentarios, ya que pensaba haber descrito un panorama positivo e interesante, quizás contaminado, como todo buen caldo de cultivo.
    Lo dije en los comentarios en facebook pero lo voy a repetir aquí: no se pueden tratar todos los brotes que un tema puede generar, ya que escribimos en 500 palabras. Por ello que a veces aparezcan frases como «dejando ese debate de lado». Ésto no significa que considere que sea un tema aislado, o poco interesante, o una omisión. Significa que quiero centrarme en expresar otra idea, nada más.
    Y la idea que quiero expresar es positiva: son los muchos talentos y oportunidades que el funcionamiento del espacio virtual permite. En un panorama global.
    Hablo de «años atrás» o de «hoy» efectivamente de forma genérica (e intencionada), ya que ese espacio virtual es obligatoriamente internacional. Seguir centrándonos en «y más en este país que…» me parece un grave error, ya que si algo nos da internet es la libertad (parcial) geográfica. Quiere eso decir que, aunque internet es global, las situaciones de lo que es «ayer» y «hoy» en cada país es diferente.
    Otra cosa que quiero reflejar aquí antes de nada es la definición de la RAE de tendencia, que al parecer ha suscitado muchas interpretaciones negativas:
    3. f. Idea religiosa, económica, política, artística, etc., que se orienta en determinada dirección.
    En esta definición no se hace alusión alguna a la calidad de la idea, simplemente a la homogeneidad en la orientación.
    – Paula, respondo a tus cuestiones:
    En primer lugar comentas que los escenarios editoriales que describo están muy lejos de la realidad de lo que sucedió “años atrás». Me gustaría saber cuál es esa «realidad». En un porcentaje bastante importante, la mayoría de las publicaciones periódicas de crítica y pensamiento como comentas, son publicaciones independientes. Siempre han existido, y siempre existirán. Pueden ser muchas y de gran calidad, pero no son ellas las que dominan el panorama editorial, menos aún internacional (saliendo de las fronteras de nuestra pequeña península). Me comentas que son más las revistas de calidad que las guiadas por la tendencia, sólo que ‘muchas de ellas pueden resultar desconocidas’. Ahí creo que está el quid de la cuestión, y aquello que precisamente estaba tratando de expresar en mi post.
    Internet permite que esas antes muchas y de gran calidad desconocidas puedan extrapolarse y hacer sumatoria, para significar una verdadera fuerza editorial.
    **Como nota al margen, creo que estaría bien cruzar esta conversación con tu texto » los suicidios empresariales son obras de arte®». Creo que viene muy al caso y enriquece el debate, así que lo pego aquí:
    http://ayp.unia.es/dmdocuments/scyt3_com01.pdf
    Inicias tu comentario referido a mi texto diciendo que «la lectura de Internet como espacio de libertad la encuentro muy idealizada». No se trata de idealizar. Se trata, como dices más tarde, de democratizar. Por supuesto, la democracia funciona así: no todo el mundo tiene la (misma) capacidad intelectual para producir (o decidir), pero eso no significa negar la oportunidad. El voto de un intelectual cuenta lo mismo que el de alguien sin ningún criterio social o político. Y nadie duda su derecho al voto.
    No es idealización. Es apertura. La apertura se hace a lo bueno y a lo no tan bueno, pero en nuestra capacidad va el ser autocríticos y decidir, escoger, apoyar y potenciar. Repito: decidir, escoger, apoyar y potenciar, que no es lo mismo que sentenciar . Demasiado tiempo la crítica ha sentenciado contemporáneamente, y se ha visto su error después.
    Hablando sobre democratización y oportunidades, y a cómo todos somos autoproductores, me parece obligatorio hablar de crowdfunding. No puede haber una democratización de las oportunidades dejando de lado la economía. Crowdfunding (micromecenazgo o finaniciación en masa) es una de la piezas claves que falta en el rompecabezas. Me es imposible pensar en ningún proyecto independiente que no de sus primeros pasos buscando financiación en masa. Esto es, además, una prueba de viabilidad, y en gran medida, también de calidad.
    Hablar de una «visión idealizada de la libertad que ofrece internet», y de una democratización que va de la mano de la «pérdida de la calidad» pero creer en crowdfunding, me parece potencialmente contradictorio.
    Trato de imaginarme el trabajo de editoriales independientes de entidades e instituciones (iniciativas privadas o colectivas, pero libres y con su propio criterio), sin difusión en las redes sociales, sin la colaboración, la co-creación y la producción colaborativa que da la red (internacional, no local ni nacional), sin financiación por manos desconocidas que confían en tu trabajo, sin experimentar sin miedo a un «suicidio empresarial». Trato de imaginarme ese panorama, y estaría tachando del mapa a la mayor parte de los grupos culturales.
    Tendemos demasiado fácilmente al egoísmo intelectual. Algo así como «las oportunidades están muy bien, pero solo para las propuestas de alta calidad» y nos incluimos rápidamente entre ellas. Quizás si en ocasiones todos hiciéramos un ejercicio de relajar la crítica, seríamos más inclusivos a nuevas propuestas.
    Soy consciente de que este panorama abierto también desarrolla, rápidamente como un cáncer, los contenidos sin fondo, la difusión sin implicación, sin (ya no crítica, sino…) criterio, vacía y… desgraciadamente masiva. Soy perfectamente consciente de ello, aunque, y remitiéndome de nuevo al gran texto de Paula & Vibok Works compartido anteriormente, «como advertía Deleuze, la enfermedad pueda ser una virtud.»
    Estas grandes webs que no «filtran» tanto sus contenidos, y donde la ausencia de «crítica» es su mayor «crítica», abren generosamente sus puertas a la difusión de contenidos sin tapujos. Estas webs obligan a tener de por sí una calidad personal, y una mirada crítica, para navegar por ellas, y encontrar entre ellas lo que nos interesa. Nos hacemos buenos arquitectos desde las ETSAs, no olvidemos eso. No culpemos de todo a la información que circula. Esa información es herramienta, no cuerpo. Por otra parte, que levante la mano quien nunca ha enviado sus proyectos para lograr autopromoción a páginas como, por poner un ejemplo, Plataforma Arquitectura, criticando al mismo tiempo los métodos que la alimentan día a día. Es complicado.
    **Termino ya. Me pedís que nombre revistas concretas que tengo en mente. Nada más lejos de lo que busco es hacer una lista de «culpables». Pero, por ejemplo, acaban de dejar junto a mí mientras os escribo este comentario una revista del CSCAE (papel) del 2010. He tenido que pasar 25 páginas (25 seguidas) de publicidad antes de llegar siquiera a la página editorial. Con unas cuantas reflexiones internas en principio interesantes (sólo la he hojeado por encima), me encuentro promoción de productos como «FYM de Italcementi Group. Convierte la ciudad en un bosque verde», donde de unas vigas de hormigón armado de un puente nacen ramas de árbol y palmera, ‘aludiendo» a lo ‘ecológico’. No digo más.
    – Estimado Miguel, la verdad es que no sé por dónde comenzar a responderte, ya que las críticas se centran mucho en decir cosas como «poca concreción» en fechas, «omisiones fuertes» estar alejado de la realidad, generalización, etc, es decir, más aludiendo a la «calidad» del artículo que simplemente a su contenido y tu opinión.
    La falta de concreción en fechas, la generalización, etc, creo que ya queda explicada en este comentario, un poquito más arriba. Me sorprende la interpretación que haces de «hoy» como si me estuviera refiriendo a prácticamente antes de ayer, y exclamas sorprendido que en 2002 ya editábais una web, o que en 1996 ya existía WAM: Web Architecture Magazine. Realmente, no he hablado de fechas (como criticas), no entiendo esa sorpresa.
    Me da la sensación de que la crítica al contenido del artículo es más bien una crítica a la forma de expresarme, sobre todo. «¿podemos dejar de decir hoy?». Podemos, si realmente es eso importante.
    Llamarlo era digital o post-digital me parece más que analizar un concepto, una simple titulitis. No creo que haya ningún «post», ya que la red va mutando constantemente, así como la manera de relacionarse en ella sus usuarios, los habitantes del espacio virtual. Sin ir más lejos, las principales redes sociales como Twitter o Facebook se fundaron en 2007, es decir, hoy.
    Dices «Lo digital es simplemente un estado de la información, y cómo tal creo que debemos trascenderlo para poder evolucionar». Lo digital, precisamente, nunca deja de evolucionar. Cada década que ha pasado ha podido definirse por una interrelación diferente en el espacio virtual, dominada por unos medios, que cada década, mueren (¿recordáis Terra?). Los jóvenes de los que hablas no somos tan jóvenes, y nacimos con las manos en internet.
    Hablando de «generalizaciones», no veo muy acertado este apunte que haces:
    «me encuentro, cada vez más, con que las generaciones nuevas, y disculpad la odiosa generalización, no han asumido lo digital todavía. Seguimos publicando sin enlazar, escribiendo artículos en web colocando notas a pie de página, montando webs que se dedican a hacer de meros intermediadores en la transmisión de información, cercenando las vías de conexión directa. […]. El año pasado fui a una clase de 5º en la ETSAS. Menos del 10% usaban twitter. Ninguno tenía web, personal o profesional. Los nativos digitales están/estáis sentados encima de ‘El Dorado’ y todavía no habéis aprendido siquiera a encender el fuego con el que fundir el metal.»
    En mi 1º de carrera, y llevo estudiando demasiados años, mi profesor de proyectos gestionaba una wiki de arquitectura, donde todos aportábamos nuestros proyectos, investigaciones, y todo lo que se nos ocurría, y la construíamos entre todos (año 2004). Por poner un ejemplo. Creo que los ejemplos concretos pueden tergiversar demasiado el argumento.
    En fin, nada más, gracias por vuestros comentarios, siempre que busquen ampliar y discutir un tema entre todos, son bienvenidos. Saludos.

  • Manuel Saga - 16 agosto, 2014, 18:10

    Para especiar el debate, un post un poquito más largo que publicó Rafael de Lacour en blogURBS hace unos meses, enfocando el mismo tema de una forma un poco diferente:

    http://www2.ual.es/RedURBS/BlogURBS/las-revistas-de-arquitectura-espanolas-difusion-y-poder/

    pd: Que todo el mundo tenga internet no quiere decir que todo el mundo tenga que dedicarse a la difusión de arquitectura. Si el 10% de todos los estudiantes publicaran… os quejáis ahora de sobresaturación xD

  • Paula V. Álvarez - 23 agosto, 2014, 11:31

    Hola Ana,
    Gracias por el extender el post en el comentario, es cierto que es difícil plantear temas complejos en las 500-600 palabras, pero esto también da pie a convensar en los comentarios.
    Al margen de las palabras concretas, lo que me transmite tu reflexión es que la llegada de Internet ha supuesto una mejora del escenario de las publicacines en arquitectura, no sé si lo entendí mal, pero esto es lo que no comparto. Tampoco pienso que haya empeorado, es simplemente un cambio de escenario.
    Personalmente soy bastante escéptica acerca de la idea generalizada de que Internet ha traído más transparencia o democracia. Sin embargo si es mi impresión que ha traído más basura, aunque no todo lo sea. En general subscribo las visiones pesimistas de trabajos recientes de la teoría de los medios que ven Internet como la máxima expresión del neolineralismo, una coacción sistémica invisible al servicio del comercio, una nueva forma de panóptico, en la que verdugos y victimas coinciden, y por tanto difícil de percibir. Aun subscribiendo este pesimismo acerca de las redes sí creo que puede haber «agujeros» de libertad, enormemente valiosos además, pero son la excepción a la regla, y no pueden cambiar nada más allá de su propio marco, de la excepción que son en si mismos. No pretendo convencer a nadie de ello, pero esta es mi visión, y me encantaría saber si alguien más la comparte.
    Un saludo y gracias de nuevo por el tema.

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