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Nos encontramos en un momento crucial de la Historia. Si el Siglo XIX supuso el despertar hacia una conciencia ecológica del habitar y el Siglo XX el necesario desierto preliminar, el Siglo XXI se presenta como una oportunidad para la reconfiguración y reformulación del Mundo. Solo en 2015 se han producido tres hechos insólitos que subrayan la importancia del momento: la publicación por parte del Papa Francisco de la encíclica “Laudato Si. Sobre el cuidado de la casa común”, donde la iglesia reconoce nuestra implicación directa en el cambio climático; la primera condena –precedente– por parte de un tribunal internacional a un estado por incumplimiento de acuerdos internacionales en materia de cambio climático; y, en este contexto, la convocatoria de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático 2015 (COP21/CMP11), París 2015.
La Conferencia de París 2015 supondrá una nueva declaración universal de principios en la que se reconocerá el Medio Ambiente como un derecho fundamental; así como la existencia del cambio climático debido a la actividad humana: reconocimientos. Participarán todos los países del Mundo legitimados por la ONU, que deberán alcanzar un acuerdo universal y vinculante en lo que será el mayor evento diplomático de la historia de Francia (más de 40.000 participantes entre representantes de cada país, observadores y miembros de la sociedad civil) y una de las mayores conferencias climáticas de la Historia. Los objetivos de la conferencia se pueden resumir en cuatro grandes titulares: limitar el calentamiento global a 2°C en el medio y largo plazo; comprometer una contribución nacional de cada país1; reorientar la inversión internacional hacia economías bajas en carbono; y, finalmente, incorporar actores no gubernamentales -fundamentales en el intercambio de buenas prácticas y transferencia de conocimientos2-. Propuestas.
Los arquitectos deberíamos interesarnos por el papel que juegan las ciudades como auténticos motores del sistema global. Stefan Schurig, director de Clima, Energía y Ciudades de WFC apunta que “las ciudades generan el 80% del PIB mundial”; la prestigiosa socióloga y economista Saskia Sassen sostiene que “las ciudades serán más importantes que los estados”; señales reveladoras de la emergente geopolítica urbana a nivel global lamentablemente acompañada de un negativo impacto medioambiental. Sin embargo, hoy podemos acordar las principales tendencias hacia la reducción de emisiones globales en estas megacities con el objetivo de conseguir ciudades más saludables: reducir las emisiones del parque edificado, impulsar las energías de emisiones cero o renovables, optimizar infraestructuras y recursos existentes, incentivar políticas adecuadas de movilidad, fomentar una cultura de cotidianeidad ecológica, aumentar y mantener apropiadamente las zonas verdes o estimular la biodiversidad en la metrópoli, entre otras. Nuevas relaciones entre Ciudad y Medio Ambiente3.
Cuando se intuyen las respuestas, tal vez lo importante sea plantear –directamente- las preguntas adecuadas (solo en caso de respuesta afirmativa pasar a la siguiente): ¿Estamos realmente interesados? ¿Estamos realmente a tiempo? ¿Tenemos realmente el conocimiento preciso? ¿Sabemos realmente vincular y coordinar a todos los actores necesarios y suficientes? ¿Se puede realmente llevar a cabo la transformación urgente y necesaria de nuestro paisaje urbano, cultural, social, medioambiental? Ciudad y cambio climático: preguntas incómodas.