AALTO FOUNDATION_Alvar Aalto, Noiseless Washbasins, 1932.
«Resolver los problemas de la enfermedad no es lo mismo que crear salud y felicidad. Esta tarea exige una especie de sabiduría y visión que trasciende el conocimiento especializado de los remedios y tratamientos y que aprehende en todas sus complejidades y sutilezas la relación entre los seres vivos y su entorno total. La salud y la felicidad son la expresión de la manera en que el individuo responde y se adapta a los desafíos que encuentra en la vida cotidiana.» 1
En el Seminario de Proyectos Experimentales de la Architecture Faculty en University of Applied Sciences en Frankfurt propuse en abril de 2020 a los estudiantes reflexionar sobre los cambios que las enfermedades infecciosas pueden provocar en la arquitectura.
Es bien sabido que, en los últimos meses, en respuesta a la pandemia COVID-19, numerosos profesores y estudiantes de escuelas de arquitectura de todo el mundo han estado poniendo sus habilidades a trabajar como ‘makers’ fabricantes, creando máscaras y protectores faciales para ayudar a apoyar a #OperaciónPPE (Equipo de Protección Personal). La industria ha respondido rápidamente a la urgencia, y queda espacio necesario para seguir con lo importante: con qué principios, criterios y herramientas es posible seguir proyectando nuestro entorno.
Aunque el diseño de un elemento puede ser muy sofisticado según las normas y regulaciones de la industria, en este Seminario de Proyectos Experimentales se trataba de problematizar en diferentes escalas qué es salud y qué es saludable, para finalmente pensar en un equipo elemental y sencillo para mejorar los hábitos domésticos comunes y saludables, desde facilitar la limpieza y desinfección de las personas y cosas en el tránsito, hasta proyectar mejoras sencillas y eficaces de salubridad a escala urbana.
Para conocer las diferentes maneras en que esta pandemia del 2020 va a afectar a la humanidad, es necesario reconocer sobre cómo las cuestiones médicas han determinado el diseño arquitectónico, desde las ciudades hasta el diseño de mobiliario común. Entre otros, la arquitecta Beatriz Colomina ha estudiado en profundidad el impacto del discurso médico y las tecnologías de la imagen en la formación, de la arquitectura del siglo XX. Como desarrolla en su reciente libro, X-ray Architecture, los arquitectos presentaron sus edificios como una especie de instrumento médico para proteger y mejorar el cuerpo y la psique. Por lo tanto, su investigación y método de trabajo será la referencia de estudio en el curso. Desde un punto de vista alternativo, ella propone que un importante desarrollo de la arquitectura moderna se debe al diseño experimental conformado por alguna obsesión médica de los tiempos modernos, como la tuberculosis y su principal herramienta de diagnóstico, los rayos X.
Para los estudiantes de este Master in Advanced Architecture de la Frankfurt University of Applied Sciences, este Taller de proyectos ha fundamentado esta forma urgente de investigar y comprobar la información de manera colaborativa y transdisciplinar. La concreción de esta formación compartida online ha ido tomando forma en el diseño de un dispositivo particular a escala doméstica, un diseño experimental de un espacio de interfaz entre el espacio exterior y el espacio doméstico, donde no sólo las personas y los objetos pueden ser puntualmente desinfectados, sino donde volver siempre sobre este espacio intermedio, entre lo individual y lo colectivo, entre lo público y lo privado, que enmarca nuestra salud.
El uso de piezas o elementos arquitectónicos existentes para construir, alterar, mejorar e investigar su uso inicial, propone en el contexto académico trabajar con la ingenuidad, no sólo con la invención. Debe reducirse al máximo el uso de los diferentes materiales y la cantidad de los mismos, con el fin de diseñar un artefacto optimizado. La propuesta de proyecto invita a pensar en «use what it is», y usar el «as found” siguiendo el concepto de Alison & Peter Smithson. La arquitectura de «tecnología relajada», carente de retórica, proporciona sugerencias sin prejuicios donde la naturalidad es el objetivo, que también implica algunas habilidades participativas y manuales de montaje en su creación.
«Es evidente que la salud y la enfermedad no pueden definirse simplemente en términos de atributos anatómicos, fisiológicos o mentales. Su verdadera medida es la capacidad del individuo para funcionar de una manera aceptable para sí mismo y para el grupo del que forma parte.»2